44. Entre canciones (Part - 3)

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— María José... — se acercó a nosotras — hasta que al fin te encuentro — una vez enfrente de nosotras, se recargó sobre una pierna y puso una mano en su cintura.

Llevaba una camiseta blanca pegada y una chaqueta de mezclilla abierta dejando ver su apenas abultado abdomen. Tardé en asimilar todo. ¿Qué hace ella aquí?

— ¿Carolina? ¿Qué haces aquí? — pregunté bastante confundida, sin olvidar el hecho de que su sola presencia me hacía poner de malas.

— ¿Cómo que qué hago aquí? Majo, me abandonaste... — miró su barriga y la agarró — pensé que íbamos a tener una bonita familia — sus ojos se humedecieron.

Abrí la boca sorprendida. No podía creer que esto está pasando.

Inmediatamente miré a Daniela, quien no dejaba de viajar su mirada de Carolina, a su barriga para terminar en mí. Sus hermosos ojos eran pura confusión.

— creo que yo ya me voy — terminó por decir agarrando su mochila. Me levanté con ella.

— te veo en las gradas, por favor, no te vayas — dije de manera suplicante. Sus ojos conectaron con los míos, no pude descifrar su mirada, pero asintió con la cabeza.

— ¿Quién es ella? — preguntó Carolina una vez Daniela se había marchado.

— Carolina — la miré ignorando su pregunta — ¿Qué demonios estás haciendo aquí? — pregunté con el ceño fruncido.

— Hola, yo también estoy bien — habló de manera sarcástica — ¿ya nos podemos ir? no sabes cuán difícil fue encontrarte...

La miré totalmente incrédula.

— No, no, no — negué repetidas veces con la cabeza — yo no iré a ninguna parte contigo.

Ella me miró indignada.

— María José, no sé ya cuántas veces te pedí disculpas... En serio, ya vámonos.

— y yo no sé ya cuántas yo te he dicho que te perdono, que todo cool, pero eso no quiere decir que sigamos juntas... Han pasado meses... Tampoco puedes llegar así como si nada y decir que nos vayamos. Caro, ya hice mi vida aquí, es hora de que tú hagas la tuya.

— no, tú no me puedes hacer esto... — se acercó a mí y tomó mis mejillas. Sus ojos se habían cristalizado — yo te amo, y quiero hacer esto contigo, quiere tener una familia contigo... — una lagrima resbaló por su mejilla.

— y ese era el plan, pero por nuestra cuenta, no se supone que me debías engañar y salir embarazada... Carolina, no voy a negar que aún te quiero, pero no de la misma forma que antes... Lo siento. — quité sus manos de mis mejillas, tomé mi mochila y me alejé de ella.

— ok... ¿Qué demonios fue eso? ¿La embarazaste y te fuiste? — preguntó Daniela una vez me senté junto a ella sobre las gradas.

Negué con la cabeza soltando una carcajada, de verdad eso sonaba estúpido.

— creo que sí, le dije que iría por cigarrillos y no regresé — me burlé sacando una ronca carcajada de su boca.

— no, pero ya en serio... Ya sé que no soy quién para pedirte explicaciones, pero... — no la dejé terminar porque no aguanté más y me abalancé sobre ella juntando nuestros labios.

Desde hace un buen rato me estaba aguantando las ganas de besarla y aunque esta fuese una situacion poco común e inapropiada no pude resistirme a su hermoso rostro y obvio, suculentos labios.

— bueno, — me separé de ella, haciendo como si no pasó nada — ella es Carolina, mi ex novia, nos separamos un mes antes de que me mudara aquí. Resulta que me engañó y pues ya viste, fue muy evidente su engaño. — dije esto último en un suspiro.

One shots. (caché) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora