Letters to Juliet [Harry Styles AU]

Capitulo diecinueve [2/2]

Después de que ellas comenzaran a decirme algunos comentarios burlones, me despedí de ellas divertida, y le di un beso y un abrazo a cada una.

- ¡Adiós, chicas! - Y salí de ahí. Volví a revisar el mensaje, y sonreí.

En el camino vi a mi primo caminando solo por las tiendas, y se me ocurrió una idea. Me puse detrás de él sin hacer mucho ruido, y grité cerca de él "¡Boooo!" haciendo que se sobresaltara, provocando una gran carcajada de mi parte. Se volteó rápido y me miró enojado, pero después lo cambió a una sonrisa, se acercó y me despeinó.

- ¡Hey! - Farfullé acomodándome el pelo lo más decente posible con mis manos. Él soltó una risa y murmuró un "¡Venganza!".

- ¿Qué tú no estabas con las chicas... y Nicole? - Preguntó él, confundido, pero nombrando a la última embobado, haciendo que volviera a reír.

- ¡Oye, oye! ¡Cuidado! ¿Necesitas un balde? ¡Vas a inundar todo el lugar! - Exclamé yo, provocando el sonrojo del chico presente.

- Pero enserio, ¿no estabas con ellas? -

- Sí, primo baboso. Pero acabo de salir del centro comercial y las dejé allá - Expliqué. Liam puso cara de ofendido por mi apodo hacia él, sacándome la lengua.

- ¿La acompaño a su hotel, señorita? - Ofreció él, y yo asentí. Nos la pasamos hablando todo el trayecto hasta el lugar, allá me despedí de él de un abrazo y subí a la habitación.

- ¡Amore mio! - Saludó Victor a ______ abrazándola y plantándole un beso en los labios. La joven escritora sonrió y besó a su prometido de vuelta.

- ¿Cómo te fue hoy, cariño? - Preguntaste.

- Bastante bien. Todo lo que vi hoy fue... asombroso. Estaba en el paraíso - Decía él entusiasmado. Yo asentía sonriendo.

- Bueno, yo fui con las chicas y compré algunas cosas - Comenté, señalándole las bolsas con las compras.

- Qué bueno - Exclamó él.

Victor se fue a comer un momento en la cocina, así que yo me dirigí a la habitación. Agarré un momento mi laptop y comencé a escribir de mi libro. Extrañamente, el personaje de Harry había cambiado la forma de ser desde el principio, hasta la actualidad pero definitivamente su personaje no se llama como él, había decidido ponerle "Ryan" y, leído desde otros ojos, cualquier persona pudiera pensar que la protagonista esté enamorada de Ryan, pero ¿ella enamorada del tal chico? ¡Por favor! Ni en miles de sueños sucedería... Nunca, jamás.

Al ya actualizarme en la historia cerré la laptop, y me recosté en la cama mirando hacia el teco. Suspiré con una sonrisa, y cerré mis ojos dispuesta a dormir.

~

- ¡Ring, ring! ¡Ring, ring! ¡Ring, ring! - Sonaba sin cesar la alarma. Me levanté, y recordé que Claire y Harry vendrían a buscarme dentro de un rato. Me levanté y observé cómo Victor seguía durmiendo. Le di un corto beso en los labios, y me levanté a bañarme y cepillarme los dientes. Al salir me peiné el cabello, y me vestí para dirigirme a la cocina a por un tazón de cereales.

Tocó el claxon de la corneta del carro abajo, me asomé por el balcón y los vi ahí a los dos hablando. Me di la vuelta, agarré una nota y escribí en ella "Nos vemos dentro de dos días. Te ama, _____" para luego agarrar mi equipaje y bajar del edificio por las escaleras. Llegué hasta el auto, y abrí la puerta de atrás para entrar.

- ¡Hola, chicos! - Saludé sonriente. Claire me saludó igual de emocionada que yo, y Harry arrancó el auto observándome por el retrovisor con una sonrisa.

- Oigan, cuando lleguemos a Toscana debo hacer algunas cosas. Por favor, ¿podrían ir ustedes a pasear por ahí, mientras que yo hago lo que tengo que hacer? - Preguntó la anciana. Los dos asentimos.

- Seguro, abuela. ¿Pero qué debes hacer? - Preguntó curioso Harry. Claire soltó una risa divertida, y le miró cálidamente.

- Algo, pequeño Harry. Algo - Contestó ella, palmeando la mejilla del chico. Este le miró extrañado.

Comenzamos a pasar por la carretera, y yo decidí sacar mi libro donde también escribía de mi libro, y comencé a escribir lo que ha pasado hasta ahorita el día de hoy, que era poco, pero igual valía la pena escribirlo por si acaso.

"Claire está tomando esto con mucho entusiasmo. Cada día que pasa, está con una sonrisa plasmada en su rostro, así aún no consigamos a su Lorenzo. Harry y yo nos llevamos mejor cada día, y espero seguir así aunque debo admitir que las peleas con él eran divertidas. De todas formas algún día volveré a sacarle de sus casillas"

Obviamente luego lo redactaría mejor para el libro, cambiaría sus nombres, y no escribiría todo lo que relató ahí. Por supuesto.

- Bien, abuela. Te dejo en la plaza del centro para que hagas lo que debas hacer, ¿te sirve, no? - Ofreció Harry. La anciana asintió sonriendo y la dejó hasta donde le dijo. Luego se giró hasta mí. - Creo que sería mejor que dejara el carro acá, y nosotros camináramos -

Yo asentí dándole la razón, y estacionó el carro para después bajarnos del auto. Le puso seguro y comenzamos a caminar sin rumbo fijo.

- Entonces, _____ _____ (Nombre y apellido), ¿sabes? Casi no hemos hablado de las cosas que nos gustan a ambos, así que ¿te parece jugar a las 20 preguntas? - Sonrió con sus ojos verde azulado centelleando.

- Yo creo que 20 preguntas son muchas, ¿no te parece? ¿Qué tal 10? - Ofrecí. Él negó con la cabeza, y replicó con un "20". Suspiré. ¿Quién se podía negar? ¡Nadie! ¡No existía nadie en ese mundo que le dijera que no a Styles!

- ¿Empiezas tú o yo? - Cuestioné. Él me señaló diciendo un "Las damas primero" - A ver, primera pregunta: ¿Cómo conociste a los chicos? -

- Somos vecinos allá en Londres. Íbamos a la misma escuela y pues, pasábamos tiempo allá todo el santo día juntos. Somos como hermanos - Respondió. Yo sonreí.

- Así que vives cerca de mi primo... - Murmuré yo. Él asintió - Qué pequeño es el mundo entonces, ¿no? -

- De hecho - Sonrió - ¡Ahora voy yo!... A ver, ¿Prefieres Radiohead o Coldplay? -

- Coldplay - Dije segura. Él sonrió de nuevo - ¡Deja de hacer eso! Deslumbras a muchas chicas de por acá - Le tapé la boca con mis manos, y Harry soltó una risa.

- ¿Muchas chicas, o a una llamada _______? - Preguntó él, burlón.

- Eso cuenta como pregunta. Una menos - Le saqué la lengua, y a él se le borró la sonrisa burlona y se quedó parado. Yo seguí caminando.

- ¡Oye, eso es trampa! - Replicó él, caminando para alcanzarme. Yo reí.