No recuerdo las veces que me desperté aquella noche, ni siquiera se si llegué a dormir de verdad. No se si fue un sueño o mi memoria que me atormentaba, pero estuve toda la noche escuchando en mi cabeza esos gritos, pasos, golpes secos, ese nudo en la garganta, la falta de aire...las ganas de salir corriendo y no volver. Lo que no recuerdo es el momento en el que decidí que el suelo no era un buen lugar para dormir. De alguna manera me acabé obligando a arrastrarme a la cama. Aun así siento el cuerpo como si hubiese estado toda la noche acostada sobre gravilla. Se que estoy despierta pero me cuesta abrir los ojos. Estoy emocionalmente agotada. No dejo de pensar en que haría si yo estuviese en el lugar de aquel chico, pero no lo soporto, esa posibilidad duele demasiado. Estoy condenada a vivir encarcelada en mi misma a pesar de no haber cometido delito alguno. Soy jurado, juez y verdugo de mi propio ser. De nuevo siento que mi garganta se estrecha y me falta el aire. Me incorporo para facilitar el acceso de de oxigeno a mis pulmones. Y consigo tomar bocanadas de aire, pero queman. Los sollozos me han dejado la garganta en carne viva. Me pongo en pie. Lo lógico seria salir de la habitación, pero me da miedo enfrentarme al mundo. Cualquiera que me conozca sabrá que me pasa algo. Cómo explicárselo si no lo entiendo ni yo. Esos pensamientos son como un mazazo en el pecho que me hacen volver a sentarme. Agito la cabeza intentando alejar de mi esos pensamientos. Me dirijo a un espejo que cuelga de la pared y veo que me devuelve la mirada un fantasma que parece asustado por la posibilidad de volver a vivir. Todavía llevo la ropa de ayer. El rimmel corrido me profundiza aun mas las ojeras. Cojo un pañuelo e intento limpiarme. No puedo volver así a mi casa, mis padres se preocuparían. Veré si puedo quedarme hasta tarde en casa de Sofia. Pero para quedarme tendré que dar explicaciones. A mis padres puedo decirles que estaba cansada y dormí hasta tarde. Pero, ¿qué le diría a Sofia? Tenia que pensar en algo. Empezó a dolerme la cabeza, estaba claro que eso era una señal de que no estaba dispuesta a colaborar. A la mierda, a ella le diré la verdad. Sofia lo entenderá. Cojo la mochila que me traje ayer y me pongo el pijama. Ni siquiera se que hora es. Rebusco mi móvil entre las sabanas. Las 11. Tengo mensajes de whatsapp, deben ser los grupos. Abro los chats y resulta que no son los grupos. Varias personas me preguntan como estoy después de lo de anoche. Paula, Diana, Núria, Carmen, Natalia....Joder, Natalia también escuchó la historia el chico. ¿Se habrá dado cuenta de por qué me afectó tanto? No me atrevo a responder en ese momento así que apago el móvil para evitar llamadas. Salgo al comedor y veo a Sofia en el sofá trabajando con el ordenador. En el momento que se gira hacia mi veo un amago de sonrisa que desparece cuando me mira. Deja el ordenador a un lado y se dirige hacia mi. Yo no me muevo. Cuando esta lo bastante cerca agacho la cabeza sin saber que decir o hacer.
¿Qué ha pasado?- yo sigo sin decir nada.
Entiende que no es el momento de hablar, así que me acerca a ella y me da un abrazo. Aprovechando que es un poco más alta que yo apoyo la cabeza en su hombro. Respiro hondo. Cuando me separo de ella me mira preocupada pero tampoco habla, parece estar midiendo sus próximas palabras.
¿Quieres hablar?- la verdad es que no, pero necesito que le diga a mis padres que tardaré en llegar a casa. Afirmo con la cabeza. Me pone la mano en la espalda y me lleva hasta el sofá. Abro la boca intentando hablar, pero no se por donde empezar.- ¿Discutiste con alguien?- intenta ayudarme.
No. Yo no.- junto las manos y las aprieto para liberar tensión.- Hubo una pelea cerca del pub al que íbamos.- Sofia parece que va a decir algo, pero decide que es mejor dejarme terminar la historia.- Un grupo de chicos estaba pegando a un chaval. Gente de nuestro grupo se metió para separarlos.- Veo como la mirada de Sofia me recorre de arriba a bajo en busca de heridas.- Cuando se fueron, una compañera de clase y yo fuimos a socorrer al chico hasta que llegó la ambulancia.- no entro en mas detalles y espero que ella tampoco.
¿Salio muy mal parado?- pregunta en voz baja.
Le sangraba el brazo, tenia la ceja partida y... no sé, creo que recibió varios golpes en las costillas.- parpadea varias veces, creo que no sabe como reaccionar ante esto.
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LA VIDA UNIVERSITARIA
Teen FictionEsta es la historia de Nerea, de 18 años. Está apunto de empezar primero de Arquitectura. Ni por asomo se imagina lo que le espera. Entre planos, clases y fiestas universitarias conocerá a muchísima gente,...y mientras tanto a si misma. @OneShippe...