Un rey peligroso

Capítulo VII

El viaje hacia las tierras del clan fue un poco largo. Debían pasar 6 horas en carreteras para llegar al hogar ancestral de Stiles. Claro que él ni siquiera sentía lo eterno que era ese viaje pues estaba totalmente dormido en los brazos de su Derek. Los últimos meses de su embarazo permanecía muy cerca de Hale pues su lobo interno se sentía más a salvo en su regazo. Derek no protestaba ante aquello pues amaba que su castaño no quisiera despegarse de su lado. Además él también se había vuelto posesivo y muy celoso de aquellos que se atreviera acercarse al castaño y a su hijo sin su debida aprobación. Por ello todos guardaban su distancia de la pareja.

Casi todo la manda había acompañado a Stiles a afrontar las revueltas que estaban ocurriendo en el clan. Algunos se quedaron para cuidar Beacon Hills y asegurarse que nada mala sucediera en la ausencia de los líderes Hale además de vigilar al nuevo beta que habían encontrado. Benji había sido uno de lo primeros en ofrecerse a cuidar del pequeño beta pues el chico confiaba en él además de que se sentía atraído por esa mirada de ojos azules.

Faltaba poco para llegar y todos comenzaban a desesperarse sobre todo por Lydia quién no había parado de hablar en todo el camino sobre los bailes a los que iría y todos los algas poderosos que conocería sin importar que Jackson estuviera presente.

- Quieres guardar silencio de una vez por favor. - le hablo un molesto Derek Hale.

- No tienes que hablarme de esa manera.- le respondió.

- Pues te habló como quiera porque ya me tienes cansado con todo Lydia. No dejas de hablar y de hablar cuando solo queremos un momento de paz. Además vas a despertar a Stiles y no quiero que...

- ¿Que está pasando?- habló un soñoliento Stiles.

- Nada cariño vuelve a dormir sí. - todos se quedaron boquiabiertos al oír a Derek hablar así. La paternidad lo estaba enblandeciendo.

- ¿A caso estas causando problemas lobo amargado?

- No para nada Stiles.

- Es mentira Sti, me ha estado hablando feo diciendo que soy irritante.

- Yo no....

-Basta. - les interrumpió el castaño. - Derek pídele disculpas a Lydia.

- Pero...

- Derek. - lo vio serio.

-Perdona Lydia. - sonrió falsamente al igual que la pelirroja.

- Así me gusta lobito. - le dio un corto beso en los labios mientras volvía a acurrucarse en sus brazos. Derek acarició el cabello de su Stiles y beso su cabeza mientras se acomodaba para dormir con su chico.

Todos veían con ternura la escena pues llevaban tiempo esperando por esto. Y todo hubiera resultado bien si Lydia no hubiera sacado su cámara y nuevamente arruinaría el momento. Derek volteó a verla molesto e hizo irradiar sus ojos pero sintió un mirada penetrante por parte de Stiles quien también había iluminado sus ojos. Derek comprendió lo que Stiles estaba tratando de decirle así que obedeció y volvió a dormirse. Ese castaño sí que tenía al lobo comiendo de su propia mano.

Horas más tarde por fin habían llegado a las tierras del clan. Habían varias casas, pero no había ninguna persona lo que sorprendió a la manada. Sin embargo, al seguir avanzando vieron un enorme castillo asomándose a la distancia. Ese era el castillo ancestral de la familia de Stiles y que ahora era el castillo central del clan.

Todo el mundo esperaba con ansias el regreso de su príncipe al cual creían muerto desde hace muchísimo tiempo. En cuanto la noticia fue dada la emoción se esparció en todo el mundo y ahora estaban a punto de conocer a su futuro rey.

Era una enorme muchedumbre y sus gritos de algarabía estremecían los oídos de la manada entera. Stiles, quien aún no se acostumbraba a sus habilidades, se despertó asustado, pero para su suerte Derek estaba allí para calmarlo.

- Hey, tranquilo Sti todo está bien. Son solo tus futuros súbditos que se mueren de la curiosidad de verte.

- Tengo miedo Derek.

- Tranquilo Sti, recuerda estoy bueno estamos aquí para ti. - el lobo le sonrió y eso lo calmó. Vio a los demás y se dio cuenta que Derek tenía razón. Su manada estaba aquí para apoyarlo.

Comenzaron a descender y los gritos fueron más fuertes. La manada descendió de los autos que los habían llevado y se reunieron en la entrada del castillo. Solo quedaba que Stiles apareciera así que se armó de valor y descendió. Los gritos cesaron un momento al notar que su príncipe estaba en cinta lo que preocupo a Stiles. Sin embargo, unos minutos después volvieron a oírse mucho más fuerte al saber que ahora no sólo tendrían a un rey sino que también a un futuro príncipe.

Stiles se sentía nervioso y se aferró a Derek ganándose unas miradas de ternura por parte de los espectadores. Entraron al castillo y fueron recibidos por once alfas. La ausencia de la alfa Truman era evidente.

- Bienvenido príncipe Stiles. - le saludo Marlon Gallagher líder de uno de los clanes. - Nos alegra que haya decidido regresar con nosotros sobre todo en estos tiempos de crisis que nuestro querido clan está atravesando. Comprenderá que la ausencia de nuestra querida Noelia ha dejado una gran huella en nosotros y no hay mejor alivio que el saber que usted está aquí para dirigirnos y calmar esta crisis.

- Ugh este tipo es una lame botas. - dijo Lydia. Ganándose así la mirada desaprobante de todo el mundo.

- Disculpe a mi amiga por favor. - habló Stiles tomando valor. - Me alegra poder volver a este lugar que después de todo es mi hogar. Les prometo que haré todo lo posible por ser el líder que se merecen.

Los alfas miraban de forma atenta al que sería su próximo líder. Algunos dudaban de las habilidades del castaño, pero para aquellos que sabían de lo que era capaz representaba un peligro para sus planes. Luego de una charla breve guiaron a Stiles a un balcón en el que podría saludar a su ahora pueblo. La manada guarda una distancia prudente, pero Derek se mantenía muy cerca y atento a cualquiera que quisiera dañar a su familia. De pronto observó un brillo proveniente de una edificación cercana al castillo y supo de que se trataba. Se movió ágil hacia a Stiles cuando el sonido del arma se escuchó haciendo que todos se asustaran. Derek tenía no haber llegado a tiempo. Vio que Stiles estaba manchado de sangre y por un momento su corazón se detuvo al pensar que era la sangre de su chico, pero al notar que no era de él se calmó. No obstante uno de los guardias que estaban allí cayó al suelo mientras agonizaba del dolor. Nadie entendía lo que había pasado hasta que Deaton se acercó y observó como la sangre del guardia comenzaba a tornarse negra.

- Wolfsbane. - dijeron varios de los allí presentes.

Ahora todo era más que claro. Alguien había intentado asesinar al príncipe Stiles.