Capítulo 8. Paciente especial.

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La enfermera Ratched, me mostro cada rincón de el hospital, yo iba a su lado, pero unos tres pasos atrás, ni siquiera podía concentrarme en las palabras que salían de su boca, la manera en la que movía los labios al hablar era realmente hipnótico.

Pasamos por unas escaleras, pero no bajamos a la habitación que esta conducía.

-¿Qué hay allá abajo?- Pregunte curiosa.

-Es para el paciente, que esperamos hoy- Me contesto un tanto...¿nerviosa?

Paciente especial, ya había oído del antes, quería saber por qué estaba aquí, y por qué el sería llevado a ese cuarto misterioso...

-¿Por qué lo pondrán abajo y no en una habitación como a todos?-

-¿Por qué le interesa tanto el nuevo paciente señorita Alice?- Me respondí con otra pregunta, ¿Acaso no sabia que eso era de mala educación?

Además, su pregunta no tenia coherencia, obviamente me iba a interesar saber por qué un paciente cualquiera, tendría su propio piso abajo.

-Es raro que un paciente cualquiera, no se aloje en una habitación- respondí con obviedad.

-El no es un paciente cualquiera, ¿acaso no lee las noticias en el periódico? Nuestro nuevo paciente es el hombre que asesino a los padres de Santa Clara- respondió, esta vez era notorio su nerviosismo.

Tal vez le daba miedo estar en el mismo hospital que un asesino, no la culpo, apenas enterarme de eso, mis ganas de estar ahí se habían reducido a nada. Literalmente mi padre me estaba dejando en el mismo edificio en donde pronto se encontraría un asesino.

Contestando mentalmente a su pregunta, No, no leía el periódico, menos la sección de accidentes y asesinatos.

-¿Me van a dejar con un asesino?, No pienso quedarme aquí- dije asustada y un poco molesta.

Cuando estaba a punto de regresar a la sala para poderle decir a mi padre que por ningún motivo me quedaría en estas instalaciones, una mano tomo mi brazo muy fuerte, me gire y claramente era ella.

-¡No se atreva a llamarlo asesino!- soltó y se podía ver un rabia y un gran dolor ahogado en sus ojos.

La mire bastante extrañada
Además de amargada, estaba loca, ¿Qué le pasaba?, ella misma me dijo que mato a cinco sacerdotes.
No pude decir nada, me fue soltando el brazo poco a poco, veía su cara de preocupación ante mi reacción es decir estaba defendiendo a un asesino, eso no era normal, menos viniendo de una enfermera, se supone que ellas defienden la vida. ¿no es así?

-No sabemos los motivos que lo orillaron a hacer eso, la vida puede ser bastante dura a veces la rabia y el coraje pueden superar a las personas, llevándolas a cometer actos inimaginables- Soltó en un intento por justificarse a ella... o a ¿el?

Seguía impactada, era como si ella lo conociera de toda la vida, de repente una idea se me vino a la cabeza, y armando las escasas piezas que pude juntar deduje que, tal vez ella estaba enamorada del ese hombre, eso tenia sentido ¿no?, estaba realmente exaltada cuando lo nombre asesino.
Si no gustaba de ese hombre, si que tenía un interés especial por él.

-En eso tiene razón, no sabemos los motivos que desencadenaron tales acciones - Le dije dándole la razón.

Retomamos el camino hacia el gran salón, ya estaban esperándonos, mi padre y el Doctor Hanover.

-Qué te ha parecido el lugar?- dijo mi padre aproximándose hacia donde yo estaba.

-Esta tan lindo, como lo puede estar un hospital- dije suspirando -

¿podemos hablar en privado por favor?- le dije susurrando para que solo el escuchara.

-Si, ve a fuera en un minuto voy para allá- me respondió igual susurrando.

Sali, le di una ultima mirada a la enfermera Ratched, ella también estaba mirándome, al chocar sus ojos con los míos sentí algo raro, me empezó a latir el corazón de una manera irregular, su mirada penetrante había logrado avergonzarme; rápidamente baje la mirada ella lo noto, lo sé por qué vi como soltó una risita de victoria, que tapo rápidamente con su mano, cuando vio que pase a su lado dirigiéndome a la salida.

Su cara sonriendo es muy linda- pensé y al segundo me reprendí a mí misma, no, ella no era linda, había sido bastante antipática conmigo y además se había atrevido a gritarme, para defender a un asesino de sacerdotes.

Había algo que aún no me quedaba claro, ¿porque, si ella se había comportado de una manera tan grosera conmigo, seguía interesándome por saber más sobre su persona?
Tenia un millón de preguntas respecto a quien era , y solo había podido descifrar una, por lo menos sabia su nombre.
Mildred Ratched, era un lindo nombre la verdad.

-Aquí estoy cielo, ¿de que quieres hablar?- dijo mi padre detrás de mí, sacándome de mis pensamientos.

-Padre tengo muchas dudas- dije exasperada.

-Pregúntame todo lo que quieras saber, Alice- me contesto dispuesto a aclararme todo lo que tuviera que preguntar.

-¿Por qué no me dijiste que me ibas a internar?, pensé que solo vería al Doctor Hanover unos días a la semana, además ¿sabías que aquí se va a alojar el famoso hombre que mató a los padres de Santa Clara?-

-Mi vida, el doctor necesita verte todos los días y examinarte de cerca, para poder encontrar la cura a tu padecimiento, por eso te quedarás aquí, no te lo dije porque quería que te tomaras las cosas de una manera tranquila- contesto sereno.

-Esta bien, pero no pensarás dejarme en el mismo lugar donde se alberga un asesino ¿ o sí?

-Alice, el no estará en contacto con los demás pacientes, tienen un gran pasillo especial para él, estará en una celda, con un oficial cuidando que no se meta con nadie- volvió a decir esto con toda la tranquilidad del mundo.

Suspire, me quede callada unos minutos tratando de resignarme a lo que me esperaba, por fin volví a hablar.

-¿Me quedare hoy mismo?-

-No, hoy volveremos al Motel para que puedas preparar tus cosas, mañana en la mañana te traeré para que te instales-

-Pudiste haberme dicho antes, no me despedí de mi Madre- le dije algo molesta.

-Ya podrá visitarte, ella y Richard vendrán pronto-

-No quiero ver a Richard- Le dije sincera, verlo era lo último que quería, me recordaba lo que inevitablemente pasaría algún día.

-El será de gran ayuda para tu recuperación Alice, es un buen muchacho deberías valorarlo más- dijo mi padre molesto.

-Vámonos quiero descansar- le dije ignorando su comentario, lo único que quería era acostarme en mi cama y llorar.

Probablemente pasaría los últimos meses de mis preciados 17 y parte de mis 18, encerrada en un lugar para locos, yo no estaba loca, o tal vez ¿si?

Había perdido la cabeza por Monica, hace tiempo...
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Hey, qué onda! ¿Cómo están? Se que solo van ocho capítulos, pero me gustaría preguntar ¿les va gustando la historia?, ¿le van entendiendo?, todos los comentarios y críticas son bien recibidas, gracias por leer, votar y comentar!💕

Enfermera Ratched.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora