Capítulo XX

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Stiles había sido movido de su celda a una habitación un poco más descente. Aún no creía que ese hombre pudiera ser parte de su familia. No podía ser posible que fuera el hermano mayor de su madre. Por lo que sabía su madre era hija única, la líder de 6 clanes que había heredado su lugar siendo muy joven. No, todo esto era imposible.

Le habían ofrecido poder marcharse siempre y cuando no revelará el secreto de la rebelión. Era muy tonto si lo pensaba pues claramente podía traicionarlos, pero luego de escuchar las palabras del rey Alberth cualquier indicio de traición desapareció.

-Puedes marcharte Stiles, no te estoy obligando a quedarte con nosotros, pero por favor no destruyas lo que tus padres, nuestros líderes, intentaron crear. Sin embargo, no dejaré que te vayas a menos que me escuches antes.

Noah y Claudia lideraban la resistencia.¿Los propios líderes del clan querían destruirlo? Si lo pensaba bien, tenía lógica. Sus padres detestaban la manera en la que el clan decidía, su forma de sentirse superiores a cualquier otro clan, la manera en que sometían a los demás miembros de sus clanes o la destrucción que podían ocasionar cuando alguien se revelaba en su contra. Quizás la rebelión no era el villano en esta historia.

Quería escapar y volver con su familia. Quizás Derek había sido un idiota con él, pero no podía dejar de amarlo aunque claro se encargaría de darle una lección después. La barrera que cubría aquel lugar impedía que cualquiera pudiera usar cualquier habilidad sobrenatural, hacia que el lugar fuera indetectable e incluso impedía que alguien saliera sin el consentimiento de aquel que puso la barrera, el rey Alberth.

Así que para marcharse libremente debía escuchar al rey. Luego de meditarlo, llegó a la conclusión de que quizás debía escuchar a ese hombre. Había aprendido que las cosas no son lo que parecen habitualmente. Como Benji que le servía a Deucalion aunque resultó ser una buena persona que los ayudó o como Jennifer que aparentaba ser dulce y tierna, pero en realidad era el darach. Sí, el rey merecía ser escuchado.

Era de noche, cuando decidió salir de la habitación y dirigirse a la del rey. Estaba cerca cuando varios hombres que parecían ser médicos y druidas corrieron hacía dicha habitación. Algo muy malo debía estar pasando. Stiles apresuró sus pasos y se encontró a Rowan llorando al lado de su padre que se encontraba al borde de la muerte.

- Desactiva la barrera. - le dijo a Rowan.

- No puedo hacerlo.

- Pero yo si. - dijo una persona cubierta con una capa negra. Después de recitar unas palabras la barrera se desvaneció y Stiles pudo sentir como su poder regresaba.

Se concentró e iluminó sus ojos dirigiendo su poder sanador hacia el rey. Alberth comenzó a estabilizarse y su malestar desapareció. Nadie podía creer lo que había sucedido. Ningún ser sobrenatural podía tener un poder tan enorme como para sanar una enfermedad como la del rey o incluso salvarlo del borde de la muerte. ¿Qué clase de ser era Stiles?

De pronto su poder volvió a desaparecer. La mujer había activado la barrera nuevamente.

- Vaya, Hannah si que hizo un buen trabajo contigo joven príncipe. - dijo la mujer. - Permiteme presentarme. - se quito la capa dejando ver a una mujer idéntica a Hannah. - Mi nombre es Anna, la hermana gemela Hannah.

La cabeza de Stiles seguro estaba por estallar. ¿Hannah tenía una gemela? Esto era demasiado confuso.

- Sé que suena muy confuso príncipe Stiles, pero para que comprendas sé supone que todas estas personas y yo estamos muertas. - Stiles los vio asombrado.

- Ha llegado el momento que sepas la verdad Stiles. - el rey Alberth se intento levantar.

- Padre, no te esfuerces. - dijo Rowan.

Un rey peligroso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora