Esa pregunta fue lo único que pudo escapar de entre mis labios, estaba demasiado impresionada por el echo de tener enfrente mío a la enfermera Ratched.
Ella también se notaba algo sorprendida, pero no tanto como yo.Supongo que las personas siempre se encuentran cuando viven en lugares tan pequeños como Santa Lucia- pensé.
-Señorita Peters, ¿esta bien?- me miro con una preocupación genuina.
-S... Sí, siento haberla importunado, con permiso- conteste como pude y totalmente dispuesta a salir de allí, no quería que me viera desecha.
-No se puede irse así, tiene muy mal aspecto- soltó cuando vio que estaba a punto de volver a caminar sin rumbo.
¿Mi mundo se caía a pedazos y ella creía que el cómo me veía era relevante?
-Es lo menos que me importa ahora señorita Ratched, mi vida es un completo infierno, estaré encarcelada por dios sabe cuanto tiempo en un hospital, me arrebataron al amor de mi vida, me casare con alguien a quien no amo, todos mis planes y sueños los botaron a la basura, como periódico viejo- solté gritando, necesitaba sacar mi frustración con alguien y bueno, el destino había decidido que ella seria una buena candidata.
-Acompáñeme a sentarnos por favor debe tranquilizarse, a su padre no le gustara verla así- dijo con toda la serenidad del mundo, tanta que logro contagiarme un poco de ella.
Accedí sin más, me senté a su lado en una banca de madera que había en medio de la nada, demasiado extraño, pero en ese momento no pude tomarle importancia.
Ya estábamos sentadas, pero yo seguía sollozando, realmente no podía articular ni una sola palabra, tenia la mirada perdida, pensando que la vida era una niña caprichosa, aburrida y yo solo un recurso de diversión, para su entretenimiento.
Unos momentos después logre estabilizar mi respiración, y las lagrimas de mis ojos habían desaparecido.
La mujer a mi lado pareció percatarse y procedió a hablar.-Ya que se encuentra más tranquila, dígame ¿Qué hacia en medio de la nada?, un auto pudo haber pasado a alta velocidad, o un loco salirle de la nada, debería ser mas prudente señorita Alice-
Me reí levemente de su comentario, es decir en unas horas, iba a vivir repleta de personas con juicio cuestionable
-Ya le he dicho antes, toda mi vida se desmorono, y todo el mundo me dice que internarme en ese hospital es la mejor manera de volver a construirla, pero eso es una vil mentira, mi vida no volverá nunca a estar completa, siempre me faltará ella- Dije sin pensar, y es que esta mujer tenia la capacidad de que aun sin conocerla, quisieras contarle todos tus problemas.
-¿Quién es ella?-
Genial, había abierto la boca demás, ahora le daré miedo, no sabía si ella era la persona correcta para confesarle que estaba perdidamente enamorada de una mujer, bueno aunque tarde o temprano ella tendrá que saber cual es el motivo por el que me quedaría en ese psiquiátrico, suponiendo que no se allá enterado antes.
-La persona que me enseño la alegría de vivir, el único ser en la tierra que le daba sentido a mi existencia, era esa persona por la que valía vivir.
Ella solo guardo silencio, ni un suspiro salió de su boca, simplemente se quedo observándome.
-¿Usted tiene alguien así en su vida?- pregunte sin pensar, en un momento de valentía.
-Tuve alguien así hace tiempo, el era la única persona en la que podía confiar, fuimos separados de pequeños, pero lo recuperare- por fin contesto, y la respuesta a mi pregunta, solo hizo que la curiosidad en ella aumentara considerablemente.
Entonces un foco se encendido en mi cabeza, ¡el hombre que mato a los curas!
Seguramente se enamoró de el cuándo eran pequeños.
Y ella lo seguía amando, digo se había puesto como loca cuando lo llame asesino, y claro era muy pronto para deducir que fuese el, pero no tenía otra pista, o indicio de otra persona.
Aunque bueno, la conocía hace unas horas, ¿Cómo iba a saber mas de sus relaciones interpersonales?
Era imposible saber a quién se refería, y la idea de que fuera aquel hombre solo era un recurso mío, para hacerme creer que había descifrado algún detalle de su vida, pero claramente no era el caso.-Espero de verdad que sea así, uno debería estar siempre con su otra mitad- conteste después de analizar lo que me había comentado minutos antes.
-Bueno señorita Alice, no estábamos hablando de mí, si no de usted, créame que será mas feliz si intenta alejar esos pensamientos intrusivos de su vida-
Claramente ella pensaba igual que todo el mundo, me sentía idiota, por un momento creí que ella me entendería, pero evidentemente no era el caso, y si, ella también había perdido a la persona que amaba, pero era totalmente distinto ella amaba a un hombre lo cual era completamente normal y obvio lucharía por su amor, ¿pero yo? ¿Como podría luchar por Mónica?, sin que fuera encerrada, tachada de loca, y completamente tragada por los prejuicios de la sociedad.
-Supongo que tiene razón, de verdad espero que el Dr. Hanover sea tan bueno como dice, la verdad es que ya no puedo con tanto dolor.
-Lo hará créame, el Dr. Hanover es un verdadero genio, estoy segura de que logrará que su mente descanse de esos pensamientos impropios que atormenta.
Dijo refiriéndose creo yo, a la pequeña parte que le había contado de mi historia con Mónica.
Si supiera que esos pensamientos son lo único que me mantiene a flote...
- Pero ¿Quiénes somos nosotros para decidir lo que es propio y lo que no?, somos solo seres humanos, enamorándonos de otros seres humanos, no entiendo por qué eso estaría mal...-
-Es usted muy joven para entender la vida, con el tiempo se dará cuenta de que a veces es peor sentir ciertas cosas a el hecho de no sentir nada-me contestó, pero en parecía más que lo decía para ella misma.
Y ahí estaba yo, sucumbida en su manera de decir las cosas, su manera de dirigirse con seguridad, pero sin perder la empatía y calidez o bueno eso era lo que demostraba...
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Hey, holaaaa!
Ayer pensé que podría actualizar, pero los trabajos de la escuela estaban hasta el tope, afortunadamente ya es sábado, y espero poder actualizar dos o más capítulos al día
Tengan un linda tarde!💕
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Enfermera Ratched.
RomancePor qué cuando tus ojos se encontraron con los míos, sentí el alivio placero del alma. ¿Me dejaría entrar a su corazón enfermera Ratched? ¿Podría curar yo su dolor? ¿O este me consumiría a mi también?