۞ ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 16

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Draco esperaba ser lanzado por el aire o explotar en mil pedazos al besarla. Quien sabe como podría reaccionar. Pero en cuanto sus labios iniciaron un vals, se sintió bienvenido entre sus brazos. Ella lo tomó por el cuello y le devolvió un beso suave y dulce. Demasiado dulce para él.

Cuando se alejó de ella ambos estaban sin aliento. Una enorme sonrísa estaba plasmada en la cara roja de la castaña, sus pestañas revoloteaban con sus ojos cerrados mientras él la atraía a sus brazos. Ya no sabía si era solo atracción física, se sentía diferente, y no pensaba cuestionarse nada más.

La besó y la besó de nuevo hasta que se cansó. Esa noche ella durmió más de lo que solía hacer y Draco descansó un poco también.

La volvió a besar, siempre que podía. Sabía que él mes de prueba se estaba acabando y estaba desesperado, así que la besó y la sostuvo entre sus brazos tanto como podía.

Hermione escuchaba a Theo y Draco ir y venir, hablando de misiones, de cómo sacarla, podía ver el miedo en los ojos de los dos mortifagos y todo cayó sobre ella como agua fría. Se estaban quedando sin tiempo.

Theo le entregó varios libros para que ella se uniera a la busqueda, ella leyó todos y cada uno y no encontró nada que fuese útil. Habían tratado de quitar el rastreador abriendo su muñeca, pero éste se aferraba a su brazo. Theo había sugerido amputar la mano como última opción, pero eso incluso sería imposible, el creador se había asegurado de que él rastreador se añadiera a ella y solo poder quitarlo con su varita, la cual ahora descansaba en su corazón hecha ceniza.

Hermione de nuevo estaba estresada, había tratado de hacer magia de nuevo, pero le salía mal otra vez. Había logrado hacer un Lumos, pero la luz creció tanto que se hizo demasiado cegadora. Ya no lo intentó más.

Lo único que la mantenía en la tierra era escuchar el corazón de Draco latiendo. Podía contar sus latidos y mientras respiraba hondo logró hacer levitar una almohada sin hacer que nada explotara.

-Es un gran progreso- dijo Draco dandole un pico en los labios.

-Claro, para un niño de diez años. Me siento como un niño de diez años- Draco soltó una carcajada.

-No tienes diez años, Granger- Hermione lo miró a los ojos con un puchero -si tuvieras diez años no podría hacer esto- con su mano en el hueco del cuello de Hermione la hizo mirar arriba para poder tener acceso a sus labios.

Este beso se sentía diferente, no eran los dulces besos que le había estado robando todos esos días, se sentía en como él empezó a bajar su mano por todo su cuerpo, tocandola con cuidado. Hermione se giró un poco para estar a su altura, aún acostados en la cama. Desde ese punto él pudo profundizar su lengua dentro de su boca, ahora sus manos buscaban piel debajo de la ropa prestada.

Hermione empezó a sentir cierto calor creciendo en su vientre, seguro que sus mejillas estaban rojas. Cuando las manos de Draco alcanzaron su sostén ella jadeo entre el beso y apretó un puño en su cabello rubio.

-¡Auch!- gritó él alejandose de golpe.

Hermione lo miró alarmada.

-¿Qué?- Draco se alejó un poco más y le miró los labios.

-Me... tus labios me quemaron- ella asintió que se quedaba sin aire, pero Draco sonrió y de un tirón la besó de nuevo. Sus labios lo quemaron, más que la primera vez, pero se quedó en el beso todo lo que pudo aguantar, cuando le toco las caderas, también estaban en llamas. Draco no quería quitar sus manos de su cuerpo, pero llegó un punto en el que se sintió como hierro a rojo vivo y dejó de besarla.

-¿Qué fue eso?- dijo él con una sonrisa de burlona.

-No se...- ella escondió su cara en el pecho de draco muerta de vergüenza.

Control |DRACO MALFOY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora