— doctora Daniela, la paciente se encuentra estable... — dijo la enfermera Hernández una vez entré a la habitación de la paciente.Caminé hasta la camilla y comencé a tomar sus signos vitales, todo parecía perfecto, y perfecto que tenía el resto del día libre para pasarlo con el amor de mi vida.
— perfecto, mañana a primera hora vengo a revisar de nuevo sus signos y esperemos que despierte. — la enfermera asintió y salí de la habitación, directo a mi consultorio para arreglar los cosas e irme a casa.
— ¡Ay! Quién como tú, que ya te tienes que ir, aún a mí me faltan pacientes que atender — dijo mi amiga Carmen entrando por la puerta de mi consultorio.
— aún no canto victoria, estoy segura de que mañana será un día muy agotador, pero me alegra ver es progreso de mis pacientes — dije simulando secar mi frente — bueno, nos vemos mañana — pasé a su lado y me despedí de beso en la mejilla.
Salí del consultorio y comencé a caminar directo a la salida.
— ¡Urgencias! ¡Rápido! ¡Preparen el quirófano! ¡La paciente está muy grave! — los enfermeros corriendo hacia mí con una camilla y sobre de ella una persona... Todo pasó en cámara lenta.
Pude divisar que llevaba unos tenis demasiodo familiares para mí, los había visto en la mañana, antes de venir a trabajar. Los enfermeros pasaron casi corriendo a un lado de mí aún con la camilla dejandome ver de quién se trataba.
Inmediatamente mi pulso se comenzó a acelerar, los ojos me comenzaron a picar y una sensación horrible cruzó por todo mi cuerpo.
No esto no puede estar pasando.
Con unas lágrimas comenzando a salir de mis ojos corrí detrás de ellos. Y llegué hasta la camilla.
— Poché...! — me alteré — ¡No Poché no puedes ser tú! ¡Amor...
— doctora Calle, tranquila, nosotros estamos a cargo — dijo un enfermero quitándome de la camilla, pero fue imposible porque me safé de su agarré y volví con la persona que más amaba en este mundo.
— Poché... Mi amor... — mis vista se comenzó a nublar, y todo se volvió color negro.
Mis ojos se comenzaron a abrir poco a poco, cuando mi vista se acostumbró a la luz de la habitación, me di cuánta de que estaba sobre una camilla del hospital, me levanté lo más rápido posible provocando un mareo.
— ¡Ey! Cuidado... — dijo una voz conocida. Miré a todas partes encontrandome con Valentina, la hermana de Poché sentaba en el sillón con los ojos rojos.
— Vale... ¡Vale! ¿Estás bien? Poché... Poché... ¿Ella está bien? Tengo que ir con ella...
Dije lo más rápido saliendo de la habitación y yendo al quirófano en donde metieron a Poché antes de que me desmayara, supongo.
Las imágenes volvieron a aparecer como flashback dentro de mí cabeza haciendo que de nuevo sintiera un gran nudo en la garganta y los ojos me picaran.
No le puede pasar nada, ella es fuerte, necesito que esté bien, no sé qué haré sin ella, sí ella se va.
— Doctora Calle... — la voz del doctor Phillips me hizo parar y voltearme hacia él y regresé alterada hacia él.
— Poché... Ella, la camilla... ¡Joder! Esto no puede estar pasando — y de nuevo rompí en llanto. El doctor Phillips me sostuvo y me abrazó, como buenos amigos y colegas que hemos sido en todas la jornadas de trabajo.
— Calle... Calle, escuchame, tranquila. — me enderece y me limpié las lágrimas, tengo que ser fuerte — Poché está estable... — esas palabras me hicieron aliviar un poco — pero grave, se rompió dos costillas y se golpeó la cabeza muy fuerte, también tiene una gran herida en la mano, pero esa... — no, esto no estaba bien, ella estaba grave. Pero tengo que ser fuerte.
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One shots. (caché)
RandomPuede haber muchas formas de encontrar el amor, de vivirlo, de experimentarlo, de odiarlo, de anhelarlo, en fin, muchas más, pero al final de todo siempre llegas con la persona que te hizo sentir el amor de una manera única y especial, como nunca an...