29. Amor Platónico.

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El bullying es algo del pasado, dirá mucha gente, wey estamos en el siglo XXI, esas cosas ya no existen, o no soy muy frecuentes aquí en Latinoamérica, o al menos eso creo, todavía en estados unidos te creo un poco. Pero este no es mi caso, estando en una escuela de Latinoamérica me hacen bullying, ya saben, las típicas chicas populares que te hacen la vida imposible en la secundaria, pues sí, yo era la típica chica nerd no tan nerd a la que molestaban, y arriba de mi estaban las zorras populares.

Y para acabar de fregar tampoco tenía amigos, Forever Alone.

— quién más va a creer, tus historias del mundo al revés — canté una canción que no había dejado de escuchar desde hace una semana.

Salí del cubo del baño estando cien por ciento segura de que no había nadie en el baño.

1.- Este baño no era frecuentado por casi nadie porque era exclusivamente para profesores.
2.- Mientras hacia pipi no escuché entrar a nadie.

Pero al parecer mis dos escasos argumentos se fueron a la mierda cuando vi un cuerpo recargado sobre el lavabo, mirándome.

Al principio me asusté, después me tensé y por ultimo temí por mi vida.

Daniela Calle.

La típica líder de las chicas populares en el baño de profesores. La que prácticamente me ha hecho la vida imposible desde que pisé esta escuela me estaba mirando con el ceño fruncido, pensativa.

Esperé alguno de sus típicos insultos: Fenómeno, retrasada, idiota, cuatro ojos... Así es, llevaba lentes porque tenía miopía y eso era una gran ventaja para la presumida esta.

Al ver que se había quedado mirándome y que al parecer se había salido de sus orbitas y estaba en otro planeta di un paso hacia adelante esperando alguna reacción de su parte, para mi sorpresa tampoco se inmutó en hacer o decir algo.

Ok María José, piensa e imagina que no está aquí y que no te está analizando con una mirada muy penetrante.

Pero cometí el peor error que pude haber cometido en la vida. Así es, miré sus ojos, sus bellísimos ojos, ¡Dios! Ósea está claro que Daniela era una presumida, arrogante, molesta, fastidiosa, egoísta y entre muchas cosas más, pero demonios, debemos de aceptar de que está guapísima, es hermosa, y sus ojos... Sus malditos ojos.

Y me perdí en el mar café de chocolate y avellana de sus ojos.

— ¿Qué? Fenómeno, ¿Te gusta lo que ves? — sí, todo parecía cool hasta que la idiota habló.

Volteé los ojos.

— no, me dan nauseas — solté pasando un mechón de cabello detrás de mi oreja mientras me acercaba al lavabo.

— a mi no me engañas, cuatros ojos, sé que te gusto — masculló de manera arrogante con una estúpida sonrisa en el rostro.

Sonreí sin gracia.

— buscar sentimientos hacia ti es como buscar diamantes en Minecraft — me atreví a decir de manera irritada.

Daniela Calle y su grupito de amigas ya me tenían harta, hasta la madre, y ya no quiero eso, así que ahora ya no me intimida tanto como antes, ahora me enfrento a ella, y eso parece gustarle, la razón, no tengo ni la menor idea.

— es posible encontrar diamantes en Minecraft, una vez me encontré treinta... — su sonrisa no se iba de su rostro.

— no mames, ¿Daniela Calle jugando Minecraft? Deja lo anoto — ahora ella volteo los ojos.

One shots. (caché) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora