Puede haber muchas formas de encontrar el amor, de vivirlo, de experimentarlo, de odiarlo, de anhelarlo, en fin, muchas más, pero al final de todo siempre llegas con la persona que te hizo sentir el amor de una manera única y especial, como nunca an...
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ESPECIAL DE HALLOWEN
Pov Calle.
Uno... Dos... Tres...
Uno... Dos... Tres...
Esto no está pasando, no debe de estar pasando. Es un error, un grave error.
Un golpe en lo más profundo de la habitación me hizo sobresaltar. Respiré agitada escondida en el closet de mi habitación.
Cuando era niña siempre me pregunté cómo sería mi vida de adolescente, no fue para nada lo que esperaba. Siempre pensé que serían fiestas, alcohol, sexo y toda esa mierda. Sin embargo, fue algo más relajado y tranquilo.
Siempre fui una chica antisocial, no me gustaba hablar con la gente, ni siquiera mirarla. Si veía a alguien conocido por la calle me pasaba al otro lado de la carretera o simplemente daba media vuelta con tal de no tener que saludar a esa persona. Mis pensamientos en ese entonces estaban enfocados en el futuro, en que quizá sería una persona exitosa con un buen trabajo y una vida soñada.
Me imaginaba siendo una gran empresaria en la ciudad de los Ángeles, quizá con un hombre e hijos, una familia Feliz. Pero no, como siempre todo está en mi contra.
Antes de viajar a los ángeles "para ser una mujer exitosa" me peleé muy fuerte con mi mamá cortando cualquier contacto que tuviese con ella. Mi padre... Pues mi padre es mi padre, quien a mi corta edad de 10 años engañó a mamá y se fue de la casa para formar otra familia con alguien más.
Entonces tenía a nadie, hasta que conocí a Francis, supuestamente fue mi pareja, pero yo no lo sentía así, peleábamos todo el tiempo y según yo eso no es amor.
Pensé que había vivido el infierno mismísimo, pero no fue hasta el día del accidente, ese día literalmente mi vida cambió. Pensé que había muerto, pero no, no fue así, el destino decidió castigarme aún más dejándome vivir... Oh y eso no fue lo peor; al principio pensé que eran alucinaciones mías o secuelas del accidente, pero con el tiempo me di cuenta de que todo eso no estaba sólo en mi cabeza, sino que yo podía ver y presenciar todo eso.
Definitivamente estaba viviendo el infierno en carne y hueso. Llegó el momento en el que de la nada ya todo me daba igual, excepto las apariciones aterradoras que tenía casi la mayoría del tiempo, pero no les tomaba mucha importancia, o al menos trataba.
Comencé a sentir que yo no pertenecía a este mundo, que aquí no es donde pertenezco... ¿Entonces por qué seguir atormentándome? Ya no había nada para mí en la vida.
Hasta que una persona llegó a mi vida y evitó que ese trágico suceso se llevara a cabo. Más que darme una razón para vivir, me enseñó que tengo un corazón, me enseñó a sentir lo que nunca jamás sentí y muchas cosas más de las cuales ignoraba su existencia.
