Capítulo XXVI

186 19 0
                                    

El día tan esperado por fin había llegado. La coronación de un nuevo rey del clan de los doce. Todos estaban más que felices, pero en Stiles aún permanecía la duda si este era realmente el final. El mensaje del padre de Liam seguía sin resolverse así que no sé sentía seguro aún.

Steve había acabado con la vida de Augusto la noche anterior. El clan se había molestado demasiado por las acciones precipitadas de Steve. Se suponía que ningún miembro del clan debía atacar a otro miembro. Sin embargo, al igual que Stiles, Steve había estado realizando varias investigaciones y había encontrado movimientos sospechosos en Augusto. Eso lo había llevado a descubrir que el alfa había confabulado en la muerte de Noah y Claudia. Por tal razón, los miembros del clan decidieron apoyar la decisión de Steve, pero eso no quería decir que habían detenido a todos los culpables. Una serie de investigaciones deberían realizarse hasta que se determinara que no habrían más problemas.

Pero ese sería tema para otro momento. Por ahora todo era fiesta en el reino. El tío y primo de Stiles habían podido dejar su escondite finalmente. Su inocencia había sido comprobada y hasta se les había ofrecido una disculpa por los crímenes atroces que habían cometido en su contra. El clan enmedaria su error que hasta incluso reconstruirian el antiguo castillo de la familia de la reina Claudia. Todo marchaba bien para todos excepto para Stiles.

Derek, su hijo y la manada habían tenido que volver a Beacon Hills tal y como Stiles lo había ordenado desde un principio. Las visiones de Alicia aún le alertaban sobre un mal latente en el castillo. Tal y como lo imaginó esto aún no se detenía.

- ¿Estás listo? - preguntó Rowan entrando a la habitación en la que Stiles se estaba preparando.

- Quisiera decirte que si, pero sigo teniendo un mal presentimiento Rowan.

- Oye, tranquilo. Serás nombrado rey de una de las fuerzas de hombres lobos más grandes del mundo.

- Eso no me ayuda en nada.

- Lo siento, no soy bueno dando palabras. Escucha Stiles, no estarás solo de acuerdo. Papá y yo estaremos contigo al igual que la alfa Hale y el alfa McCall. No te dejaremos solo nunca.

- Y se los agradezco. Sin embargo, me gustaría que él estuviera aquí.

- Amas demasiado a Derek ¿verdad?

- No te imaginas cuánto.

-Bueno, estoy seguro que volverán a verse pronto. Además, quiero conocer a mi sobrino. - dijo emocionado.

- Lo harás, tengo el presentimiento que le caerás bien.

- Perdone su alteza, el momento ha llegado. - interrumpió un beta entrando a la habitación.

- Bueno, la hora ha llegado. - Stiles y Rowan se encaminaron hacia la salida cuando el sonido de una explosión los alertó.

Corrieron hacia una ventana a ver lo que sucedía. Varias explosiones comenzaron a suceder en varios lugares que rodeaban al castillo. Todos corrían y gritaban por auxilio. El presentimiento de Stiles había sido correcto. De pronto ocurrió una explosión más, pero está provino del interior del castillo.

- Tenemos que salir de aquí. - Rowan tomó a Stiles de la mano. Sabía que tenía que alejar a su primo del peligro tal y como su padre se lo había ordenado.

Las explosiones continuaban y cuando estaban cerca de llegar a la salida un grupo de betas los acorralo. Rowan y Stiles comenzaron a darles pelea, pero los superaban en número. Estaban a punto de derrotarlos cuando un lastimado y polvoriento Steve apareció para ayudarlos.

-Tenemos que salir de aquí. - les dijo. Lo tres comenzaron a buscar otra salida cuando un explosión más provocó que el techo de desplomado sobre ellos dejando a Stiles y a Steve de un lado y Rowan del otro.

-¡Rowan! - le llamaba Stiles tratando de saber si estaba bien.

- Estoy bien Stiles, ustedes sigan, buscaré otra salida.

Stiles y Steve continuaron buscando otra salida. Las explosiones continuaban. El castillo podría desplomarse en cualquier momento. Finalmente habían logrado encontrar una salida, pero justo antes de llegar Stiles sintió como una aguja pinchaba su brazo. Sus ojos comenzaron a cerrarse hasta que se desplomó en el suelo.

- Al fin eres mío.

Un rey peligroso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora