۞ ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 21

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Cuando Draco apareció por la noche Hermione casi se desmaya de alivio.

Tonks no había dejado de hablar de cuán felíz estaba por tener a Hermione de vuelta y por muy lindo que fuera y por mucho que Hermione la había extrañado, solo podía pensar en Draco.

Ella casi se puso de pie y corrió a él en cuanto lo vio, pero al final se mordió la lengua y se quedó en su lugar. Se veía bastabte cansado. Hermione no quería que Draco se fuera, no podía y se rehusaba a dejar que lo hiciera, pero Theo la arrastró a una de las habitaciones de la segunda planta ya que Draco y Tonks tenían que hablar.

Hermione caminaba por la habitación como León enjaulado.

¿Iba a despedirse de ella? ¿o solo se iría sin decir nada?

Cuando finalmente se dejó caer en su nueva cama, la puerta se abrió. Era Draco si duda, nunca tocaba la puerta. Bastardo.

Él se quedó en el marco de la puerta  observandola mientras ella dejaba caer su peso sobre sus codos desde la cama. Finalmente sonrió.

-¿Felíz?- preguntó él -finalmente estás aquí- Hermione se sintió como una niña pequeña y cruzó manos y pies haciendo una mueca enojada.

No, no estaba feliz.

-No hay nadie aquí, tu te irás, al igual que Tonks. Mis amigos ni siquiera saben que estoy viva. No se que tan feliz es eso- la mano de Draco subió hasta su cabello y después de alborotarlo un poco soltó una carcajada hueca.

-Es más seguro para todos que tu y Theo se queden aquí- Hermione asintió.
-Yo tengo que...-

-¡No!- ella estaba de pie en un abrir y cerrar de ojos -no te vayas Draco-

-No me iré aún. Saldré por la madrugada, tengo deberes a primera hora- a ella se le retorcío el estómago de solo imaginarse que tipo de deberes eran.

-¿Y después vendrás?- Él suspiró.

-No se que tan prudente sea-
Hermione dio pequeños pasos hasta estar casi a un pie de distancia de él. Podía olerlo, él simplemente olía maravilloso.

-Entonces quedate aquí hasta que tengas que irte- Draco la miró desde arriba, las cejas un poco fruncidas y la mandibula tensa -por favor Draco, si ésta es la última vez que te veré...- Draco cerró los ojos con fuerza y rodo su lengua dentro de su boca, como si estuviese luchando contra sus pensamientos.

Hermione levantó su mano y le tocó la mejilla, tibia, bajo sus dedos podía sentir el minimo rastro del inicio de una barba.

Draco suspiró al sentir su toque y dio un paso hacia ella. Cuando abrió los ojos se encontró con un color marrón mezclado con miel, un ambar hermoso. Ella le siguió tocando la cara suavemente, apreciando cada centímetro de piel como si fuese suyo para tocar como ella quisiera.

Ella quería que fuese suyo.

Ella estaba tan distraída trazando sus facciones que la mano tomandola por la espalda baja la tomó por sorpresa, los dedos de Draco tocando el inicio de sus caderas suavemente y acercandola a él tanto como era posible, el toque era tan cuidado y tranquilo que la hizo temblar.

-No quiero arruinarte- susurró uniendo sus frentes.

-Ya es tarde- Draco gimió ante su respuesta.

Una de sus enormes manos hizo su camino hasta quedarse en su garganta, tan suave y tan peligrosamente posada en el sensible hueco que tanto amaba tocar. La hizo ver arriba y sin previo aviso unió sus labios con los de ella.

Ella lo besó de regreso.

Había iniciado como algo tierno, algo tranquilo, pero Draco no tenía tiempo ni ganas de desperdiciar más tiempo con ella, después de todo se suponía que esta era la última vez que la vería.

Control |DRACO MALFOY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora