Capítulo 14. Discusiones y Despedidas

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Las semanas pasaron, y mi relación con la enfermera Ratched, iba sorprendentemente bien, es decir pensé que después de nuestro acercamiento, ella sería distante pero no fue así, de echo cada vez me sorprendia más la calidez con la que nos tratábamos parecía que lleváramos una vida conociéndonos, me gustaba la sensación de platicar con ella, un simple "buenos días" de su parte, me alegraba la existencia.
Aun así, no podía dejar de sentir celos por la señora Gwendolyn Briggs, a veces me las topaba platicando, riendo, se veían tan unidas la una a la otra.

El día de hoy me encontraba en mi habitación leyendo, Huck me había dicho que llevaría a cabo un plan para que no tuviera que someterme a esos baños que me provocaban heridas de quemaduras en la piel y luego un frío infería digno de hipotermia.
Miré el reloj, que se encontraba pegado en la pared junto a la puerta, habían pasado 40 minutos de la hora en que generalmente venían a buscarme por lo que deduje que su plan había funcionado.
Minutos mas tarde tocaron a la puerta, mis ilusiones de salvarme de esa horrible tortura se habían desvanecido, evidentemente venían por mí, resignándome a mi destino abrí la puerta.

-¡Enfermera Ratched!, no esperaba verla aquí, ¿tengo hidroterapia?- conteste con un poco de asombro, la verdad es que no mucho, ya se me había echo costumbre verla, que entrará a mi habitación a ponerme el aceite para quemaduras y después platicáramos por media hora.
Se había echo casi rutina, la verdad me gustaba que me hiciera compañía, escucharla hablar, aunque solo fueran cosas triviales, saliendo de su boca me parecían mas interesantes que la historia de mi propio país.

-Señorita Alice, hubo un problema con los termómetros de las bañeras, hoy no abra hidroterapia- me dijo con una ligera sonrisa.

-¿quiere pasar un momento?- dije con la esperanza de platicar un poco con ella.

-No veo el por que no- dijo y se sentó en una silla cerca de mi cama.

-¿Cómo estuvo su día enfermera Ratched?- pregunte interesada.

-Algo cansado, lo bueno es que casi termina mi turno y podre volver a casa y descansar-

Hay recordé la lista de cosas que quería preguntarle...

-El mío estuvo aburrido como todos los días desde que llegue aquí- dije desanimada.

-Entonces estoy haciendo mal mi cometido, por qué vengo todos los días exclusivamente para que no se sienta sola, me da la sensación de que mi compañía le es de su agrado- dijo mirándome fijamente.

Dios, esta mujer me ponía demasiado nerviosa cuando me veía así.

-Lo es- dije casi de inmediato, no quería que sintiera que ella me aburría o algo parecido -de verdad valoro mucho que se tome unos momentos de su exhaustivo trabajo para venir a conversar conmigo-

-La verdad es que su compañía tan bien es de mi agrado-

Cuando esas palabras salieron de su boca me sentí la mujer mas feliz de la tierra, sencillamente le dio vueltas a mi universo completo, ella tenia un poder especial en las personas, eso ya lo había notado, era como si tuviera a todos a sus pies, pero conmigo ese poder se duplicaba, y eso me daba miedo, me daba miedo como con tan solo unas palabras esta mujer logrará desestabilizarme, si eso lograba hacer con un simple cumplido a mi compañía, no me imaginaba como seria estar bajo los encantos de su piel, probablemente perdería la cordura...

Iba a preguntarle el por qué vivía en el Motel y no en una casa, ella no era un visitante, tenia un trabajo fijo en Santa Lucia
Estaba a punto de hablar cuando se abrió la puerta, haciendo que las dos pusiéramos nuestra atención hacia esta.

Enfermera Ratched.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora