۞ ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 45

2K 183 71
                                    

Narcissa encontró a Hermione en la terraza, helada, llorando desconsoladamente. No hizo preguntas, no dijo nada cuando la levantó del suelo y la llevó de regreso a su "casa".

Había sugerido acomodar la habitación para que se quedara con Theo, pero Hermione necesitaba estar sola, y Narcissa entendió eso. Por suerte tenía una habitación lista para ella. Los cajones estaban llenos de ropa comoda para dormir, incluso ropa interior de mujer. Pero Hermione no tenía energía para  preguntar nada.

Simplemente se tumbó en la cama, dejó que Narcissa la arropara y una vez que estaba sola dejó salir todo.

Lloró, lloró mucho más de lo que había llorado en su vida entera. Pasaron horas, o quizás días, no tenía idea. Se dormía y despertaba de nuevo, lloraba y dejaba de llorar. Era un ciclo de tortura infinita, y ella no planeaba salir de ahí pronto.

De no ser por la ventana no se habría dado cuenta de que los días estaban pasando. O por la comida que alguien dejaba a su lado, después de horas de no ser tocada solo desaparecía.

Solo se levantó de la cama para bañarse, cambiarse la ropa y beber agua. Días después, cuando el hambre ya era inevitable aceptó un plato de comida.

—Granger, eres bienvenida a tomar el té conmigo si lo deseas— dijo Narcissa mientras Hermione veía por la ventana —Theo ha estado preguntando por ti, ha querido venir, pero lo recomendable es que se quede en cama. ¿No quisieras venir a verlo hoy?

—Tal vez después.

Dos días más pasaron antes que Lissa se hartara de la situación e irrumpiera en la habitación.

—Bueno, basta. No voy a permitir que te quedes aquí ni un minuto más. Como sanadora mi deber es que todos mis pacientes se recuperen. Nadie es la excepción. Así que ponte ropa comoda que te llevaré afuera.

—No tengo ganas.

—No estaba preguntando— y lo decía en serio. No esperó a que Hermione decidiera moverse, agitó su varita y en dos segundos la castaña estaba vestida y lista para ir afuera. Lissa apuntó la punta de la varita sobre la nariz de Hermione, ésta pegó un brinco cuando sintió la descarga eléctrica.

—¡Auch! ¿Qué rayos fue eso?

—Es para que despiertes. Ahora vamos.

Fue tan terrible como lo había previsto. Mientras pasaba la gente la veía como bicho raro. Aunque todos estaban ocupados en sus propios deberes, nadie podía evitar verla. Y no los culpaba, seguro parecía un fantasma.

Lissa tiraba de su mano por un camino lleno de grava que daba al lago. Se detuvo cerca de unas piedras que simulaban una banca y le indicó a Hermione que se sentara.

—¿Qué se supone que hacemos aquí?

—Es para que tomes el sol, tonta.

—No hay sol— la castaña señaló la nieve debajo de sus pies —el día está más gris que yo.

—Es normal, ya casi es navidad.

Navidad. Hace una semana había estado planeando una navidad junto a Blaise, en su miseria del bosque.

—¿Puedo llamarte Hermione verdad? Es raro si no— Hermione no dijo nada —Bueno, Hermione. No pienso dejarte en paz hasta que estes un 90% recuperada, de todo. Incluso del corazón, lo prometo. Así que empieza a contar tus bendiciones querida, tienes un día largo.

—Yo no...

—¿Mencioné que no tienes elección? Es obligado salir de esa oscuridad en la que estas, de manera urgente— Lissa apagó su radiante sonrisa por un momento —Además Theo está muy preocupado, de no ser porque se la ha pasado todos los días con Malfoy ya habría ido a buscarte.

Control |DRACO MALFOY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora