Arabesque And Relevé (BORRADOR)

Capítulo 1

Mi sueño frustrado

—¡Lo has hecho fenomenal, tus padres deben de estar super orgullosos! -Me halaga por mi variación.  

—Muchas gracias señora. -Le agradezco con una sonrisa sincera.

—¡Dánae! -Me doy la vuelta curiosa.

Río al ver a mi mejor amigo corriendo con dos copas de champagne, el líquido se balancea y una gran parte se cae.

—Uf, pensaba que no llegabas con el champagne. -Replico, y es que era verdad la copa que me ha traído está por mitad.

—Mejor esto que nada.

Kiel es un chico alto con unos grandes ojos azules, es de nacionalidad rusa. Es un chico divertido, y cuando más lo necesitas siempre está a tu lado, él también es bailarín, de hecho, he bailado alguna vez conmigo para alguna gala.

—Te tu copa, vamos a brindar. -Comenta feliz y cojo la copa sin rechistar.

—¡Para mejores momentos! -Brindamos los dos y bebemos el contenido de una. El líquido traspasa mi garganta provocándome un escalofrío.

Kiel aún no sabe que voy a dejar de bailar, y eso me da un pensamiento de que soy mala amiga por no haber comentado nada. Llevamos muchos años juntos y me preocupa su reacción, no quiero joder nuestra amistad por ellos.

—Tierra llamando a Dánae. -Pasa una mano por delante de mi cara y me sobresalto.

—Perdón, estaba pensando una cosa.

—Tú y tus pensamientos. Algún día me tienes que contar lo que piensas.

Río a carcajadas y le sigo, su risa es contagiosa.

—Te ha salido perfecta la variación, ojalá bailara como tú.

—¿No sería al revés? Yo tendría que decir eso.

Charlamos de cosas triviales y de anécdotas de cuando éramos pequeños, toda va bien y me río de sus chistes malos, con él nunca te aburres, es un sinfín de sorpresas. Lo que más me gusta de él es su forma de comprender a las personas, además de que es muy carismático. En un momento a otros las personas de alrededor se quedan callados y miran en un punto fijo, Kiel y yo dirigimos la mirada donde está la atención del público.

Mi madre.

Sus ojos rasgados me vuelven a la realidad con una bofetada monumental. Su pelo rizado color rojo como el mío, cae en cascada bajo sus hombros, lleva también puesto un vestido rojo que se ciñe a su cuerpo delgado. Va a anunciar mi ida, y no estoy preparada, mi madre me observa desde arriba de las escaleras con una copa de vino tinto.

—Hola a todos, hoy vengo a informaros algo muy importante que incluye a mi hija, Dánae Osipoven. Mi hija, la principal bailarina y una de las mejores en su generación renuncia para dirigir mi empresa. Esto no es un adiós, es el comienzo de la nueva vida de mi hija, y también el nuevo comienzo para una nueva principal bailarina. Por eso brindamos para que los sueños de nuestros hijos e hijas se hagan realidad como hoy el de Dánae. —Mi sueño es ser bailarina mama, pero te importa más la empresa que mi pasión. —Para que cumplan los sueños de nuestros hijos. —Todo el mundo brinda y beben para luego aplaudir a mi madre.

Miro a mi amigo y este tiene la cabeza agachada, estoy esperando a que se enfade conmigo por no comentarle nada, pero lo único que hace es levantar la vista hacia mí y abrazarme, escondo mi cara en su hombro mientras que él me acaricia el pelo.

—¿Me das permiso para matar a tu madre? O sea, déjame que lo entienda, brinda para que nuestros sueños se hagan realidad y te aleja de ello. No lo entiendo, es tu vida y no tiene derecho a organizar tu vida, me escuchas, es tu vida no la de ella. Te iras, pero quiero que levantes tu cabeza con orgullo y haz lo mejor que puedas. Y si es necesario hazle la vida imposible, y demuestra que ese no es tu camino.