Los últimos días habían sido tan monótonos que pensaba desde hacía una semana que seguía siendo lunes.
La tía Thalía, junto a su marido James y sus tres hijos llegaron poco después que la abuela dispuestos a llenar la casa de ruido y estrés. La televisión nunca más volvió a tener el canal de deportes puesto las veinticuatro horas y aunque el fútbol americano y el béisbol no me decepcionaban, agradecí oír algo diferente de fondo mientras hacía cualquier cosa.
El salón se llenó de juguetes, cunas y biberones y yo no hacía más que escuchar a mi tía gritándole a Jonah que no se atreviera a fumar delante de los niños.A pesar de qué eran días en familia, yo estaba más alejada de mis hermanos que nunca.
Evan intentaba entablar cualquier mínima conversación conmigo sin resultados. Pasaba de él y siempre terminaba encontrando la manera de huir de ellas. Jonah por otra parte prefirió mantenerse distante, para ser mi mellizo pareció darle igual que en ese momento le detestara y solo cruzábamos conversaciones banales sobre qué lado de la mesa preferíamos o si queríamos algo de la tienda.No volví a ver a Dedrik y según Sadie y Avery a eso se debía mi mal humor.
— ¿Habéis mirado ya las solicitudes para universidades? —preguntó Thalía mientras servía el estofado que había hecho la abuela. La casa olía a hierbas y salsa barbacoa.
Jonah y yo cruzamos miradas sin saber muy bien que teníamos que responder. Ambos sabíamos que en poco tiempo teníamos que tener decidido lo que queríamos hacer con nuestro futuro y los papeles convenientes deberían estar tramitados antes de que empezara la primavera, pero tampoco había mucho dinero y conseguir una beca en esa zona de la ciudad era complicado.
—Tengo un par de opciones —mi mellizo se aclaró la garganta y removió con su tenedor la comida que tenía en el plato— Seguramente algo de mecánica, pero no lo tengo muy claro. Quizás busque un trabajo a media jornada como Evan.
Metí una cucharada hasta arriba en mi boca con la intención de pasar desapercibida para mi tía y que no me preguntara a mi también pero su mirada penetrante me hizo sentir pequeñita y sabía perfectamente que quería una respuesta.
—Aún no lo he pensado —respondí con la boca llena sin levantar la mirada del plato, su mirada no me había dado tiempo a tragar— pero mis notas no son muy buenas, probablemente no pueda acceder a la universidad. Seguramente terminaré trabajando en algún comercio de mala muerte de Swansea como todos que no se pueden permitir este tipo de cosas.
—Pues sabes lo que tienes que hacer —me puso un trozo de pan encima de mi servilleta— Lo único que hacéis es estar de fiesta. Tantas malas compañías no os hacen bien a ninguno. No sé porqué no vendéis este cuchitril y os venís a vivir con nosotros. Tendríais más oportunidades lejos de todo esto.
Sentí como mis hermanos se miraban entre ellos y yo contuve la respiración sin querer. Thalía se tomaba muy enserio la vida académica porque ella siempre había querido estudiar y nunca pudo conseguirlo debido a la situación familiar: demasiados hermanos y solo un sueldo para subsistir.
—¿Por malas compañías te refieres a nuestros amigos o a los sabuesos? —preguntó Jonah.
—¿No viene a ser lo mismo? —con cierto retintín, la tía Thalía se sentó en su sitio junto a su hijo más pequeño para proceder a darle su papilla de verduras— ¿Dudley y Gregory siguen al mando?
Era extraño oír los verdaderos nombres de Big Vernon y Big Busan.
—Ellos solo se ocupan de mantenernos a salvo — susurró Evan— Además, aunque quisiéramos no podríamos vender la casa. Sigue al nombre de Jonathan Jhreskov y hacen falta demasiados papeles que no tenemos porque está muerto. Luke y Holden estarían prácticamente obligados a irse con vosotros porque son menores de edad sin un tutor legal vivo y hasta ahora nos ha ido muy bien a los cinco juntos.
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El precio de los excesos
Teen FictionLos hermanos Jhreskov tienen pocas cosas en común aparte del apellido. Desde la muerte de sus padres han sobrevivido gracias a su banda, los Sabuesos y a una única regla: no mentirse entre ellos. Pueden llegar a parecer una familia ejemplar llena...