Letters to Juliet [Harry Styles AU]

Final

Capítulo 53.

Si estuviese sin público presente muy bien podría golpear mi cabeza contra alguna superficie dura, o hacerlo al puro estilo clásico de comprar potes de helado más grandes que mi cabeza y ver alguna película corta-venas como The Notebook, mientras que dramáticamente lloro a cántaros. Patético.

– ¡Querida! – La voz de Paulete me sacó de mis pensamientos, y una sonrisa automática se formó en mi rostro. Saludé a todas las secretarias de Julieta, y tomé asiento junto a ellas.

Al menos debía disfrutar de la boda de Claire. Era lo menos que se merecía ella, y Lorenzo.

Hablando del rey de Roma, lo encontré en el altar con su esmoquin.

Lorenzo se percató de que lo estaba observando, y se llevó su mano abierta hacia el corazón, mientras que me miraba con ternura paternal. Sonreí de la misma forma, haciendo la misma acción que él.

Me llevé un tremendo susto, cuando de repente la música que indicaba la marcha nupcial comenzó a sonar. Ana lo notó porque me miró divertida por un segundo. Una sonrisita se escapó de mi rostro, pero se acentuó aún más al ver a Claire entrar despampanante por esa puerta marrón.

Estaba siendo tomada por... Harry. Traté de ignorar al susodicho, pero fue en vano; se veía endemoniadamente bien. Cerré un poco mis ojos, para volver a abrirlos y observar cómo los pequeños ojos de Claire se encontraban observándome con cariño, a lo que yo le miré sonriente y feliz.

No puedo creer que esté aquí, pude leer en la mirada que me mandó. Sinceramente yo tampoco lo creía aún.

Comenzaron las palabras del padre, pero mi atención se iba de vez en cuando hacia cierto chico con cabello rizado y sonrisa encantadoramente hipnotizante. Cuál fue mi sorpresa al ver que este también me miraba, y justamente con aquella sonrisa de la que les hablaba.

¿El tiempo pasó demasiado rápido, o era solo yo? Ya le estaban echando el tradicional arroz a los recién casados, mientras que cada uno se sentaba en sus respectivas mesas.

Claire y Lorenzo se sentaron ambos en su mesa, que se encontraba viendo hacia los invitados, pero en la mesa habían dos asientos más: Luego noté que cierto chico castaño se sentó en uno de los puestos, y la tal chica Caroline tomaba el de al lado. Muy dentro de mí quería enviar sentimientos negativos hacia esa chica, pero definitivamente no la conocía, y no estaba en mí el juzgar a las personas sin conocerlas; simplemente porque no era yo.

El señor Bartolini chocó con una pequeña cuchara la copa que había enfrente de él. Todos prestaron atención hacia lo que tenía que decir. Carraspeó antes de hablar.

– Nunca en mis menos imaginados pensamientos, supe que me reencontraría con Claire Styles, porque aquel verano en el que muchas cosas pasaron, pensé que sería la última vez que vería estos hermosos y centelleantes ojos verdes. – Lorenzo observó a Claire mientras que dijo esto, y sonrió. Luego dirigió su vista hacia nosotros de nuevo – Pero Dios siempre nos guarda sorpresar para la vida, y pues, aquí estamos: en nuestra boda, con todas estas personas tan preciadas. Quiero agradecerles a todos por compartir junto a nosotros dos este momento tan especial – Elevó su copa en alto.

Ahora el susodicho se sentó, para que le toque hablar a Claire. La peliblanco se levantó, con un papel en su mano. Luego de examinarlo durante unos segundos caí en cuenta de qué era ese papel... La carta.

– Generalmente la vida suele dar vueltas inesperadas en nuestros días, a veces buenas y otros días malas; definitivamente el día en que una carta de una secretaria de Julieta llegó al buzón de mi casa, fue un sucedo bueno. Nunca pensé que al leer aquel papel estaría muy próxima a mi propia boda, con aquel chico Italiano que conocí a mis quince años – Claire echó un vistazo a la carta, para luego levantar la vista – ¿Puedo leerla, querida? –