Una vez que todo el discurso termino, cada uno se fue a sus respectivos trabajos, algunos pacientes seguían en la sala común hablando sobre temas triviales; yo me sentía perdida, y desconectada de todos, en todo este tiempo aquí no había hecho mucho contacto con las demás personas que se encontraban internadas.
Caí en cuenta de que en todo este tiempo, la única persona con la que tenia un lazo estrecho era Mildred, ni siquiera mis padres habían llamado después de mi cirugía, la única persona externa que se preocupaba por mí era Richard, me había intentado localizar un par de veces después que rechacé su llamada, pero realmente no quería hablar con él.
¡Cuánto me gustaría poder corresponderte Richard!
Sería tan sencillo si pudiéramos elegir de quien nos enamoramos, yo sin duda lo elegiría a él.
Siempre pensaba en la magnífica familia que haríamos, llenos de hijos, con un perro tal vez, una pequeña y acogedora casa a las afueras de la ciudad; yo atendiendo a nuestros pequeños y cocinando banquetes deliciosos mientras esperaba que mi adorado esposo llegará de su trabajo, ojalá fuera así de fácil.
Pero el corazón quiere lo que quiere, y el mío definitivamente no deseaba compartir este efímero momento al que llamamos vida con Richard, la verdad es que, con ningún hombre...
Mi cuerpo y corazón caerían rendidos siempre, ante los suaves y rosados labios de las mujeres, ante esas siluetas que derrochaban sensualidad, ante el cabello sedoso y con olor dulce que las caracterizaba, esas manos delicadas que brindaban calor y protección, miradas tiernas con pestañas rizadas y coloreadas de rímel.
Eso era lo que me amaba, y esa era mi maldita condena, mi maldito pecado, la razón por la que siempre sería tachada de inmoral y pervertida.Cuando estaba con Mónica, jamás pensé en eso, estaba en una burbuja de amor protegida por ella, que me impedía ver, todos los contras que tendría que enfrentar nuestro amor.
Una voz, me hizo despertar de mis pensamientos.
- ¿Que tal tu día?- preguntó Huck con una sonrisa, estaba sentando a lado de mi.
- Bastante aburrido, no hay mucho que hacer- Era la verdad, subsistía aquí solo por Mildred.
- He visto que te llevas bien con la enfermera Ratched- soltó de la nada.
Me sorprendí bastante por su comentario, según yo, nuestra relación de amistad, era sumamente cautelosa, no había ningún indicio que le hiciera creer eso a Huck, me alarmó muchísimo, si el lo noto, alguien más pudo haberse percatado que yo y Mildred teníamos una relación más allá enfermera-paciente.
- Es muy atenta y amable- Esas palabras salieron de mi boca con un nerviosismo disfrazado de indiferencia.
- Lo sé, es una mujer asombrosa- suspiró.
¿Por qué suspiras Huck?
- Lo es- respondí fríamente.
Su actitud me estaba molestando, por supuesto que Mildred era una mujer asombrosa, fuerte y cautivadora, pero me incomodaba en demasía que el la viera de esa manera.
- Entonces- se tomó un tiempo para volver a hablar - ¿Dirías que son amigas?- preguntó tímido.
No lo se, nos hemos besado tres veces, ¿Eso te dice algo? Pensé irónica.
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Enfermera Ratched.
RomancePor qué cuando tus ojos se encontraron con los míos, sentí el alivio placero del alma. ¿Me dejaría entrar a su corazón enfermera Ratched? ¿Podría curar yo su dolor? ¿O este me consumiría a mi también?