Capítulo 17. El durazno de la discordia.

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La mañana siguiente me levanté un poco más tarde de lo normal, me fije en el reloj, eran casi las 11 de la mañana, y probablemente a esta hora ya no me darían nada de desayunar, ¡y con el hambre que tenía!.

Me quede un rato pensando que podría hacer con la atroz hambre que me cargaba, mientras daba vueltas en círculos por toda la habitación, recordé que a final del pasillo había un pequeño comedor exclusivo de personal y enfermeras y seguramente a esta hora no habría nadie, y siempre había comida ahí, así que después de pensarla mucho, camine por los pasillos, todo el mundo estaba en sus habitaciones a esta hora, o perdiendo el tiempo en la sala común; pero nadie en los pasillos.
Abrí un poco la puerta para ver si alguien estaba adentro, no quería que nadie me sorprendiera robando comida.
Efectivamente no se encontraba  nadie; con mucho cuidado me adentré al comedor, estaba equipado con lo típico, mesas, sillas, y un pequeño refrigerador.
No encontraba nada de comida a la vista, y empezaba a desesperarme, me lo pensé mucho antes de abrir el refrigerador pero sentía que si no comía algo iba a desmayarme en ese preciso momento 
Me decidí por abrir el refrigerador, me maravillé con la vista delante de mi, ¡un durazno!, hace meses que no comía uno, se me hizo agua la boca nada más de verlo.
Lo saque del refrigerador enseguida, lo mire con tanto detenimiento, como si fuera la cosa más hermosa del mundo, estaba tan maravillada con el manjar que tenía enfrente, que me permití cerrar los ojos, como si ese acto hiciera que pudiera disfrutar más ese instante, estaba apunto de morderlo, cuando una voz hizo que me sobresaltara y el pequeño momento de gloria que estaba teniendo se acabará.

-¿Quién está ahí?- soltaron a mis espaldas
Estaba tan asustada de que alguien me viera robando, que literalmente me congele, no pude ni siquiera voltear a ver a la persona que estaba haciendo la pregunta

-Señorita, no puede estar aquí-

Volvieron a decir y esta vez pude voltear; me tranquilice cuando vi que se trataba de la enfermera Ratched y no de otra persona, ella y yo éramos amigas no me delataría, las amigas se cuidan, ¿no?

-Señorita Peters, usted no puede estar aquí, y menos hurtando comida, tendré que informarle a la enfermera Bucket, para que se encargue de su
castigo-

!Que le pasaba, ayer hasta nos besamos y hoy me iba a delatar!
Estaba demasiado nerviosa
cuando ponía su semblante serio me intimidaba muchísimo, ni siquiera podía verla a la cara.

-Y..yo, perdón, no me levanté temprano y tenía mucha hambre, le suplicó que me disculpe enfermera Ratched- estaba como perrito asustado, y no era para menos, no quería ser castigada, y menos tachada de ladrona.

Se quedó callada unos momentos, y de repente estalló en una carcajada, que me confundió muchísimo.

-Solo estoy bromeando Alice, eso hacen las amigas ¿no?, bromean- aún seguía riendo

-Me asustaste muchísimo, ya me hacia castigada- Fingí enojo

-Deberías agradecer que fui yo la que te encontró, de haber sido otro persona seguramente si te hubieras metido en muchos problemas, ¿que haces aquí?- se sentó en una silla de las mesas que estaban delante del refrigerador

-Como te acabo de decir, no me levante temprano y tenía muchísima hambre, recordé que había un comedor exclusivo del personal y que a esta a hora ya nadie estaba comiendo así que...-

-Así que decidiste venir a robar eh- alzó una ceja interrogante

Se veía tan linda cuando hacía ese gesto

-No aguantaba el hambre- dije y encogí los hombros

-Eso pasa por no levantarse temprano- me dijo a modo de regaño pero no se veía molesta

Enfermera Ratched.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora