18. Aprecio destructivo.

14 0 0
                                    


—¿Qué se supone que hacéis aquí vosotros dos?

— Te podría preguntar lo mismo.

Matthew me miró con una sonrisa pícara que no entendí hasta que me di cuenta de que mi mano seguía unida a la de Dedrik.
Me aparté lo más rápido que pude y salimos del barullo después de dejar al hombre inglés riéndose de que hubiera dejado al verde con la palabra en la boca.

— Nate, ¿Está corriendo? — preguntó el primo más bajo.

— ¿Vosotros tampoco sabíais nada? — alcé las cejas sorprendida. Ambos negaron con la cabeza moviéndola al mismo son.

— Big Busan ha llamado a Evan para decirle que se va a enterar por haberle puesto ese motor de inyección a la moto de Nate y hemos venido enseguida, ya sabes, a ver si va a haber un accidente o algo.

— No lo adornes — Nicolas rodó los ojos — No íbamos a venir pero ha oído que Nate corría y quería apostar. En el centro de menores ahorró algo de dinero.

— Puede ser — admitió Matthew encogiéndose de hombros.

— Espera — pedí intentando entender lo que sucedía — ¿Qué Evan le ha hecho qué a la moto de Nathaniel? ¡Si no tiene ni idea de mecánica!

— Por eso Busan le ha amenazado, lo tendría que haber hecho Jonah pero lleva un tiempo... ausente y Evan no sabía cómo decir que no. Como Nate no gane la que se va a llevar...

—¿Alguien me puede explicar qué narices son los Big , quién es ese tal Busan y porqué no tenía ni idea de que Nate estaba metido en cosas de este tipo? — Dedrik sonó enfadado asustándonos por haber hablado tan rápido.

Matthew dio unos golpes en el hombro de Dedrik.

— Colega, todo lo que te has perdido este tiempo.

5:28

—¿No vamos a hablar de lo que ha pasado antes?

Dedrik estaba apoyado en mi moto con los brazos cruzados y mirándome como te mirarían tus padres justo antes de castigarte y decirte que están decepcionados contigo. Yo solo me podía concentrar en mirar la hora en mi teléfono y dar vueltas como una tonta de un lado a otro esperando con ansia a que sonara el pitido que indicaba que la primera moto había llegado a la línea de meta. Llevaban un retraso de aproximadamente diez minutos teniendo en cuenta el recorrido que tenían que hacer. Se me estaban poniendo los pelos de punta sólo de pensar que podría haber ocurrido un accidente, además, que Kaleb y Nathaniel compitieran no me traía muy buenas sensaciones.

Miré a Dedrik con confusión.

—En realidad deberíamos hablar de muchas cosas ¿Quieres hacerlo? — pregunté.

— Obviamente — respondió como si yo fuese tonta — Me gustaría saber porqué y en qué momento hemos acabado en una discusión con ese hombre. Me veía venir otra paliza, joder.

Me llevé las manos a la cabeza de una forma desesperada e intenté con todas mis fuerzas no gritar por culpa de la frustración que me provocaba la mayoría del tiempo ese chico.

— ¿Porqué te cuesta tanto entenderlo? — pregunté de una forma demasiado suave para todos los insultos y amenazas que corrían por mi cabeza.

— ¿Entender el qué?

—¡Dedrik! — exclamé — ¡Mira a tu alrededor!

El precio de los excesos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora