- ¿Dónde estoy? – murmuró Dante. Se encontraba en un extraño espacio, completamente blanco, no parecía que hubiese paredes, ni techo, solo puro blanco.
No se levantó, simplemente se quedó sentado, mirando al frente, a la inmensidad delante de él - En tu objetivo – dijo Mnemósine a su lado. Dante no sabía de dónde había salido, pero tampoco le hizo ni caso, siguió con la mirada perdida – Has llegado a mi trono, el trono de la memoria –
- ¿Y de qué me sirve eso? – preguntó Dante – Ya estoy muerto. He perdido la cuenta de todos los huesos que se me han roto, pero seguro que no voy a sobrevivir... -
- ¿Te has rendido?
Dante se dignó a girarse, mirando a la mujer a los ojos. Esta había encogido su cuerpo a una estatura humana y estaba sentada al lado de él – Ya he perdido... - reconoció. Dante suspiró levemente, agotado. A pesar de que aquí no le dolía nada y su cuerpo parecía estar bien, sabía que la realidad era muy distinta. Puede que esto fuese una simple ilusión o que se hubiese desmayado por las heridas – Críos ha ganado... -
- ¿Alguna vez has visto los tronos de los Olímpicos? – le preguntó Mnemósine.
- ¿A cuento de qué viene esa pregunta? – preguntó él con una sonrisa de resignación, la cual desapareció al notar la seria mirada de la mujer – Sí... He estado un par de veces en el Olimpo... -
- ¿Pero sabes cómo funcionan los tronos? ¿El autentico sentido de estos?
- El trono es la representación física del poder del dios en cuestión. También sirven como puestos de control y amplificación de las habilidades. Si se destruye el trono, el dios pierde su poder, desaparece – respondió Dante instintivamente – Espera... ¿Cómo sé eso? – se preguntó a si mismo.
- Parece que ya empiezas a comprenderlo – dijo la diosa – Ahora mismo, tú estás sentado en mi trono, por lo que tienes acceso directo a mi poder – Dante la miró sin poder creer lo que la titánide estaba diciendo – Y ya empiezas a sentir sus efectos –
Dante se levantó de golpe, mirando a su alrededor. La sala blanca se había convertido en una nueva zona. Un inmenso campo de césped verde, por el que fluía tranquilamente un río. Una fresca brisa barrió el lugar mientras el sol calentaba su cuerpo. Creando una atmósfera paradisíaca – Entonces... ¿Qué puedo hacer? – preguntó Dante mientras echaba a andar hacia el río.
- Lo que tú quieras – respondió Mnemósine. Dante llegó al borde del río, donde se agachó y contempló su propio reflejo – Puedes empezar por entender quien eres y quien vas a ser –
- Todo lo que ha sido, todo lo que es y todo lo que será... – murmuró él.
- Adelante Dante, no tengas miedo. Sumérgete y recuerda quien eres – dijo la mujer. Y con esas palabras Dante se dejó caer dentro del río, la corriente a su alrededor se concentró y lo arrastró hasta las profundidades. En el fondo del río Dante encontró un inmenso espejo en el que se vio reflejado, era un completo desastre, su cabeza estaba inflada por varios lados, sangre chorreaba de su frente y el resto del cuerpo era una masa de sangre y moratones.
Sin embargo, la imagen poco a poco fue cambiando y donde antes estaba el Dante malherido ahora estaba un niño de unos 3 o 4 años, el mismo niño de sus sueños – Te ves fatal – dijo el chico. El espejo estalló en ciento de pedazos y Dante cayó en una habitación con el suelo de madera – Vamos Dante, levántate -
Este alzó la mirada para encontrarse con el niño tendiéndole la mano - ¿Quién eres? – preguntó mientras se levantaba.
- ¿Qué pregunta es esa? Soy tú. ¿De mayor soy ciego? ¿No ves el parecido? – dijo el niño señalando a ambos.
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ARES #1 // DIOSES DEL OLIMPO // PERCY JACKSON
FanfictionDescubre quién eres... Cinco años... Cinco años en el Campamento Mestizo, donde Dante se convirtió en uno de los semidioses más respetados. Sin embargo, la aparición de un nuevo campista y el despertar de un mal ancestral pondrán aprueba sus capacid...