No pude dormir bien a causa del dolor. No sabía ni como ponerme en la cama para que al apoyarme, no sintiera miles de agujas cruzando todo mi cuerpo. Solo podía mirar el reloj y esperar a que llegase la hora de levantarme para ir al instituto. Fue una noche ¡horrible!
Todos los días realizaba el mismo ritual. Me preparaba, desayunaba y mi padre me llevaba. La única diferencia es que no empecé muy bien el día, gracias a cierto vecino que se acaba de mudar al conjunto.
-Buenos días, siento molestar.
Mi padre y yo nos giramos a la vez para ver de quien se trataba y era aquella chica de ayer, Verónica, pero no estaba sola, esa máquina sin corazón estaba con ella.
-Buenos días- dije seca al percatarme de su presencia-.
-Hola buenos días- dijo mi padre-. Lo siento es que tenemos prisa, tengo que ir a por el coche.
-Tranquilo adelante.
Mi padre fue a sacar el coche y yo me quedé con ellos dos en una situación no demasiado cómoda, hasta que ella rompió el hielo.
-Ayer tuve que ir al trabajo y Derek me dijo que te pasaste para dejarme el número de teléfono, espero que no te haya molestado.
La cara de Verónica se volvió seria y para evitar futuros problemas decidí mentir sobre lo ocurrido.
-No te preocupes, se comportó como un caballero- hablé de forma irónica, lo que provocó que me mirase extrañado-.
-¿Estas segura?
-Si tranquila, digamos que cuando gente como él me dice algo, todo me importa una… muy poco- sonreí con sarcasmo-.
Ella optó por aceptar lo que dije y decidió no hacerme más preguntas respecto a ese tema, él por su parte, me miró con desprecio y se marchó de allí.
-Discúlpalo, no es muy sociable.
-No pasa nada, yo tampoco.
-¡Kiara tenemos que irnos!- gritó mi padre desde el coche-.
-¡Voy!, tengo que irme, espero que el número te sirva de algo.
-Muchas gracias.
-De nada.
Me subí al coche con mi padre y ella se fue.
-¿Quién era ella?
-La nueva vecina.
-¿Y qué quería?
-Saludar.
El recorrido siguió en silencio, no tenía muchas ganas de hablar y menos para darle pie a mi padre de hacer preguntas sobre Verónica o la máquina que la acompañaba.
-Suerte en clase.
-Gracias papá.
Él se fue y yo me dirigí a clase como siempre. Solo esperaba tener un día tranquilo sin discutir con nadie, aunque eso era demasiado pedir.
-Te ha pasado algo malo ¿no?- dijo Zach sentándose en mi mesa-.
-Nada fuera de lo normal, resulta que el chico del pitbull es mi vecino y lo odio, por lo demás… todo muy bien.
-¡¿Qué?!
Le conté todo lo que pasó ayer, aunque suprimí la parte en donde Patrick me hacía puré los brazos, no quería que le reclamase nada y terminara siendo como yo, una marginada social.
-¿Pero quién se cree que es para decirte algo así?, aunque tu contestación de esta mañana fue genial, yo le hubiese dicho unas cuantas cosas más.
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MAKTUB
Teen FictionMi vida no podía ser más "perfecta": tenía una única amiga, mi clase y casi todo el instituto me odiaban y mi inexistente vida amorosa era eso, inexistente, no porque no quisiera, sino porque detesto al sexo masculino y eso era un "pequeño" problema...