Había pasado una semana desde que Mildred me dio a conocer una de las mejores noticias que había recibido en estos meses.
¡Un baile!
Me encontraba plenamente ilusionada con la idea y un poco nerviosa, a decir verdad, pero la sola idea de verla con un vestido de noche, perfectamente arreglada y con ese porte que la caracterizaba me hacía sentir mariposas en el estomago; no es que no disfrutará verla con su habitual uniforme, pero imaginarla vistiendo igual que una princesa de cuentos, simplemente dibujaba una sonrisa en mi rostro.
Mi corazón cada vez se sentía más cercano a Mildred, lo que había empezado como una curiosidad inexplicable se había convertido en adoración absoluta por ella.
Es que era inevitable el sentirme encantada con su persona, me perdía en sus ojos cafés, ese brillo triste que tenía su mirada, me hacía querer protegerla de todo, de todos.
Y sus labios, ¡Dios que labios!, tenían el color y la suavidad que las rosas
anhelan tener en primavera.Su perfil era una de las cosas más bellas que había visto, totalmente simétrico, formando curvas en su cara, dignas de pintar, de fotografiar, simplemente de admirar; su rostro era la fiel prueba de que existía un Dios, por que de otra manera no me explico quien pudo haber creado algo tan sublime.
Su belleza era hipnótica.
- ... Señorita Alice, ¿Me está escuchando?- Preguntaba la enfermera Bucket sacándome de la órbita de amor en la que Mildred me tenía envuelta.
- Disculpe, me distraje un momento- Respondí apenada.
Bucket me lanzó una mirada fulminante, pero prontamente recobró su postura habitualmente gentil.
- Le decía que sus padres vendrán a verla pronto.
¡Hasta que se acordaron que tenían hija!
- ¿Cuándo?- pregunté.
- No lo se con exactitud; pero puedo asegurarle que ellos la extrañan muchísimo-
- No lo parece, llevo meses encerrada aquí y no se han dignado a llamarme- respondí algo molesta.
- Dolly me ha dicho que ha recibido varías llamadas estas últimas semanas, supuse que eran de sus padres- se notaba confundida.
- No, me ha estado llamando un.... amigo- No quería profundizar mucho con el tema de Richard.
- Ya veo, yo le avisaré cuando sus padres estén aquí-
La breve conversación con la enfermera Bucket me había quitado las ganas de hacer cualquier cosa, pensaba en volver a mi habitación y estar ahí hasta la noche.
No había visto a Mildred en toda la mañana, de echo no la había visto mucho en estos días, parecía ocupada y algo ansiosa.Francamente me preocupaba.
- Alice- escuché un breve susurro surgir del pasillo por el que caminaba.
Voltee a ver para todas partes y... nada.
- ¡Alice!- susurraron más fuerte.
Volví a mirar por los pasillos; no había absolutamente nadie, seguí caminando sin ponerle mucha atención, seguramente estar tanto tiempo aquí había tenido consecuencias en mi cordura, y ahora empezaba a escuchar voces.
Estaba por girar para llegar al siguiente pasillo, cuando sentí que una mano fuerte me tomaba por el brazo; me encerró en una habitación, el movimiento fue rápido, me desestabilizó, quería gritarle a la persona que había tenido la audacia de jalarme con fuerza bruta, y cuando conseguí poner mi vista en mi secuestrador, la vi.
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Enfermera Ratched.
RomancePor qué cuando tus ojos se encontraron con los míos, sentí el alivio placero del alma. ¿Me dejaría entrar a su corazón enfermera Ratched? ¿Podría curar yo su dolor? ¿O este me consumiría a mi también?