Capitulo Cincuenta y Uno

53 4 0
                                    

Capítulo 51.

– ¿Por qué llegaste tarde ayer? – Miré a Victor, quien salía del dormitorio.

– Nos tuvimos que quedar un poco más. ¡Ya casi estamos terminando! Dentro de poco debo volver, y mañana será la inauguración –

Asentí, con la mirada perdida. Me levanté de mi asiento dispuesta a servir el desayuno para ambos. Él tendrá que ir para allá, y yo para la editorial.

Sinceramente yo amo con todo mi corazón a Victor; su forma de ser me encanta, de hecho fue de lo que me enamoré. Pero, las cosas habían cambiado: yo había cambiado. Ahora todo lo veía incorrecto, erróneo.

Comimos tranquilamente, él le sonrió a lo que yo le respondí, porque estaba feliz de que él fuera feliz. Posó sus labios en los míos, y me separé para ir a vestirme. Él me siguió detrás, con una sonrisa gigante. Finalmente salimos y él me dejó en la editorial, como recompensa por lo de anoche. Entré por la puerta, y la recepcionista me llamó.

– ¿Qué hay de nuevo, Jennifer? – Sonreí a la chica. Ella devolvió mi gesto.

– Te ha llegado correspondencia. De Italia – Jenn me guiñó el ojo. Agarré el sobre que sostenía en sus manos, y pensé en abrirlo ahí mismo, pero desistí de la idea. Luego la abriría.

Mi corazón bombeaba rápidamente. ¿Será alguna carta de Harry?...

Pasó rápido el tiempo, hablábamos sobre detalles de mi nuevo libro hasta que gracias a Dios, se hicieron las tres de la tarde y pude salir del lugar. Caminé hasta el Central Park, y encontré cerca un puesto de pretzel's, así que decidí comprarme uno, con un capuccino.

– Llegó la hora de la verdad – Comenté, agarrando aire. Moví mis dedos, despegando la punta del sobre. Saqué el contenido que había dentro: un papel.

Estás cordialmente invitado a la boda de Claire Styles y Lorenzo Bartolini.

Fecha: 01/09/12.

Lugar: Casa de Lorenzo.

¡Te esperamos!

Una sonrisa se escapó de su boca. ¡Se iban a casar!. Sostuve el papel entre mis manos por un rato, y observé cómo una pareja de ancianos caminaban tomados de la mano con una sonrisa en sus rostros, mientras que se miraban con todo el amor del mundo.

Seguramente Claire y Lorenzo se verían igual de adorables.

Me imaginé a cierto chico castaño ruloso conmigo así, envejeciendo juntos. Me tomé unos segundos más para pensar y refleccionar, y la realidad me llegó abrumándome. Escupí un poco del café que tenía, porque finalmente le había hayado el real sentido a las palabras de Ana.

Me levanté rápidamente, llamando la atención de miradas curiosas debido a mi apresuramiento; decidí ignorarlas y correr hacia el restaurant de Victor. Tenía muchas cosas que hablar con él.

POV Harry.

Hoy hice todo lo que no hice en todas estas semanas: salir a la calle. Decidí que daría un paseo con Sam para dispersar la mente.

Dentro de una semana sería la boda de mi abuela. No podía estar más feliz por ella.

Pero no estaba del todo feliz por mí, pensé con desgano.

Miré a mi compañero y una mirada tierna hizo aparición en mis ojos. Este cargaba su lengua afuera, mientras que trotaba conmigo por aquel parque, y sus orejas se movían de arriba para abajo con cada movimiento que hacía. Reí un poco; se había ganado mi corazón en poco tiempo.

Cuando nos cansamos ambos fui a comprar agua, le eché a él un poco en un pequeño envase, y yo tomé de la botella. En el instante una oleada de chicas llegaron, pidiéndome tomarme fotos con ellas y autógrafos. Sonreí al ver que habían recibido bastante bien a mi nueva mascota, y me tomé dichas fotos.

Me despedí de todas, para luego seguir trotando con Sam. Observé al cielo; realmente hacia un buen tiempo hoy.

Suspiré. De vez en cuando una que otra chica volteaba a verme, y realmente me sentía un poco violado visualmente pero no le tomé importancia; ninguna de esas mujeres me importaban tanto como una chica terca que vivía actualmente en Nueva York. Cuánto daría porque ella estuviese aquí.

POV _______.

– Buenos días – Saludé a los obreros. Estos respondieron con una sonrisa.

– ¡Debes hacerla sudar! No caramelizar – Gritó mi prometido – Esta cebolla está caramelizada – Señalándola.

Carraspee un poco.

– Hola, cariño – Hablé.

Él volteó a verme con una sonrisa.

– ¡Mi amor! ¿Cómo estás? – Exclamó.

– Bien. Quería avisarte de que Claire se casará con Lorenzo este sábado –

Él hizo una cara de asombro.

– ¿Este sábado? –

Asentí.

– Pienso ir – Comenté.

Él abrió la boca varias veces, como si fuese a decir algo para nada era emitido de su boca. Solo silencio.

– Estoy algo ocupado con el restaurant, pero podría hacer un espacio para acompañarte –

Negué a lo que él me decía.

– No me entendiste. Voy a ir... –

Él me miró aún más serio.

–... sola – Terminé por decir.

Victor miró incómodo a todos los cocineros.

– ¡Chicos! Salgan de la cocina un momento por favor. Tú también, Nathan; luego te encargas de esa cebolla –

Cuando finalmente se hubo vaciado la cocina, él me miró con sus dos pozos color chocolate, y una expresión seria.

– ¿Por qué, mi amor? ¡No hagas esto! Por favor. Ambos nos amamos – Se notaba la desesperasión en su voz.

Mordí mi labio, tratando de no llorar.

– Fuimos a una especie de luna de miel, y no pasamos más de dos días juntos – Argumenté.

– ¡No me molestó! Sinceramente no me molestó en lo absoluto –

– ¡A eso me refiero! Se supone que deberíamos estar deseando con nuestro ser estar juntos de nuevo -justo como lo hago con Harry, pensé- pero no, estábamos cada uno por nuestro lado –

Él se quedó callado, pero luego se decidió a hablar.

– No cambiaré ¿sabes? Me gustaría prometerte que lo haré, pero no, esto es quien soy – Noté cómo poco a poco sus ojos se iban aguando, al igual que los míos.

– Lo sé, y amo quién eres. Realmente lo hago – Limpié una de sus lágrimas – pero yo he cambiado –

Nos quedamos en silencio un momento, pero luego él me abrazó lo suficientemente fuerte. Ambos lo hicimos porque sabríamos que sería el último abrazo siendo pareja. Estaba mojando su camisa, y me lamenté por ello pero era necesario para ambos. Asentí diciéndole sin palabras que todo estaría bien, y mirándolo me alejé de él. Dejé el anillo de compromiso que cuidadosamente había metido dentro de su cajita en mi cartera, para dárselo a su dueño.

– Adiós, Victor –

Letters to Juliet [Harry Styles AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora