9. Chica bomba.

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Me coloqué las mangas de mi camiseta de manga larga mientras esperaba a que Thomas trajera las cervezas que le había pedido

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Me coloqué las mangas de mi camiseta de manga larga mientras esperaba a que Thomas trajera las cervezas que le había pedido. Me habían dejado con Matthew a cargo de subirlo todo a la segunda planta, pero él había desaparecido entre la gente después de decirme que iba al baño.

Los camareros estaban de vacaciones y Thomas tenía que llevar el local solo con su hermana, la otra camarera que había en ese momento.

Fue un acto bastante irresponsable de parte de todos dejarme a mi a cargo de fingir ser camarera por cinco minutos.
Tenía la sensación de que buscaban cualquier excusa para librarse de mi y poder hablar de todo lo que me estaban ocultando.

Dejé el dinero en la barra y Thomas me sonrió acercándome todos los recipientes de cristal. Yo miré a mi alrededor buscando con la mirada a Matt. No me sentía cómoda estando sola entre tanta gente.

—¿Necesitas ayuda? — una voz conocida me hizo darme la vuelta sobre mis talones.

Fue la primera vez que vi su cara por completo. Quentin me miraba sonriente. Sus dientes estaban adornados por alambres que se encargaban de corregir su posición y tenía un piercing atravesando por la mitad su labio inferior.

—Pues si —admití— Matthew ha huido y no tengo suficientes manos.

Él se rio cogiendo algunas bebidas, pero no era ninguna broma. Matt siempre conseguía escaquearse de todo lo que le pidieran.

Detrás de Quentin vi la cabeza pelirroja de Wyatt y para aún más sorpresa, Dedrik también estaba.

—¿Cuándo me vas a devolver mi sudadera? — preguntó al llegar a las escaleras al mismo tiempo que yo.

—Cuando te aprendas mi nombre —respondí con recelo. Le había dicho a Quentin que me llamaba Nora, ¡y que era rusa!

— La guardas para hacer algún tipo de ritual, ¿no? — bromeó, vaya, estaba de buen humor — Uno para que te responda esas preguntas tan impertinentes que haces.

—No necesito hacer ningún ritual, siempre me las acabas respondiendo.

Él alzó una ceja y frenó haciéndome chocar con su costado, estaba un peldaño más arriba que yo.

— ¿Por qué tienes el labio hinchado? — preguntó sin siquiera poder contener la risa — ¿Te han pegado? — cuando no quise contestarle, se dio cuenta de que estaba en lo cierto y fue la primera vez que le vi sonreír de esa forma. Su sonrisa estaba levemente torcida y le salían unos diminutos hoyuelos en sus mejillas. Mis cejas se fruncieron.

Nunca les había visto en Meltdown y estaba siendo raro caminar por la sala de billares con ellos. Era obvio que eran nuevas caras y las miradas se posaban sobre nosotros.

— ¿Entonces este año no queréis ir? — preguntó Samuel justo cuando llegamos. Wyatt se sentó con una mueca de confusión en su rostro, una parecida a la que se formó en el mío cuando vi a Dedrik saludar a Piper con una sonrisa. ¿Se conocían?

El precio de los excesos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora