Empty Eyes (2)

catorce

El último mensaje

Lena se encontraba manejando hacia la escuela, había salido de la casa de Stilinski para luego pasar por su casa y buscar su teléfono, que con suerte ya tenía toda su batería cargada. La cazadora estaba cansada, había sido un largo día y estaba deseando terminarlo ya, pero eso no iba a ocurrir y eso ella lo sabía.
Al llegar a la escuela, pudo notar que Scott y Lydia estaban lidiando con el hombre de la grúa, el mismo que ella había hablado por la mañana. Salió del auto y caminó hacia donde ellos se encontraban.

— Ya le pagamos, le di todo mi dinero por la entrega — escuchó decir al hombre lobo.

—Sí, y lo entregué, ¿ de acuerdo? — dijo el hombre — Ahora lo estoy recogiendo de nuevo.

—¿ Cuánto es? Le haré un cheque — espetó la chica al llegar junto a Scott.

—No se trata de cuánto — explicó — Lo quieren fuera de aquí, no depende de mi — dicho eso, el hombre trato de enganchar el Jeep pero Scott no parecía moverse. Lena notó que las manos de Scott estaban hechas un puño, estaba molesto— No me obligues a moverte, ¿ de acuerdo? Voy a enganchar esta cosa y la remolcaré fuera de aquí.

Un extraño ruido llamó la atención de todos allí, Lena observó que detrás del hombre que se encontraban Lydia y Malia, esta última sostenía un tubo entre sus manos, probablemente parte de la grúa.
—Su camión está descompuesto — dijo ella, victoriosa.

Luego de que el hombre de la grúa se haya ido, los adolecentes habían acordado turnarse para cuidar el Jeep y que no vuelvan a llevárselo. Era el turno de Lena y Malia de quedarse a vigilar mientras Scott y Lydia descansaban en el auto. Las dos chicas no emitían ni una sola palabra, ninguna de las dos sabía de que hablar, todavía no habían formado una conexión, no se odiaban pero tampoco eran las mejores amigas del mundo. Entre todo el silencio, de repente, se escucha un gran rugido, la cazadora se dio cuenta al instante que se trataba de un hombre lobo y por el sonido del rugido, sabia que la estaba pasando mal. Lena y Malia compartieron miradas, luego de eso escucharon como Lydia y Scott salían del auto para llegar hasta ellas.

—¿ Escucharon eso? — preguntó Scott, al llegar junto a ellas.

— Creo que todo Beacon Hills lo ha escuchado — soltó Lena — Viene de la reserva.

—¿ Quién es? — volvió a preguntar Scott, curioso.

—Puede ser cualquiera, Scott.

—No estoy segura, pero creo que lo reconozco — soltó Malia.

—¡Vayan!— exclamó Lydia. Scott observó a Lena, esperando que la cazadora le dijera algo.

—Vayan, yo me quedo con Lydia cuidando el Jeep — Scott las observó por última vez y se puso en marcha junto a Malia.

Una vez solas, las dos chicas se subieron al Jeep, otra vez el gran silencio que ponía algo nerviosa a la cazadora, sinceramente.
Lydia observaba a Lena, esta última evitaba su mirada a toda costa, sabia que la pelirroja estaba ansiosa por preguntarle algo y no sabía que podía ser.

— Len — la llamó pero esta no giró a verla— Len, estás evitandome desde que has llegado de la casa de Stilinski, dime ¿ qué sucede?

—¿ Tu sentido banshee te está diciendo que me sucede algo?

—No, pero soy tu amiga y sé que algo te tiene mal — Lena soltó un gran suspiro y giró a ver a la pelirroja.

— Se llevaron a mis padres, Lyds — confesó, mientras tragaba fuerte tratando de que el nudo en su garganta desaparezca.