Beast {joshler}

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Un frasco de mermelada era donde Tyler guardaba parte de su paga para poder pagarle al hombre que arreglaría el juguete de Josh, era muy caro ya que era un artículo viejo y necesitaba unas piezas que eran difíciles de conseguir pero no le importaba quedarse sin su paga con tal de ver al pelinegro feliz.

Había dejado el ferrocarril en el local de aquel hombre ya que sabia que ese lugar era mucho más seguro que su casa. Tyler también compró algunas cosas para si mismo, estuvo practicando pintar con acuarelas, el resultado era realmente único, usaba la fotografía que tomó de Josh para guiarse o a veces solo con su memoria.

Tyler tomó la fotografía un momento, sonriendo sin dejar de mirarla, quería visitarlo pero no podía desaparecer constantemente. Al terminar su dibujo, precedió a hacer algo más que solo su rostro solo que está vez a lápiz de carbon, poco después de rebuscar en su mente el cuerpo de Josh empezó a ser plasmado en la hoja de papel, cada detalle, sobre todo sus cicatrices y pecas, la marca de nacimiento debajo del hueso de su cadera, y un poco más abajo ya que los pantalones que llevaba en ese momento caían mucho más abajo de su cadera. Lo recordaba bien, de cuando le pidió que le mostrara sus cicatrices, el triangulo bien formado de su pelvis y el camino de fino vello que bajaba por su músculo hasta perderse debajo de su ropa interior.

Tyler se sonrojó enormemente cuando su mente lo hizo tener un pensamiento impropio, pero se mentiría a sí mismo al decirse que no le hubiera gustado que realmente algo pasara.

Le gustaba besarlo, la forma en la que lo acariciaba con los labios le aceleraba el corazón y todos los sentidos, no era una sorpresa para Tyler que le atrajeran los hombres, pero siempre creyó que eso era algo pasajero, nunca le contó a nadie ni lo haría porque sabía las consecuencias de ello, el solo pensarlo le hacían sentir un sudar frío.

Pero al conocer a Josh, la atracción que sintió por él fue más que física, su adorable y protectora forma de ser le resultó encantadora, le gustaba que fuera curioso aunque intentara ocultarlo, después de que notara eso y mucho más, sus atractivos atributos le golpearon con fuerza haciéndolo temblar. Incluso su naturaleza única lo hacía más lindo, poseía una fuerza que sobrepasaba la de cualquier humano, varías veces lo percibió cuando lo tomaba de la cintura al besarse.

Tyler apretó los labios, un hormigueo subiendo por su espalda al recordar como se sentían las manos de Josh sobre su piel, apretando con fuerza y enterrando un poco sus garras, así como el suave mordisco de sus colmillos en sus labios.

—No, Tyler, algo así no es propio de ti, no lo hagas—se murmuró luego de que una ya muy conocida y reprimida sensación le recorriera los muslos.

Se puso de pie de golpe, estaba seguro de que su padre le dejaría hacer tiempo extra en la armería, de esa forma podría distraerse.

El día de su cumpleaños pasó y gracias a eso Tyler tuvo dinero extra muy rápido, con eso logró juntar todo el dinero que necesitaba para pagar por el ferrocarril de Josh. Al día siguiente fue de inmediato al local de aquel hombre, le entregó el dinero faltante y este le respondió que lo tendría listo dentro de tres días.

Tyler agradeció y luego de eso se dispuso a comprar un par de cosas más, no quería solo entregarle el ferrocarril sin más, mejor lo haría en un día especial. Comenzó a comprar cosas para poder celebrar el cumpleaños de Josh, no haría algo demasiado ostentoso pero deseaba que Josh tuviera algo diferente y más colorido después de mucho tiempo.

Luego de un par de horas estaba volviendo a casa, creyó que su día no podía ser mejor pero debió atraer la mala suerte ya que segundos después de pensar eso, una bola de nieve golpeó su cabeza tirando su gorro. Tyler se quejó y miró a un lado, rodando los ojos al ver a Blake, levantando su gorro para ponérselo.