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La tormenta no seso en todo el día, y al parecer no lo haría durante la noche tampoco. Tyler miraba desde la ventana hacia afuera, no podía ver nada por culpa de la nieve, y el viento provocaba un ruido escalofriante cuando chocaba contra el vidrio de la ventana.

Josh no hizo acto de presencia después de que rechazó hablar con él. Más que todo, Tyler tenía una inmensa curiosidad por saber más sobre Josh y lo extraño de su naturaleza, le resultaba emocionante poder ver una especie así.

Como el pelinegro se rehusaba a salir, Tyler pensó que sería buena idea dar un recorrido en la cabaña, encima de la chimenea pudo encontrar unas figuras de madera, se sorprendió de la calidad de estas, tomó una para observarla mejor, sonriendo impresionado, la dejó de nuevo en su lugar y miró todo lo demás, parecía como una cabaña normal, nada extraño ni fuera de lo común, lo cual hacía todo más inquietante de como fue que alguien como Josh era dueño de una cabaña en perfectas condiciones y completamente habitable para una familia entera.

Pero lo que sea que estuviera pensando fue interrumpido con el ruido en su estómago, no había comido nada desde el día anterior. Un poco temeroso se introdujo a la cocina, encontrando sobre una mesa una lata de duraznos abierta, la tomó sin pensarlo y comenzó a comer, relamiendo sus labios por lo dulces que eran.

Iba a meter otro a su boca cuando pudo escuchar un ruido detrás suyo, rápidamente se dio la vuelta y escondió la lata detrás suyo cuando vio a Josh.

—¿Qué haces?—preguntó alzando una ceja.

—N-Nada...—Tyler tragó saliva con dificultad.

—Oh, ¿de verdad?—Josh se acercó a él, olfateando un poco y moviendo su larga cola de un lado a otro, su mano se posó sobre la mejilla de Tyler, limpiando el jugo de la fruta que quedó en su labio inferior—Yo no lo creo pequeño ladrón.

Josh llevó su dedo a su boca, lamiendolo, mirando a Tyler con un gesto desaprovatorio mientras este seguía atonito ante la acción del pelinegro.

—E-Es que yo...t-tenia hambre—dijo Tyler dejando de esconder la lata.

—Cuando tengas hambre, dímelo no solo tomes mi comida—dijo Josh.

—Lo haré...¿puedo terminarme esto?—preguntó tímido.

Josh suspiró mirando hacia arriba, para luego alzar los hombros—Provecho, enano.

Tyler sonrió y comenzó a comer con más tranquilidad y gusto. Josh cruzó los brazos, sintiéndose extraño de ver a alguien tan entusiasmado por algo tan común como lo era comer. Le pareció incluso gracioso pero se negó a reír y solo se dio la vuelta para volver a su habitación, pero pudo escuchar pasos detrás suyo, así que se detuvo de golpe, causando que Tyler chocara contra su espalda.

—Auch...—murmuró Tyler tocando su nariz.

—¿Por qué me sigues?—lo cuestionó Josh.

Tyler tragó duramente y tocó la parte trasera de su cabeza, como si no supiera como decir lo que quería salir de su boca.

—Sé que esto es muy atrevido de mi parte pero...¿podemos hablar?, es realmente interesante tu naturaleza y quisiera saber más de ti—dijo por fin en voz baja pero notandose lo emocionado que estaba.

—No, entre menos sepas mejor—contestó sin más, disconforme con su petición.

—Oye, pero...

—Escucha bien, ni siquiera yo mismo sé lo que soy, pero tengo que sobrellevar el vivir aquí solo y apartado de todos por como nací—dijo con cierto resentimiento—Tengo suficiente con eso como para que ahora tenga que aguantar tus preguntas como si fuera un especie de espectáculo.

Beast        {joshler} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora