RECUERDA

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Hola chicas. Estoy recibiendo muchos mensajes que me piden más actualizaciones, y por una parte me gusta porque significa que estais implicadas con la historia, pero os pido que me comprendais, aparte de la escritura tengo obligaciones y compromisos, la escritura es un hobbie y no pretendo implicarme más allá. En el hipotético caso de que se interrumpiese la historia, os avisaría, pero eso no va a ocurrir, solo os pido que seais pacientes.

PD: curioseando entre los datos de Wattpad, he visto que los capitulo más leídos son los que tienen escenas de sexo. No sé, solo me parecía un dato curioso que compartir con vosotras. Besos

POV Nerea

El pasado y el presente se superponen, creando un borrón confuso en medio. Como si esa época no hubiese sido real, como si hubiera sido una alternativa que mi mente desesperada ha creado para darme algo a lo que aferrarme, una salida. De nuevo empezaba a pensar que hablaba un idioma único e inimitable. Creí que ella me entendía, pero quizás nos equivocamos y cada una una trataba un tema distinto. Mi situación aquí es errónea, me da entender que no pertenezco a este lugar, la corriente me arrastra río arriba, desafiando la gravedad y toda lógica. El ser humano es tan complejo, y aún mas su vocabulario. Empezamos teniendo esperanza, pero en cierto punto se convierte en agonía, y no vemos las señales que no advierten de que hemos cruzado el límite, que ahora nos hace daño. Nos seguimos aferrando a un clavo ardiendo, y no lo soltamos hasta que somos ceniza.

De algún modo me veo de vuelta en el punto de partida. Mi reciente vuelta a casa se confunde con mi luto sentimental. Rodeada de maletas me siento como una visitante en mi propia tierra. Una extraña que echa un vistazo alrededor buscando lo que le llame la atención. Todo se siente extrañamente cómodo, como si mi cuerpo añorara el lugar pero mi mente estuviese exenta. Un mutismo provocador nos hace compañía, eso es lo que realmente hace que este lugar se sienta como nuestro hogar. Mi madre esconde su temor tras una sonrisa que no llega a sus ojos apagados. Mi padre me observa de reojo, asegurándose que mis grietas no crezcan más. Mi hermano mira alternativamente a nuestros padres, como si tratase de reconocerlos. Nadie escucha las palabras que hablan los gestos. Nadie escucha los gritos entre el silencio. Peligrosamente volvemos a nuestras andadas, pero con esa constante incomodidad que nos advierte de esa tensión que puede ser desatada en cualquier momento. A nadie parece llamarle a atención que no mencione a Natalia ni nuestros encuentros. Supongo que en ese momentos todos estábamos guardando dolores que decidimos alejar de los demás por su propia seguridad, o por nuestra propia cobardía. Quizás temen alterar la tranquilidad que ahora parece reinar entre nosotros, la misma que se sentía antes de mi partida y que solo fue la calma antes de la tormenta. Me da la sensación de que la vida es una obra de teatro. Tienes claro quién eres, pero cuando el telón formado por tus párpados se hace a un lado, tienes a cientos de ojos esperando tu convincente interpretación. No importa si en ese momento estás debatiendo una batalla contra ti misma, cuando el espectáculo empieza tienes que mostrar lo que ellos quieren ver. A veces ni siquiera tienes fuerzas para seguir su juego, pero involuntariamente lo haces, como si ya no tuvieses control. 3, 2, 1, que se abra el telón.

- Me alegro de que hayas vuelto a casa.- confiesa mi padre desde los pies de mi cama.

- Yo también, papá.- supongo lo digo como formalidad.

- Escucha, no quiero que te vuelvas a sentir incómoda en esta casa.

- Lo sé, papá.

- Aunque no puedo asegurarte que en el futuro será fácil, solo quiero que sepas que este es tu hogar. No vamos a dejar que ningún integrante de esta familia se vea fuera de lugar, pase lo que pase.

Asentí para su tranquilidad. El que no pudiera ver a través de mis lágrimas me impidió ver las suyas retenidas. Yo seguía acumulando malos recuerdos y peligrosos pensamientos. Quería buscar consuelo pero no se me ocurrían palabras que me pudieran otorgar comprensión y aminoraran el dolor. Perdí las ganas de empezar un nuevo día, de alcanzar mis metas, de crear nuevos recuerdos. No encontraba sentido a lo que ocurría a mi alrededor. Sentía que Natalia me anclaba al suelo, colocaba mis pies en la tierra y desde esa perspectiva lo entendía, pero ahora estoy demasiado lejos de la imagen y me resulta demasiado pequeña como para darle la importancia que me exige. Era un continuo tiempo muerto, y pasarlo a solas no me servía de mucho, ya que nunca fui buena compañía. De nuevo me veía siendo enterrada, pero por un peso distinto. Ahora no eran secretos o vergüenza, era algo erróneo dentro de mí que no lograba comprender. En ningún momento pensé que sería ese tiempo a solas conmigo misma lo que me haría conocer esa parte. Pero en ese momento solo odiaba encontrarme con los mismos pensamientos y miedos que el día de ayer. No entendía ni mis propias palabras, pero aún así las proclamaba esperando que alguien me ofreciese su significado.


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