Unos meses después mi padre entro a mi habitación, con un entusiasmo peculiar
-¿Cómo haz estado pequeña?- Me dijo con una sonrisa de lado, se le veía melancólico pero feliz de alguna manera-Extrañándola- le dije sincera
-Alice, ya hemos hablado de esto, sabes perfectamente que esa relación no esta bien, ella ahora está lejos, deberías empezar a centrarte en otras cosas- me dijo algo preocupado
- Padre adorado, eso quisiera, pero uno no decide los sentimientos que tiene y menos por las personas que los tiene- dije algo enojada
-Lo sé, mi pequeña por eso vine, ahí un sitio donde pueden ayudarte con ese problema- dijo apenado
-Papa me gustan las chicas, ya está, no hay ningún problema, (hice comillas con mis dedos) que tratar- dije de verdad estresada
-¿No quieres tener una vida normal Alice?, casarte, formar una familia, no ser juzgada, no ir al infierno- me contesto exaltado
El tenía razón, además la única mujer con la que quería estar, ahora se encontraba lejos de mi vida
-Bien, cuéntame de ese lugar- le dije expectante
-Es un hospital psiquiátrico cariño, es el Hospital Estatal de Santa Lucia, ¡He escuchado maravillas del Doctor Hanover!
de verdad dicen que es un genio, creo que podría ayudarte- me dijo muy emocionado.-Lo pensare, Santa Lucia esta algo lejos- le dije no muy convencida.
-Está bien pequeña, de igual forma en unos días iremos para que conozcas las instalaciones- me dijo un poco más tranquilo.
-Me parece perfecto- le dije para que saliera de mi habitación ya mismo debía pensar muchas cosas.
Mi padre salió de la habitación dejándome sola con mis pensamientos, debía por lo menos intentarlo, es decir soy la única hija de mi padre, debía darles nietos y conseguir un marido de buen apellido que me mantuviera un un buen estatus social, aun que las palabras de Mónica resonaban en mi cabeza diciendo.
-Cielo, ser lesbiana no es como la gripe, no es un padecimiento que hay que curar-
Igual debía intentarlo ¿no?, era por mis padres y tratar de llevar una vida "normal."
Me levanté de la cama, fui hasta la mesa de noche, y vi una pequeña tarjeta en azul y blanco que ponía "Dr. Hanover" especialista en trastornos mentales.
La dejé en su sitio y me dispuse a descansar, así que usted hará que
por fin olvide a Mónica, Dr. Hanover, eso espero...
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Enfermera Ratched.
RomantikPor qué cuando tus ojos se encontraron con los míos, sentí el alivio placero del alma. ¿Me dejaría entrar a su corazón enfermera Ratched? ¿Podría curar yo su dolor? ¿O este me consumiría a mi también?