Capitulo Treinta y dos

53 3 0
                                    

Ambos pegamos un brinquito debido al sonido, pero contesté.

- Hola, querida. ¿Cómo la estás pasando? - Dijo con ese tono dulce característico de ella.

- ¡Claire! - Saludé alegremente de escuchar su voz - Las cosas van marchando bastante bien por acá, pero ¿Y tú? ¿Cómo estás? -

- De maravilla. He estado disfrutando Italia con más calma - Se escuchó del otro lado. Miré a Harry, quien me miraba como diciendo "¿¡Qué te está diciendo!?" y rodé los ojos.

- Espera, Claire. Pondré en altavoz - Anuncié. Hice click en "Activar altavoz" y listo.

- De acuerdo ¿Ya? - Respondió ella, sonando para que Harry pudiera escucharlo. Sonrió.

- ¡Hola, abuela! - Exclamó él sonriendo, cual niño pequeño. Reí un poquito al ver su expresión, y él me vio extrañado por mi risa.

- Pequeño Harry, cariño, ¿cómo estás?

- ¡Perfectamente bien! -

- Dime, _____, ¿cómo se ha portado el pequeño Harry? - Casi podía escuchar la carcajada que internamente estaba teniendo la anciana en estos momentos.

- ¡Hey! ¿No se supone que eso deberías preguntármelo a mí, a ver cómo se ha portado ella? - El chico a mi lado tenía el ceño fruncido, lo cual de alguna forma, me parecía irresistiblemente adorable y ¡Y nada! ¡Deja de pensar esas cosas, mujer!

- No, sé que ella se está portando bien, como acá. Conociendo lo desastroso y travieso que eres, no puedes estar portándote completamente bien -

- Descuida, Claire. No ha hecho nada malo; si lo hace te llamo. Lo prometo - Reí al escuchar el bufido de el chico ruloso.

- De acuerdo. Fue agradable escuchar sus voces, chicos. Los extraño, y nos vemos pronto

- ¡Es injusto! - Refunfuñó él.

Hablando de Italia, ¿cómo estarían mis queridas secretarias de Julieta?... Debería llamarlas luego.

- Injusto es que tú ganaras en el Pictionary, sin saber dibujar - Saqué mi lengua, y ahí venía de nuevo con su altanería marca Styles.

- Eso es un don que se tiene, pequeña - Puso un brazo alrededor de mis hombros, y guiñó el ojo.

- ¿Y cómo se llama ese don? ¿Trampa? -

Se alejó de mí, con cara ofendida.

- ¿Hacer trampa, yo? ¡Para nada! Jugué limpiamente, es solo que tú no lo entenderías -

- ¿No lo entendería? A ver, es mi idea o me estás llamando idiota - Ahora la ofendida era yo. Él sonrió.

- Tómalo como quieras - Guiñó un ojo, y salió por la puerta. Le seguí, así como cuando nos conocimos, y bajamos las escaleras hacia el televisor.

- ¡Dime, Harold Eduardo! -

- ¿Harold? ¿No se te pudo ocurrir algo mejor? - Me miró con una ceja alzada.

- ¡Dime! ¿Me estás diciendo idiota.... - Pensaba en cualquier apodo o palabra ingeniosa para decirle, pero nada - ehg, g-gay? -

- ¿Acaso me acabas de llamar gay? -

Su mirada penetrante estaba puesta fijamente en mí, poniendome un poco nerviosa.

- Eh, yo... ¡S-sí! - Murmuraba. Él se levantó del sofá donde estaba sentado, acercándose a mí. Me iba echando para atrás, y él seguía acercándose. Llegó el momento en que golpee con la pared, y él sonrió victorioso.

- ¿Te muestro que tan hombre puedo llegar a ser? - Susurró en mi oído. Tomate era poco, comparado con mi cabeza que parecía una olla express. Se iba acercando poco a poco a mis labios, y simplemente seguía sus pasos con los ojos demasiado abiertos como para poder salirse.

Sus labios seguían acercandose, nuestras respiraciones se entremezclaban hasta que siento cómo se priva de la risa Harry.

- ¡Oh, santo Dios! ¡Debiste ver tu cara! - Se carcajeaba en el suelo, agarrando su estómago con sus manos de la risa. Le fulminé con la mirada, y me dirigí al cuarto.

El mismo patán de siempre estaba saliendo de nuevo.

- ¡Vamos, _____! Debes admitir que fue gracioso - Él venia detrás de mí.

- Sí, claro - Mi sarcasmo era más que notorio. Entré a mi cuarto, y él iba a entrar conmigo hasta que le cerré la puerta en la cara.

- ¡Auch! Pudiste haberme roto la nariz por eso - Gritó. Sonreí.

- Ese era mi objetivo, tonto - Dije. Me alejé de la puerta, directo al pequeño escritorio con una portátil encima. Me senté, la prendí, abrí mi Facebook y casualmente Ana estaba conectada. ¿Se acuerdan de ella, no? Una de las secretarias de Julieta.

- ¡Ana! - Envié. Al poco rato recibí mi nombre entre signos de exclamación, como respuesta, es decir, casi lo mismo que yo envié.

- ¿Cómo estás? - Me preguntó.

- Bueno, una serie de cosas han pasado desde la última vez que nos vimos - Suspiré, y envié el mensaje, dispuesta a escribirle todas las cosas ocurridas con Harry y Victor. Necesitaba el consejo de alguien, y urgente ¿Quién mejor que Ana?.

Letters to Juliet [Harry Styles AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora