6. La curiosidad mató al gato.

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Me removí en la cama con pereza cuando mi móvil me despertó avisándome de que Piper me había enviado un mensaje

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Me removí en la cama con pereza cuando mi móvil me despertó avisándome de que Piper me había enviado un mensaje. Tenía varias llamadas perdidas.

Piper: Al final me lleva Jared a la fiesta, mis padres no me han querido dejar el coche, vienes con nosotros?

Por un momento pensé que estaba teniendo alucinaciones por haber leído el mensaje nada más despertar, incluso pensé que aún estaba soñando, pero desgraciadamente no era así. ¿Enserio Piper pensaba que había una mínima probabilidad de que yo le dijera que si?

Ya estaba anocheciendo y yo había decidido que era buena idea dormir una pequeña cabezada antes de cenar y vestirme para ir a la fiesta de Evan, sin embargo, solo me dieron más ganas de no ir y quedarme durmiendo hasta el día siguiente.

Noíva: es igual, iré en mi moto, nos vemos allí

La decisión de ir en moto quizás no había sido la acertada, pero no tenía otra forma de ir a OBK sin tener que dar mi brazo a torcer y dejar que Jared me hiciera de chofer no estaba en mis planes para esa noche. Prefería ir andando hasta la otra punta de la ciudad antes que montar en su coche. Ir en tren tampoco entraba en los planes, tendría que ir sola y ya había tenido varias malas experiencias dónde los chicos le habían pegado palizas a desconocidos por intentar manosearme y yo había gastado mi spray de pimienta porque otra cosa no, pero salidos había en absolutamente todas las paradas.

Oí un cúmulo de voces cuando salí del baño recién duchada y me quejé en silencio atravesando el pasillo para volver a mi habitación. En esa casa rara vez había silencio.
La puerta de la habitación de los gemelos estaba abierta de par en par, solo estaba uno de ellos con auriculares sobre sus orejas y tenía un libro del instituto entre las piernas. Luke seguramente sería uno de los gritos que escuchaba de fondo.
Jonah apareció más tarde, cuando me estaba secando el pelo.

— Están todos abajo, ¿quieres beber algo antes de marcharnos?

Negué con la cabeza. Lo único que me apetecía en ese momento era cenar y seguir durmiendo, pero me obligué a continuar moviendo mi cabello para que se secara por completo. Piper me mataría como no fuera a la fiesta, aunque, con la vuelta de Jared a lo mejor ni siquiera se daba cuenta si no aparecía por allí. Con el molesto ruido del aparato soltando aire, Jonah se sentó en mi cama guardando silencio mientras mi pelo oscuro se ondeaba de un lado a otro.

Había conseguido subir la cremallera del vestido sin ayuda de nadie, pero aún estaba descalza y no me había maquillado, así que Jonah no tenía mucho sobre lo que opinar.

—¿Has buscado el tiempo que va a hacer esta noche y sin querer has mirado el de las Bahamas?

Fruncí el ceño.

El precio de los excesos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora