22. Ojos hipnotizantes. (Part - 3)

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Porque ustedes lo pidieron, que disfruten.

——

Mi ceño fruncido se presentó cuando puse mi mano al otro lado de la cama y no encontré lo que estaba buscando. Abrí los ojos por completo y miré hacia todo mi alrededor encontrándome con las paredes de la habitación de mi novia. 

— no sé cocinar...

— lo sé mi amor...

— mañana si me despierto antes que tú te haré el desayuno...

— amor, eso seria genial, pero seguro y quemas la cocina — dije de manera divertida recordando la vez que intentó cocinar algo y terminó haciendo que todo se quemara, casi llamamos a los bomberos. 

— no me subestimes... — dijo poniéndose a horcajadas encima de mí. Las dos estábamos acostadas en la cama, ambas miramos inmediatamente mi vientre abultado, el bebé se había movido. 

— ¿ves? hasta él no quiere que cocines — dije soltando una carcajada. 

Ella frunció las cejas y levantó mi camiseta dejando al descubierto mi vientre comenzando a pasar su mano suavemente haciéndome pequeñas cosquillas. 

— bebé, ¿verdad que quieres que mamá Poché cocine el desayuno mañana? — habló suavemente pegando su cara a mi vientre, lo que provocó que el bebé se moviera de nuevo. 

— eso es un no — dije acariciando mi gran barriga. 

— eso no es justo, preguntémosle a tu hermana — dijo ella levantándose la hoodie que llevaba dejándome ver su barriga de 6 meses — mi amor, ¿mamá Poché debería cocinar mañana? — dijo pasando su mano por su vientre de manera muy tierna, provocandome una gran ternura y unas ganas inmensas de besarla — ¿¡Viste?! dijo que sí — exclamó emocionada cuando la manita de nuestra bebé se asomó un poco. 

Volví a reír. 

— eso fue otro "no", los bebés no quieren que quemes la cocina. 

Haré el desayuno... 

De todo el flashback que tuve de anoche mi mente se centró en una sola oración "Haré el desayuno". 

Alarmada intenté levantarme lo más rápido que pude, aunque tarde más de lo esperado ya que mi gran barriga no me ayudaba mucho. Me puse las pantuflas de pandita y salí casi corriendo a la cocina, pero paré en seco al ver que no había ningún rastro de ella mas que un que un vaso de agua hasta la mitad. Me quedé pensando unos segundos.

Quizá está en el baño.

Agarrando mi espalda comencé a caminar de nuevo hacia la habitación y después al baño, la puerta estaba cerrada, así que toqué antes. 

— ¿amor? — pregunté pegando mi cabeza a la puerta. 

— ... 

Total silencio. 

— mi amor, ¿estás ahí? — pregunté de nuevo, pero al no obtener respuesta alguna decidí entrar. Abrí la puerta y entré al baño... 

No había nada.

Fruncí las cejas y la busqué por todo el apartamento, ella no estaba. Regresé a la habitación y tomé mi celular para llamarla. 

La llamada entró y la canción Maniac de "Conan Grey" se escuchó en la sala, había dejado el celular y esto me estaba comenzando a preocupar. 

One shots. (caché) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora