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28 - Un lindo viaje -

Es difícil creer que en un par de meses estaré completamente libre de la escuela, y podré hacer lo que quiera cuando quiera.

Debo admitir que también es algo aterrador, pero al mismo tiempo emocionante el imaginar que pasará después con mi vida.

Es un poco triste el tener que dejar este lugar, si, los primeros años aquí fueron horribles, pero este último no estuvo nada mal.

Garcias a la escuela conocí personas geniales, y otras no tan geniales, el punto es que se me hace difícil decirles adiós.

Más a una persona en particular. Hice mi camino a través de los corredores hasta llegar a mi locker. Una cosa que no extrañaré de la escuela es tener un locker en el tercer piso. Es horrible el llegar a mi locker sudada, y con la respiración entre cortada, como si acabara de escalar el monte Everest.

Justo cuando me encontraba frente al locker un par de manos se posaron en mi cintura, causando que volteara instantáneamente.

Sonreí mientras observaba a Pablo, el cual lucía extremadamente feliz, lo cual era raro. -Hola amor. -dijo con una sonrisa mientras se recercaba en el locker que se encontraba junto al mío. -¿Acaso no es una hermosa mañana?

-Está helando, y lloviendo. -fruncí las cejas. -Aparte, ¿no has visto el nuevo corte del Sr. Mansilla?

El sonrió. Oh, Dios. Algo va mal. Él nunca es tan feliz. -¿Hiciste algo diferente con tu pelo?

Rodé los ojos y cerré el locker. -Sí, se le llama desastre matutino, es una despeinada colita de pelo.

-sos tan graciosa, mi amor. -dijo Pablo mientras rodaba los ojos e inclinaba la cabeza.

Lo que causó que soltara una risa y contagiara. Ok, definitivamente algo va mal. -Ok, vos sólo estás tan feliz cuando lavas tu carro o haces miserable la vida de tus amigos. -solté un suspiro. -Así que... ¿Qué insulto usaste esta vez en Manuel?

El negó con la cabeza y frunció las cejas mientras tocaba su pecho, como si estuviera realmente herido por mi comentario. Es un completo idiota. Mi idiota.

-Me ofende que pienses así de mi amor, creí que ya te habías dado cuenta que soy un hombre diferente. Soy una persona madura.

-Nos quedamos hasta las dos de la mañana viendo Disney Channel...

-De hecho, eran la 1:45. -corrigió. Susurré mientras lo observaba arrogar su mochila al suelo, arrodillarse y buscar algo dentro de esta.

Había estado disfrutando el humor de Pablo los últimos días, había estado tan calmado. Tal vez la vida me mostraba todo lo que extrañaría.

El sacó una arrugada hoja de papel y lo arrojó al piso para poder cerrar su mochila. Se puso de pie, agarrando la bola de papel y comenzó a desenvolberla con una sonrisa en su rostro. Lo miré con curiosidad.

-Pablo , ¿estás de broma? -dije, en cuanto entendí lo que era.

-Te dije que lo haría. -dijo fríamente. Era obvio que estaba bastante orgulloso por haber obtenido una A en su examen.

-Creí que el examen no sería hasta en un par de meses..

-Si, pero lo hice esta mañana, ya sabes, porque me voy y esas cosas...

Oh.

-Con notas como estas, estoy segura que puedes conseguir algo más que el soccer. -bromeé, bueno, más o menos.

El suspiró mientras regresaba el papel a su mochila. No debí haber dicho eso. -No hay nada que prefiera hacer. Creí que lo entendías.

Suspiré. ¿Para qué lo intentaba? Era imposible. Esta era una de las razones de por que tenía que vigilar lo que decías estando cerca de Pablo. -Era sólo una broma amor.