Capítulo XII

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Se despertó con la respiración agitada y con una leve capa de sudor sobre su frente. Examinó el lugar y se dio cuenta que estaba... ¿En un hospital? No tendía que hacía allí, pero tenía el vago recuerdo de tener que hacer algo muy importante. Trataba de recordarlo y de pronto lo tuvo claro. Habían herido a Derek, su Derek, y debía buscarlo.

Intentó levantarse, pero sintió un dolor punzante en su vientre. Colocó sus manos y entonces se dio cuenta que algo faltaba. Su vientre ya no estaba abultado lo que significaba que su bebé... Estaba asustado, es más, estaba al borde de la locura. Comenzó a agitarse aún más y quizás se hubiera causado daño al tratar de levantarse de no ser por Lydia.

-¡Stiles! - dijo la pelirroja emocionada al ver que el castaño por fin había despertado.

- Lydia ¿Dónde está mi hijo?- dijo casi al borde de la desesperación y el llanto.

- Sti, calmate quieres.

- No me pidas que me calme. No entiendo que demonios está pasando y recién me doy cuenta que tampoco tengo a mi hijo conmigo.

- Él está bien Sti, lo traerán en un momento.

- ¿Qué pasó Lydia?

- Deja que tome asiento primero. - la banshee se sentó y comenzó a contarle lo sucedido a Stiles. No podía creer que todo eso había sucedido y mucho menos que no pudiera recordar nada. Su hijo y él habían salvado a Derek de morir y eso le traía un sentimiento familiar.

Era como si volviera a repetir el momento en el que Deucalion los atacó por primera vez. Cuando descubrió lo que era capaz de hacer y además salvó a Derek de las garras de la muerte. Se sentía feliz de que no hubiera perdido al lobo ni a su hijo. Sin embargo, le preocupaba el hecho de que su hijo hubiera heredado parte de sus poderes pues sabía él peligro que podía conllevar tener esas habilidades. Tendría que proteger a su hijo de aquellos que estaban enfrascados en hacerle tanto daño.

Después de hablar un poco más con Lydia una enfermera entró con su bebé cubierto con una manta celeste. Stiles sintió nervios pues jamás había cargado a un bebé en sus brazos y mucho menos había cuidado de uno. Pero allí estaba a punto de conocer a su hijo, a punto de aprender a ser padre.

- Mira a quien tenemos aquí pequeño. Estoy seguro que tu padre debe estar ansioso de conocerte. - dijo la enfermera mientras acercaba al bebé a Stiles.

El castaño lo recibió y sintió como un calor reconfortante se instaló en su pecho. El bebé se removió un poco al sentir el contacto con su padre. Era como si pudiera reconocer a Stiles perfectamente. El castaño quitó un poco la manta y se encontró con dos orbes azules observandolo atentamente. El niño tenía muchos de los rasgos de Derek y algunos de los suyos. Era una mezcla perfecta de los dos. Se sintió feliz como si todas sus preocupaciones se hubieran esfumado aunque claro aún seguía un problema. Derek no estaba con ellos.

Como si sus pensamientos hubieran sido escuchados Derek entró en una silla de ruedas a su habitación. Aún se veía un poco afectado por el wolfsbane, pero en definitiva estaba mejor. Scott era quien lo llevaba y se alegro de ver a Stiles con sus bebé. Después de todo el sería el padrino de ese niño aún si Peter se negará pues según él tenía privilegios por ser el tío de Derek. El moreno acercó a Derek a la cama en la que descansaba Stiles.

- Nosotros los dejaremos solos. - dijo Lydia mientras salía con Scott.

Ninguno de los días sabía que decir al respecto. Solo guardaron silencio, uno muy incómodo. Derek se sentía demasiado apenado por ser el causante de tantos problemas pues de no ser por sus heridas Stiles jamás hubiera salido del castillo para ir a verlo. Se sentía culpable de poner en riesgo la vida de su bebé y la de su castaño.

- Stiles...

- No me digas que lo sientes Derek. Dime cualquier cosa, pero no eso.

- Pero Stiles, es mi culpa que estés aquí de esta forma. Se supone que el nacimiento de nuestro hijo debía ser un momento feliz, se supone que debía estar contigo en ese momento y lo único que cause fue que casi los perdiera a ambos. - el lobo se sentía tan mal consigo mismo que Stiles pudo sentir perfectamente el aroma a tristeza.

- Tranquilo, no te estoy culpando de nada lobito. Esto es algo que pudo pasarme en cualquier momento y además tú también nos ayudaste a sentirnos mejor. - Derek recordó lo que Scott le había contado sobre la milagrosa forma en la que su familia se había salvado a sí misma. - Es más, creo que alguien quiere saludarte. - con mucho cuidado Stiles se movió para poder acercarle el bebé. - Saluda a tu papá.

Derek quedó fascinado al ver a su hijo. Era como ver una copia de si mismo con algunos rasgos de Stiles y junto a esos hermosos ojos azules que te hipnotizaban se daba cuenta que su vida no podía estar más completa. Ahora comprendía todos esas palabras que sus padres le decían sobre formar su propia familia. Aún así las cosas no estaban bien pues alguien trataba de herir a Stiles y a su cachorro. No permitiría que nadie volviera a hacerles daño de nuevo.

- Stiles, quiero que volvamos a Beacon Hills inmediatamente.

Un rey peligroso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora