One shots. (caché)

4. Labios rotos. (Part - 2)

Después de ese día, en el que nos encontramos de nuevo en el estudio sucedió algo inexplicable dentro de mí, y creo que me he enamorado de la chica castaña que es diez años mayor que yo y con una pequeña hija.

Pues desde ese día nos volvimos unidas, yo la acompañaba a muchos lugares y ella me acompañaba a mí, de hecho de vez en cuando yo iba por Gigi a la escuela mientras ella trabajaba. Ella era escritora en el New York Times, escribía muchos artículos y con decir que era una de las mejores no podía ir muchas veces por Gigi a la escuela.

Sin embargo Gigi y yo sí que éramos muy unidas, de verdad que adoraba a esa niña, y me hacía adorarla más porque se parecía mucho a su mamá.

Pero eso no es todo, podría decir que era buena amiga de Daniela, pero... ¿Acaso las amigas se besaban? Que yo sepa no.

Flashback

— ¡Mamá! ¡Quiero ir a jugar! ¿Me dejas? Plis — dijo la pequeña Gigi jalando de la gabardina de su mamá.

Daniela la miró con ternura y asintió.

— pero con cuidado, mi vida.

Y como Daniela miró a Gigi yo la miré a ella. Sus hermosas y finas facciones me hacían querer recorrer su cara con mis labios... Uf y ni hablar de su boca, desde hace rato me muero por besarla.

— ¿Qué tanto miras? — dijo con una sonrisa burlona sacándome de mis pensamientos.

— tu cara... — reaccioné y la miré apenada, para después buscar una buena escusa. Pasé saliva, mientras ella se comenzaba a reír — tu caracol está muy bonito — dije sonriendo mientras miraba como un pequeño caracol pasaba por nuestra manta de día de campo.

Ella miró el caracol y lo agarró cuidadosamente.

— sí, está muy bonito —, y lo dejó en una hoja cerca para después mirarme con una sonrisa.

¡Dios mío! ¡Me mira y me pierdo en ella! ¡De verdad que tengo ganas de besarla!

Quité mi vista de ella y lamí de nuevo mi helado, necesitaba distraerme un poco de su hermosura y que mejor manera de lamer mi delicioso helado de frutos rojos. Pero simplemente no podía, ella me miraba y su mirada hacia mí, provocaba una sensación muy extraña dentro de mí.

— Oye... — agarró mi mentón con delicadeza y me hizo mirarla a los ojos — tienes un poco de helado en la comisura de los labios — dijo acercando su rostro cada vez más al mío, su cercanía se sentía demasiado cómoda...

Hasta que de la nada, sus labios se posaron sobre los míos de una manera muy rápida e inesperada. Y me comenzó a besar, y yo la besé, nuestras bocas se comieron como nunca antes se habían comido a otra boca.

— listo, helado fuera — dijo agitada y con los labios más rosas de lo normal por el reciente beso que nos habíamos dado.

Fin del Flashback.

Y es así como los besos entre ella y yo se habían incrementado de forma impresionante.

— Poché... ¿Me compras un helado? — preguntó Gigi desde su asiento especial para niños que estaba en el asiento trasero del coche.

— claro, pero primero iremos a hacer las compras...

— no me gusta ir al súper —, la miré por el espejo retrovisor divertida mientras ella tenía un pequeño puchero en los labios.

— lo siento peque, pero mami no ha hecho el super desde hace mucho y estoy segura de que se va a quedar sin nada.

Bufó y miró por la ventana.