Capítulo XXXI

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Luego de tres meses, que les parecieron eternos, el día de la boda por fin había llegado. Los alfas del clan querían que la boda real se celebrará en el castillo justo como la de Noah y Claudia. Sin embargo, Stiles quería que fuera a su modo. Pequeña, íntima, pero muy especial y que mejor lugar para hacerla que el lugar que los vio crecer y fue testigo de su amor, Beacon Hills.

La celebración sería en la mansión de los Hale y aunque podían celebrar una boda ostentosa no sería así. Solo sus amigos, su familia y los miembros del clan. Lydia se había encargado de casi todo lo demás. Decoración, música, flores, mobiliario, comida y todo lo demás.

A pesar de eso Stiles no podía evitar sentirse nervioso. Después de todo por fin se uniría al chico que amo desde hacía tanto tiempo. El padre de su hijo y quizás de sus futuros hijos. Pero había algo más y eso era la marca que Derek dejaría en él esa noche. Habías oído hablar sobre aquella marca tan especial. Un lazo entre una pareja de hombres lobos que los convertía en uno solo. Una señal física que unía sus almas. Incluso había escuchado que el lazo te permitía sentir lo que tu pareja sentía en ese momento, como una forma de comunicarse el uno con el otro.

En serio quería ser marcado por Derek, en serio que lo deseaba más que nada, quería pertenecerlena él y a nadia más que él. Sin embargo, le preocupaba no ser suficiente para ese lobo. Era tonto pensarlo, pero su nerviosismo e inseguridad no lo dejaban pensar bien.

- ¿Estás listo Sti....? Vaya si que te ves como todo un príncipe. - le alago Alicia.

- Lo dices en serio, siento que me veo algo gordo y...

- Basta Stiles, deja a un lado esos pensamientos y concéntrate en que hoy es tu boda hermanito.

- Tengo miedo Alicia, que tal si Derek se aburre de mi y decide dejarme. Que tal si no soy suficiente para él y además...

- No será así Stiles. Sabes lo mucho que ese lobo te ama. La ha hecho desde que te conoció cuando eras solo un bebé. Créeme si te digo que ambos tendrán una vida plena y feliz al lado del otro.

- Lo prometes.

- Cariño, soy una vidente recuerdas. Confía en mí, lo sé todo. Además nada ni nadie podrá hacer que Derek cambie el amor que siente por ti y eso te lo digo de forma personal y no porque sea una vidente.- Las palabras de su hermana habían logrado calmarlo.

- Gracias. - agradeció mientras la abrazaba.

- Oigan, todos están esperando a Stiles y  es mejor que... - Ray se detuvo al ver la tierna escena. - Saben yo también pertenezco a esta familia.

- No discutas y ven acá. - le ordenó su ahora esposa.

- No puedo creer que mi hermanito al fin se vaya a casar. Solo quiero que sepas que si Derek te hace algo le pateo el trasero.

- Creo que él te lo patearia antes sin dudarlo. - dijo Stiles mientras Alici reía.

- Pero hablando en serio Lydia dijo que es hora de que salgas. Al parecer organizó todo tan bien que tiene cronometrado cada segundo.

- En ese caso demonos prisa. - dijo Stiles mientras caminaba hacia la salida trasera en donde se celebraría la boda.

Al llegar pudo ver lo hermoso que Lydia había dejado el patio trasero. Era como una de esas bodas de revista. A los lados estaban todos su familia y amigos dejando un pasillo en el que caminaría directo al altar en donde lo esperaba un muy atractivo y bien vestido novio. Alicia y Ray lo entregarían en el altar pues eran lo más cercano a unos hermanos que pudo tener.

Derek soltó unas cuantas lágrimas al ver a Stiles frente a él. Realmente no podía creer que tuviera a su alma gemela a punto de unirse a él para la eternidad.

Un rey peligroso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora