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Cuando sus pies pisaron el pueblo de nuevo, lo primero que notó fue un profundo y pesado silencio, intentó ir por un camino donde no fuera muy visible, escondiéndose de cualquiera que pasara aunque no había muchas personas afuera.

De alguna forma, logró llegar a casa sin ser visto, las pocas personas durante el camino lo ignoraron por completo ya que se había encargado de cubrir bien su rostro. No había nadie ahí, cosa que agradeció ya que le daría tiempo de pensar en lo que le diría a su familia respecto a su desaparición, pero se dio cuenta de que estaba equivocado cuando escuchó pasos detrás suyo.

Dio vuelta lentamente, topandose con Madison, quien lo mirada en silencioso y con una expresión que parecía estar viendo un fantasma, notó que empezó a respirar con rapidez mientras intentaba decir algo, pero solo balbuceaba sin lograrlo, hasta que gritó el nombre de Tyler y corrió hacia él, rodeando su cuerpo y sollozando sobre su hombro, diciendo una y otra vez cuán feliz estaba.

—Creíamos que estabas muerto—decía entre lágrimas, aferrándose a el como si fuera a irse de nuevo—Tyler, pensé que jamás volvería a verte.

Pero antes de el castaño pudiera explicarse, Madison calló de forma repentina, tomándolo por los hombros y alejandolo de ella un poco, mirándolo de arriba a bajo, dándose cuenta que se estaba bien e incluso parecía muy calmado.

—¿Dónde estuviste?—preguntó pareciendo ofuscada—¿Como sobreviviste a la tormenta tu solo y en la montaña?.

—E-Es que yo...

—Blake...nos dijo que te habías perdido—contó con voz sombría—Incluso trajo una chaqueta tuya que encontró mientras te buscaba, dijo que escuchó que disparaste y luego no supo nada de ti.

Tyler se mantuvo callado, ¿cómo diablos explicaría su supervivencia sin evidenciar la existencia de Josh?. Podía decir lo que Blake quiso hacer, que intentó asesinarlo, pero tenia miedo de que no le creyeran, lo cual era lo más probable. Sabía que por mas que Blake fuera un completo idiota y disfrutara maltratado, frente a los demás era un ejemplo a seguir, mostrando todo lo opuesto a quien realmente era.

Esos pensamientos evitaron que dijera algo, haciéndole apretar los puños ante la impotencia, pero sobre ante el temor de que volviera a intentarlo.

—Yo...un animal me atacó y me asusté así que salí corriendo—comenzó a explicar Tyler con la mirada en el suelo, apretando la tela de sus pantalones entre sus dedos—Me perdí y terminé del otro lado de la montaña, en el antiguo lugar que era habitado por ermitaños, era muy noche para regresar y luego la tormenta vino así que me quedé atrapado y me quedé en uno de sus refugios.

—Dios, Tyler, debiste pasarla muy mal—Madison volvió a abrazarlo—Ven, te haré algo de comer, debes tener mucha hambre.

—Gracias, Madison—Tyler dejó que su hermana tomara su mano, llevando al sofá de padre en la sala, sentandolo ahí para que estuviera cómodo—¿Estabas muy preocupada?.

—Por supuesto que sí, Tyler, todo lo que he hecho desde ese día es llorar—Madison sintió un nudo en su garganta—Quería ir a buscarte pero me lo prohibieron, todos pensamos que habías...que no volverías.

—¿Y mis padres?—preguntó Tyler, curioso.

Por un momento todo volvió al silencio, el ambiente se volvió incómodo, Tyler tuvo que bajar la mirada para no ver la expresión en el rostro de Madison que no mostraba más que lástima.

—Ahora mismo no están, pero volverán pronto y te verán aquí, seguramente se pondrán felices—dijo ella intentando sonar animada.

—No iban a buscarme, ¿cierto?—dijo Tyler, aunque fue una afirmación más que pregunta.

Beast        {joshler} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora