Pensaba que capaz estar atrapada afuera del aula de clases, en un pasillo completamente vacío con Pablo Bustamante, no era tan malo. Pero me equivoqué... Era horribe.
Ya era suficientemente malo que estuviera apoyado en los lockers, que se encontraban frente a la puerta del salón mientras pataleaba y jadeaba como un toro a punto de atacarme. Pablo estaba acostumbrado a que lo sacarán de clases, pero siempre lo hacían porque hacía estupideces con sus amigos; no porque a chica, la cual nadie conocía, se le había ocurrido llevarle la contraria. Pablo odiaba que alguien dañará su reputación la cual el ser encargado de construir durante años y obviamente, no planeaba bajar su guardia ante nada ni nadie.
Mientras nos manteníamos en silencio, estuve planeando mentalmente mis disculpas, pero no pude decirlas ya que me quedé completamente congelada, y mi boca no parecía tener intención de abrirse. Era tonto y vergonzoso el hecho de no poder hablar con ningún compañero de clases. Y si, como toda adolecente, me molestaban no tener nunca la atención de nadie sobre mí. Pero cuando todos me miraron me sentí tan chiquita y estupida. Me acuerdo de mi primer día de clases, en primer año. Estaba tan emocionada por entrar, pensaba que inmediatamente iba a conseguir un grupo con quién estar, como en esas películas estadounidenses, pero estaba equivocada.
Simplemente mantuve mi vista en el suelo junto al lado opuesto de Pablo, y lo único que alcanzaba a ver era a sus pies golpeando con irritabilidad el frío suelo. Pablo siempre había querido lucir tan fuerte inteligente. Es obvio que sería frustrante para el que alguien le contradijera.
Un chiflido llegó del bolsillo de Pablo, y yo, curiosamente, levante mi vista para mirar como él sacaba su celular de sus ajustados jeans y después de leer el mensaje volvió a meterlo en su bolsillo.
- ¿Te importaría cubrirme? - Pablo hablo finalmente haciendo que mi corazón saltara.
- ¿Haa? - hablé, sonando asustada en el caso de llegar a decir algo malo. No estaba segura del porqué, o tal vez si, el hecho era de que le desagradaba a Pablo, y eso me hacía sentir la necesidad de actuar cuidadosamente ante él. Yo no queria que se convirtieron el cerdo que siempre era.
- Tengo que... am... hacer algunas cosas - Pablo se mordió el labio inferior, mientras miraba el piso para después volver a verme. Cuando sentí su mirada instantáneamente mire hacia el locker.
- ¿Y si sale el profesor? - dije en un susurro, mientras me sentía instantáneamente tan estúpida.
Pablo rodó los ojos mientras alzaba los hombros - Bueno, le inventas algo lo que sea, no me importa.
No podía decir sí, y no es que no quisiera, Bueno, aparte. El hecho era que siempre fui pésima mintiendo ni siquiera era capaz de mentir para salvar mi propio culo. Pero tampoco podía decir no, era cómo cavar mi propia tumba. Así que simplemente baje me viste hasta mis uñas observándolas como si fuera la cosa más maravillosa del mundo. Quería hablar, en serio quería decir que sí, pero no podía. Estaba tan asustada de lo que me hacía sentir el tener a alguien como Pablo tan cerca que no sabía qué hacer.
- ¡Por el amor de Dios! - gimió Pablo mientras golpeaba levemente el locker - Sos tan molesta nena.
Sentí mis mejillas arder sin saber que contestar... típico de mí. Pero no era sólo porque el carácter de Pablo era algo muy difícil de entender, también era porque el era tan cool, y yo tan nadie.
- Vos ni si quiera me conoces - susurré mientras me da una cachetada mental, esto era exactamente por lo cual permanecía callada. Ahora levante la mirada, quería ver la reacción de Pablo. Igualmente, lo hecho hecho estaba.
- Marizza Pía Spirito - su mirada se volvió tan arrogante - créeme, sé todo sobre todos en este colegio.
Escupe sus palabras como si fuera un líder, como si la escuela fuera su reino y nosotros sufrirle subordinados, esperando a que él nos dijera que hacer. En cierto punto era verdad, por ahí no tan literal, pero algo tenía desierto esta comparación. El sabía mi nombre y capaz fuera sólo un nombre, pero él tomaba su papel muy en serio. Habia pasado mucho tiempo estudiandonos y catalogandonos como si todos en el colegio fuéramos de distintas especies, y lo peor es que parte de todo es que el esperaba que todos nos hincaramos ante el y le besaramod los pies. A él le encantaba pensar que nosotros le pertenecíamos. Incluso pensaba lo mismo de los profesores, porque como había mencionado antes, siempre salía con la suya.
Cruce mis brazos sobre mí pecho, sintiéndome un poco más segura de hablar. - Créeme, te sorprenderías
Pablo alzó una mano para acomodarse su bandana, la cual muchas veces los maestros le habían dicho que no podía usar, y como era de esperar a él no le importaba. Hasta parece que había creado tendencia porque muchos chicos empezaron a usarlas. - ¿A qué te referís? - pregunto.
Corri mis ojos de su mirada sin saber que responder. Ya había hablado suficiente, que se conforme con eso. Salvandome de mi respuesta o de mi humillación, mejor dicho, el profesor abrio la puerta y salió del salón repleto de gente, y volvió a cerrar la puerta justo detrás de él.
- ¿Hablando mientras se supone que deben estar analizando su mal comportamiento? - El señor Mansilla pregunta mitras alzaba las cejasm
- ¿Analizando mi comportamiento? - Pablo río. - ¿Que tengo, 9 años?
El profesor se acercó a Pablo - Siga así Bustamant, y vas a estar en la banca en el próximo juego.
Pablo rodó los ojos mientras cruzaba los brazos, obviamente no estando satisfecho con lo que le acaban de decir. Ni siquiera los profesores, en el maravilloso mundo de Pablo, tenían permitido hablarle de esa manera.
- Y vos... - el profesor se dió vuelta para mirarme mientras yo sólo quería esconderme adentro de un locker. - Sé que una vez al mes las chicas se ponen súper emocionales y a la defensiva pero, no te desquites con tus compañeros por favor.
- Pero... - quise interrumpir, pero obviamente, no me dejó.
- Ustedes, los dos, son chicos muy hormonales y lo entiendo. - El profesor hablaba calmadamente mientras yo sólo quería correr lo más rápido posible lejos de ahí. - Quiero decir, es muy obvia la tensión sexual que hay entre ustedes. Pero no tienen que pelearse en cada clase cada vez que no puedan tener sexo.
- ¿Que mierda? - Pablo pasó sus manos por su pelo, obviamente frustrado - Ella sigue siendo virgen.
- ¿Enserio? - el profesor frunció las cejas mientras me miraba como si fuese un raro espécimen, por favor que la tierra se parte en dos y me trague preferiría estar perdida en el desierto, a seguir con un maestro completamente loco y un odioso chico.
- bien - el profesor estuvo de acuerdo. - Pero el miércoles van a tener que quedarse acomodar las pelotas. No se porque los estudiantes piensan que pueden juntar las pelotas de básquetbol con los de fútbol ¡Dios, odio mi vida!
Pablo me miró con la boca abierta como si todo hubiera sido mi culpa. Esto ya era bastante horrible para mí, no podría imaginar sobrevivir después de estar en un gimnasio, sola, con Pablo como por una hora y media.
- Pero, Señor... - Pablo protestó.
- Oh, ya cállate Bustamante - el profesor espetó.
Nota mental: decirle a mis papás que mi colegio es horrible.
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25/9/2020Buenas
Me decidí y voy a ir subiendolos de a uno, pero lo más seguido posible.
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Sex Education { pablizza }
RandomArrancada: 23 de Septiembre del 2020 Finalizada: 18 de Marzo del 2021 (La historia no tiene nada que ver con rebelde way, solo tienen los mismos nombres los personajes)