XVIII

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Maratón 3/3

- ¿Por qué hueles a quemado? – le preguntó Luca a Dante cuando los chicos llegaron al taller. Este le miró con la ceja levantada mientras Helena se reía por lo bajo - ¿Por qué es tan gracioso? –

- Porque es tonta – respondió el hijo de Ares, de forma cortante - ¿Has arreglado la moto? –

- ¿Habéis acabado con los monstruos? - rebatió Luca, cruzándose de brazos. 

- Más o menos... - respondió Helena – Los monstruos están muertos, pero no hemos sido nosotros –

- Había otros semidioses – explicó Dante mientras miraba al chico de reojo - ¿Tú sabías algo de ellos? –

- No, solo he hablado con vosotros – respondió el chico.

- ¿Seguro? – volvió a preguntar Dante con tono amenazante.

- Sí, lo juro por el río estigio – insistió este con seguridad. 

Un trueno retumbó en la lejanía, sellando sus palabras. Dante esperó unos segundos a ver si ocurría algo que le dijese que el hijo de Hefesto - De acuerdo... Te creo – respondió, entendiendo la seriedad de un juramento como ese – En fin... ¿Nos vas a arreglar la moto? ¿Sí o no? –

- Ya está arreglada – dijo el chico señalando la moto con la cabeza. Dante se acercó a comprobar si era verdad, y no solo estaba arreglada, sino que parecía nueva – Podéis llevárosla, da igual que no halláis sido vosotros los que acabaron con los monstruos -

- ¿Seguro? Al final no hemos hecho... – dijo Helena, pero Dante la interrumpió.

- Helena, no pongas en duda la amabilidad de la gente.

- ¿Cómo puedes ser tan caradura? – preguntó ella.

- Te recuerdo que no tenemos un duro. Si nos quiere arreglar la moto gratis que así sea – contestó Dante. Los chicos empezaron una estúpida discusión en mitad del taller, hasta que la risa de Luca les distrajo – ¿Y este de qué se ríe? –

- Lo siento, lo siento. Echaba de menos hablar con semidioses – dijo él – Ya no me acordaba de lo divertidos que podéis ser –

- ¿Y por qué no vuelves al Campamento Mestizo? – preguntó Helena.

El chico sonrió ante la pregunta de la chica y miró a Dante – Bueno... Como le dije a tu amigo, no todos estamos hechos para esta vida – dijo él – Algunos preferimos vivir como simples mortales. Nos alejamos de las aventuras y de los peligros. Nos enamoramos y tenemos familias, trabajamos en lo que nos gusta –

- No parece una mala vida... – murmuró Dante mientras se subía en la moto, la arrancó para comprobar que todo estuviese bien y esta rugió con potencia – No te culpo por elegir esta vida. Probablemente si yo pudiera también lo haría – dijo mientras le lanzaba un casco a Helena.

- ¿Por qué no lo haces? – preguntó Luca con interés.

- No lo sé... - respondió Dante – Puede que no todos estemos hechos para esa vida –

- Bueno, si algún día te cansas de esa vida y quieres probar el ser un mortal normal y corriente, ya sabes donde está mi taller – dijo el chico mientras le tendía la mano a modo despedida.

Dante sonrió levemente – Lo tendré en cuenta – dijo, estrechando la mano del hijo de Hefesto.

- Suerte con vuestra misión – dijo Luca antes de que ambos saliesen del taller y pusiesen camino a su destino final, Miami. Todavía les faltaba al menos todo un día de carretera hasta llegar a la ciudad, pero la moto estaba a punto y todavía era bastante temprano.

ARES #1 // DIOSES DEL OLIMPO // PERCY JACKSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora