Capítulo 13. Hidroterapia.

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Después de la cena volví a mi habitación, tenia que empezar a planear alguna estrategia para llevar a cabo mi plan, lo primero era hacer una lista de las cosas que quería saber de ella, tomé una hoja de papel y empecé a escribir.
•    ¿Por qué vive en ese Motel, y no en una casa común?
•    ¿Qué edad tenía?
Se veía mayor que yo, pero aun no sabía con certeza su edad
Yo y mi gusto por las mujeres mayores- dije para mí misma en un suspiro
•    ¿Está casada, con hijos?
•    ¿Quién es el hombre que quiere recuperar?
•    ¿Por qué tanto interés en el asesino de padres?

Mientras seguía anotando los misterios que quería descifrar, no podía dejar de escuchar una vocecita en mi cabeza preguntándome un constante ¿Por qué de repente te interesa tanto esta mujer Alice?

Solo estoy aburrida, pensando en que invertir mi tiempo, me autocontestaba, pero la realidad era que ella no me provocaba "simple curiosidad", ni estaba "aburrida", había algo más, algo que en ese momento no quise aceptar...

El día siguiente en la mañana me desperté muy aturdida, había demasiado ruido, me coloqué una bata para disponerme a salir y ver que era todo ese escándalo.
Apenas crucé la puerta me encontré a una mujer rubia de ojos azules, estaba tan perfectamente arreglada, que por un instante me sentí en total vergüenza por mi aspecto, vestía bastante elegante, llevaba una camisa amarilla y unos pantalones de vestir negros con patrón del mismo color que la parte de arriba.

Me vio mirándola con tanto descaro, que creo que la incomode, aun así se acercó a saludarme.

-Un gusto señorita, soy Gwendolyne Briggs- me extendió la mano muy cordialmente, parecía muy educada, pero jamás la había visto por aquí.

-El gusto es mío, ¿Disculpe, usted trabaja aquí?, es que no al había visto antes, y bueno llegue ayer así que apenas estoy familiarizándome con la gente de por aquí- dije correspondiendo a su saludo.

- Oh no, no trabajo aquí, soy secretaria del gobernador, y no se si ya se habrá enterado, pero, está haciendo su trabajo de campaña aquí- respondió sonriente.

No pude hacerle otra pregunta ya que una silueta femenina nos interrumpió aproximándose a nosotros. 

-¡Mildred!, al fin te encuentro- dijo la señorita Briggs, me pareció muy raro que la llamará por su nombre, no había visto que nadie se refiriera a ella mas que con el característico "enfermera Ratched".

-Señora Briggs, también la estaba buscando- Soltó sonrojada, ¿sonrojada?, la mujer más intimidante que había conocido en la vida estaba sonrojada, que raro...

-¿Sigue en pie la cita para ir a comer?-

-Por supuesto señora Briggs en un momento es la hora de mi almuerzo-

-Te espero entonces-

Literalmente estaban ahí poniéndose de acuerdo para su estúpida cita, la enfermera Ratched ni siquiera se percató de que estaba justo a un lado de ella, tenía su total atención en Briggs , eso me dolió, y me frustraba que me doliera, sentía envidia de la señora Briggs, ella podía hablarle de "Tu" sin que se molestara, podía hablarle por su nombre de pila, hasta logro ponerla roja, y yo ni siquiera podía hacer que notará mi presencia.

Con la poca dignidad que me quedaba salí de ahí, dispuesta a almorzar, no quería topármela en todo el día, estaba molesta, no tenía razón para estarlo, ni siquiera éramos amigas.

-Señorita Peters, que bueno que la encuentro, necesito hablar con usted- me dijo la enfermera Bucket, cuando había acabado de almorzar y me encontraba sentada en la ya conocida sala de estar gigantesca.

Enfermera Ratched.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora