diecinueve

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Después de leer el diario de su antepasado, Lena ató los cabos sueltos de su mente. Era por la misma maldición que hacía que sus ojos dorados controlen a los demás seres sobrenaturales, que le impedía olvidar a la persona borrada de las memorias de los demás, al menos ella podía corroborar de esa existencia solo que no recordaba el rostro. A pesar de haber entendido, había cosas que le hacían ruido, por ejemplo ¿cómo era posible la invocación de gente que se supone que no debe estar en el mundo?
Lena ya lo había decidido, tenía todas las pruebas posibles para contarle toda la verdad al señor Stilinski, ella era una de las pruebas para probar que Stiles es real y que es su hijo.

Ya era de noche, la cazadora sabía que Scott estaba con Liam, tratando de secuestrar a uno de los jinetes fantasmas. Ella no iba a ir, no quería ser parte de un plan que involucraba a Theo, al igual que Malia ella tenía sus razones para no confiar en el chico y no porque el sea el único en recordar a Stiles, iba a poner toda la confianza en él y en un plan que no sabía si iba a funcionar. Lo lamentaba por Scott y Liam, pero no siempre Lena iba a apoyarlos, ante todo ella siempre se manejó sola o con la ayuda de sus padres, que les enseñaron en tener un plan y si ese no funcionaba tener un plan B, cosa que Scott y Liam no tenían, a decir verdad, nunca lo hacían. La adolescente, dejó el diario a un lado y se acomodó en su cama, tratando de pensar en cómo recuperar a Stiles sin recurrir a Theo,  de repente, su teléfono empezó a sonar. Al tomarlo, pudo leer que era un mensaje del señor Stilinski, el cual la necesitaba en su casa ya que quería mostrarle algo que había descubierto. Sin perder ni un segundo, Lena se puso de pie, tomó el diario, su chaqueta y las llaves del auto para dirigirse a la salida de su casa. Condujo unos quince minutos hasta llegar al la casa de Stilinski, al tocar la puerta, esta se abrió por si sola y sin dudarlo, entró a la casa y subió las escaleras ya que no encontraba a Stilinski en la planta baja. Una vez en el piso de arriba, pudo notar que el papel tapiz de la pared había sido arrancado completamente en forma de una puerta, al acercarse pudo notar a Stilinski dentro de una habitación. Lena al entrar, sintió una gran energía recorrer su cuerpo, no podía parar de observar todo a su alrededor, aunque todo este oscuro y las ventanas tapadas con maderas.

—Tú lo sabías, ¿ verdad? — le pregunto Stilinski, refiriéndose a la habitación. Lena lo miró fijamente y asintió — Estaba en los planos, por Dios. Estaba aquí cuando nos mudamos, eso fue hace 18 años — explicó él, con indignación. Lena sentía un raro sentimiento, como si ya hubiera estado allí antes, lo cual daba por sentado debido a sus recuerdos anteriores pero ahora ese sentimiento era más profundo, más intensificado. Giró sobre sus pies y notó una cama tras ella, pasó sus ojos por la pared y en una esquina estaba una pizarra junto una pequeña mesa. Era la habitación de Stiles y estaba recordando cada pieza de ella. Volvió la vista a la cama y quedó mirándola fijamente hasta que un recuerdo apareció.

Ella estaba sentada con los pies cruzados, en sus manos sostenía un pequeño libro, un diario y frente a ella, un chico sentado al igual que ella.

Empty Eyes (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora