Capítulo 20

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FAMILIA KOLÓV

DÁNAE

Hay maneras de celebrar los cumpleaños, pero esta es la más rara. Estoy atada en una silla, en las muñecas y en los pies con los ojos vendados.

Si, parece una buena forma de celebrarlo...

Me he despertado con un dolor de cabeza increíble y el olor de la habitación no ayuda para nada. Huele a muerte y a sangre.

Desagradable.

Mis manos están atadas detrás de la silla y me impide mover los brazos.

Suspiro aterrada.

En la habitación donde estoy se escucha lamentos, gritos de dolor y llantos. Se escucha también ordenes de rusos.

Saco la conclusión que están torturando a personas.

Y yo aquí sin hacer nada...

<<Tampoco podrías hacer nada>> —confiesa mi subconsciente.

Es increíble los sentidos que percibes cuando no ves nada. El oído lo tengo mucho más fino por la alerta que me mantengo. Se escuchan pasos, otros más lejos y otros tan cerca que noto el olor de la persona.

No obstante, me pongo más alerta cuando escucho una puerta abrir y unos grandes pasos se acercan a mí.

Son más de uno...

—Quitarle la venda de los ojos—ordena una voz firme y grave.

Alguien se coloca detrás de mí y me quita la venda de los ojos.

Pestañeo un poco y el dolor de la cabeza se hace más fuerte.

Cuando puedo ver mejor, observo a la persona que esta delante de mí.

Apariencia corpulenta, pelo canoso y unos ojos verdes.

Se me hace familiar este viejo.

—¿Quién eres? —pregunto con la voz dura.

No quiero que se me note que estoy nerviosa.

—¿No me conoces? —hace una sonrisa ladeada.

—No—niego.

—Traedme una silla, tenemos que conversar mucho.

Uno de sus hombres coge una silla y se la coloca delante de mí. Se sienta con elegancia con una sonrisa siniestra.

—Me presento, soy Dmitr Kolóv—arrugo las cejas—, el padre de Dante y Jack.

—¿Qué quieres de mí? —inquiero con la voz firme.

—Primero de todo—se aclara la garganta—felicidades.

Vaya, el primero que me felicita es un Kolóv.

De maravilla.

—Ves al grano—impongo.

—Una chica directa—se cruza de piernas, colocado su tobillo en su otra rodilla—, me gustas.

—No estoy para tus tonterías Kolóv.

Chasquea la lengua divertido y se apoya más en la silla.

—Quiero que trabajes para mí.

Me río. Que le pasa la cabeza a este hombre.

—¿Qué? De verdad que la familia Kolóv está loca.

—Tú—me señala—, también estas loca.

—¿Por qué quieres que trabaje para ti?

—Solo diré que eres lo que busco.

Arabesque And Relevé (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora