16. Desagradecimientos.

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¿Alguna vez habéis tenido un ataque de pánico o de ansiedad?

Habitualmente en menos de diez minutos una sensación incontrolable de malestar, miedo o terror aparece haciéndose insoportable. Con frecuencia es asociada a una sensación de catástrofe inminente, como si percibieras la muerte de una manera cercana o creyeras que te estás volviendo loco sin ni siquiera ser capaz de controlarlo. Siempre se tiene una urgente necesidad de huir de la situación pero no es tan fácil escapar de allí como parece.

En mis dieciocho años de vida había pasado por intensos ataques de TEI donde a veces hasta perdía el raciocinio de lo que estaba ocurriendo a mi alrededor y aún así, ninguno de esos ataques fue comparable al único ataque de pánico que tuve en toda mi vida.

Las primeras sensaciones parecían ser las mismas: Temblores, corazón acelerado, sudores e incluso mareos leves que me hacían ver borroso pero además de eso, no había absolutamente nada que los asemejara.

Afortunadamente ese día, antes de que la ansiedad me consumiera por completo, Evan se encargó de llevarnos a todos a su habitación justo a tiempo para evitar que se repitiera lo del Halloween anterior.






3:28 am.

—¿Cómo se te ocurre lanzarte sobre ese tío? — le preguntó Evan a un Dedrik adolorido sentado en una esquina de la cama. Las sabanas estaban arremolinadas en la parte inferior y habían diversos objetos por la superficie del colchón — Se que no le tienes mucho aprecio a tu vida, ¡pero por dios, Schleizer!

— Estaba haciéndole daño a tu hermana.

Ninguno parecía muy sorprendido ante los cardenales que le habían quedado en el rostro, sin embargo, Matthew no paraba de decir que eso no tenía buena pinta y Nicolas le había preguntado alguna que otra vez al alemán que si veía distinto al tener un ojo tan amoratado.
Aparte del pequeño detalle de su ojo de varias tonalidades cada vez más abultado por la inflamación, la nariz le había dejado de sangrar hacían pocos minutos y tenía el labio tan partido que le hacía poner unas muecas extrañas cada vez que bebía agua.

Se sujetaba un hielo con tranquilidad sobre el ojo y tenía un trozo de papel de cocina doblado en forma de cilindro metido por la nariz.

—¿Porqué no te has defendido? — le pregunté a Quentin — ¿Qué te estaban diciendo?

— Nada a lo que no esté acostumbrado — agitó una mano queriendo restarle importancia.

Yu comentaremos todo esto — Evan se despeinó su pelo bien peinado con aparente frustración y dio vueltas de un lado a otro de la habitación. Jonah y Avery volvieron con más hielos justo cuando siguió hablando — Pero vosotros dos me preocupáis, ya estáis en el punto de mira de esos psicopatas y...

— Estáis sin ningún tipo de protección — terminó Alexander con el ceño fruncido y las manos sobre las rodillas al descubierto, como todo su torso. No hacía calor pero él llevaba sin camiseta toda la noche. Parecía estar pensando una solución.

— Si quieres me contrato un guardaespaldas — ironizó Dedrik haciendo una mueca de dolor al intentar reírse.

— Es un tema serio — opinó Sadie desde el alféizar de la ventana consiguiendo que todos la miraran porque sabían que continuaría hablando — Hace un par de años hubo una pelea en Meltdown que no terminó en nada aparentemente grave. Los chicos implicados fueron al hospital y pusieron unas cuantas denuncias dando los datos de los agresores, por donde se movían y que hacían — Sadie negó con la cabeza — Meses después encontraron a uno de ellos muerto en extrañas circunstancias cerca de la bahía y los demás dieron testimonio de que les hicieron la vida imposible ¡por meses! Ni uno de ellos era miembro de alguna banda.

El precio de los excesos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora