Capítulo XXV

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Una semana había transcurrido desde que Liam había entregado el mensaje de su padre. Clariseny él habían llegado sanos y salvos a Beacon Hills en donde empezarían una nueva vida bajo el cuidado de los Hale.

La manada aún trataba de descifrar el mensaje, pero seguían sin obtener resultados. Stiles no tuvo otra opción más que anunciar su decisión. Sería nombrado rey del clan de los doce finalmente y aunque ese quizás fue para lo que fue instruido sabía que eso significaba que debería separarse de Dylan y de Derek por un tiempo indefinido. Alicia le había dicho que todo resultaría bien. Podía ver claramente que ambos volverían a estar juntos muy pronto.

Durante ese tiempo Stiles había aprovechado para visitar a su tío y los demás miembros de la rebelión llevándoles comida y algunos medicamentos. Su tío no estaba de acuerdo con que asumiera el liderazgo del clan pues sabía que podrían hacerle lo mismo que le habían hecho a su querida hermana Claudia. No quería perder a su familia cuando recién había comenzado a recuperarla.

La noche prometía ser larga pues al siguiente día sería su coronación y que mejor forma de pasarla que rodeado de lo brazos del hombre lobo al que amaba.

- Deberías dormirte ya Stiles.

- Lo mismo digo lobito. Debes llevarte a Dylan y los demás a Beacon Hills mañana.

- Es injusto que dejes que mi padre, Peter y Scott se queden contigo.

- Porque necesito que cuides de nuestro y los demás mientras ellos están aquí. Tampoco quiero dejarte Derek, créeme que no quiero hacerlo, pero trata de pensar que este no es un adiós sino un hasta pronto.

- Quizás sea el hasta pronto más largo que tenga que dar.

- No lo será, te lo prometo.

Sin darse cuenta ambos se habían quedado dormidos. Durante la madrugada Stiles se levantó de su cama sin que Derek se diera cuenta. Debía encontrarse con Rowan para entregarle unas últimas medicinas que necesitaban. Se colocó una capucha para que nadie pudiera verlo y salió del castillo. En estos momentos agradecía tener sus habilidades sobrenaturales pues podia recorrer grandes distancias si cansarse siquiera.

Recorrió los enormes bosques observando lo maravilloso que se veía a luz de la luna. Sin embargo alguien más lo seguía. Escondido entre las sombras esperaba el momento que había estado esperando desde que descubrió el secreto de Stiles. Finalmente, llegó a las ruinas del castillo y nuevamente la espesa niebla comenzó a cubrir el lugar. Rowan apareció para poder hablar con su primo.

- Gracias por venir. - le dijo.

- No te preocupes. Pronto no tendrán que preocuparse por nada. Una vez que sea el rey daré mi declaración para absolverlos de cualquier culpa. Ninguno de ustedes tendrá que esconderse de nuevo entre las sombras. Encontraremos al culpable y lo haremos pagar.

De pronto una risa se hizo escuchar. Rowan y Stiles se pusierom alerta tratando de encontrar el origen de aquella risa.

- Así que esto es lo que escondías pequeño príncipe. Confabulando con el enemigo, quien lo diría.

- Muéstrate. - le ordenó Stiles.

- Como lo ordene su majestad. - el dueño de la risa se hizo presente. - Un placer verlo su alteza.

- Quisiera decir que esto me sorprende Augusto, pero para ser sincero eras mi principal sospechoso.

- Bueno, es algo que hasta para mi era obvio.

- ¿Qué es lo ganas haciendo esto?

- Sabes Stiles el clan de los doce alguna vez fue temido por todas las manadas del mundo. Todos querían ser parte de nosotros y hasta incluso nos juraron su lealtad eterna. Teníamos y aún tenemos el poder suficiente como para nombrarnos dueños del mundo. Somos lo mejor de lo mejor. Sin embargo, tus padres llegaron a cambiarlo todo con sus estúpidas ideas de compasión e igualdad para todos. Solo imagina que quería que nuestros Betas tuvieran voz y voto en nuestras decisiones. Por favor, una idea tan estúpida de dos líderes que no servían para nada.

- TE PROHÍBO HABLAR ASÍ DE MIS PADRES.

- Oh, perdona si te ofendí, pero estoy siendo sincero contigo. Noah y Claudia fueron los peores líderes que el clan pudo tener.

- Los inútiles son ustedes. - le respondió Stiles. - Ninguno de ustedes a aportado nada al clan. Todos se sientan a esperar órdenes de alguien. Es más para lo único que tú sirves es para ocupar un espacio en el clan.

- Ne recuerdas mucho a la estúpida de tu madre. Siempre sintiendose superior y astuta, pero mira lo fácil que fue engañarla para abandonar a su reino. Mientras se divertía en los brazos de Noah nosotros nos encargamos de destruir a nuestros rivales, claro que al igual que en cualquier exterminio algunas cucarachas se esconden entre los escombros. Pensándolo bien, tengo que agradecerte pues de no ser por ti jamás hubieramos podido encontrar el escondite de la rebelión. - de pronto varios betas comenzaron a aparecer listos para atacar.

- Maldito viejo, me las vas a....

- No, no, no su majestad. Yo no haría eso si fuera usted. - sacó un arma similar a la que el cazador solía llevar.

- Sabes que no puedes hacerme daño, tu pacto de sangre te lo prohíbe.

- ¿Y quien dijo que te estaba apuntando a ti? Dulces sueños escoria. - Augusto le estaba apuntando a Rowan. Stiles trató de interponerse, pero fue demasiado tarde. Un disparo se escucho en todo el bosque.

Sin embargo, la bala jamás llegó a Rowan o a Stiles. El proyectil había impactado en Augusto causandole su muerte inmediata. Los betas vieron caer a su líder y se vieron obligados a huir. De entre la neblina alguien más apareció.

- ¿Tú, qué haces aquí?

- No eres el único que ha estado investigando Stiles. Después de tanto tiempo, al fin encontré al culpable de la muerte de mis queridos amigos.

Un rey peligroso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora