No habían pasado ni diez minutos desde que prometimos centrarnos en los estudios, y ya nos habíamos interrumpido unas quince veces. Supuse que no seria una buena idea eso de estudiar juntas, seguro terminaríamos por despistarnos y no hacer nada de deberes. No me culpéis, es tan tentador. Estamos en la misma habitación, juntas y sin nadie en casa. Vale, eso ultimo no estaba planeado, para lo único que a servido ha sido para complicar las cosas. Si no estábamos solas en casa seguramente mantendríamos las distancias...pero así no hay manera. Ya no se las horas que llevamos aquí juntas y prácticamente no hemos avanzado en el trabajo. Pero no le puedo negar nada.
Natalia coge impulso y se desliza por la habitación sobre las ruedas de la silla de escritorio. Un segundo después se encuentra junto a mi observando por encima de mi hombro. Dejo el bolígrafo sobre la mesa y me giro para sucumbir a otra interrupción. En cuento quedo a su alcance, rápidamente me da un beso y se separa para seguir mirando mis apuntes como si nada.
Natalia...- intento recriminarle, pero inevitablemente sonrío.
¿Crees que se podría hacer una casa rotatoria? Creo que hay un restaurante en Estados Unidos, pero no entiendo qué han hecho con las instalaciones.- me pregunta omitiendo el mi reproche. Yo la observo con la boca abierta.
¿De qué estas hablando?- por fin parece darse cuenta de que no tiene sentido lo que dice y me mira.
No se, estaba haciendo matemáticas y me ha venido eso a la cabeza. ¿Cómo lo habrán hecho?- me pregunta con verdadera curiosidad.
No...no tengo ni idea. Quizás si hacemos lo ejercicios lo averigüemos.- digo señalando los apuntes. Ella los mira con desgana.
Oh, vamos. Pero si ya has hecho todos los posibles ejercicios que existen. Relájate, creo que te mereces un descanso después de la semana que llevamos.- me gira desde la silla todavía sentada, para quedar frente a frente con mis rodillas entre las suyas.
Todavía no se ni de dónde saqué la fuerza para hacer eso.- le digo echándome hacia atrás en el respaldo.
Eres mas valiente de lo que crees.- dice colocando sus manos sobre mis rodillas.
No creas, no lo hice por mi, lo hice por ti. Siento que lo hice porque la situación me obligó. Que probablemente no lo hubiese hecho si lo hubiese podido evitar.- me acomodo en la silla un poco incomoda sabiendo que lo que digo puede ser verdad.
Pero aun así lo hiciste, quédate con eso. Quizás solo necesites un empujón, una motivación.
Me inclino hacia delante y la agarro por debajo de las rodilla para que nuestras sillas se acerquen mas. Cuando estamos a la misma altura, me acerco a ella hasta que tenemos los rostros prácticamente unidos, pero todavía no la beso. Veo que ella cierra los ojos y simplemente disfruta del contacto. Rozo su rostro con mi nariz hasta que nuestros labios se acarician sin querer y ya no espera. Se lanza a por mi boca. Mientras nos besamos no puedo evitar sonreír por su reacción. No llego a entender como soy capaz de hacerle sentir algo así, aunque supongo que no debería extrañarme, porque yo siento algo parecido. Lo que de verdad me extraña es que alguien pueda sentir con la misma intensidad que yo en estos momentos. Entonces ella se separa, pero yo me acerco con la intención de continuar el beso. Pero ella se separa mas, pensativa.
Una motivación.- es lo único que dice. Yo me muerdo el labio al ver que no me va a seguir besando.
¿De qué estas hablando?- ahora sonríe.
Ya he encontrado tu motivación. Esto.- dice señalándonos a ambas.- He tenido que retroceder, es decir, esta relación no es a lo que estoy acostumbrada, tengo que ocultarme, antes no. Así que te haré perder algo a ti también, al menos hasta que lo sepan tus padres.- dice mientras repiquetea con los dedos sobre la mesa.
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LA VIDA UNIVERSITARIA
Teen FictionEsta es la historia de Nerea, de 18 años. Está apunto de empezar primero de Arquitectura. Ni por asomo se imagina lo que le espera. Entre planos, clases y fiestas universitarias conocerá a muchísima gente,...y mientras tanto a si misma. @OneShippe...