—¿Tú?—Pregunté.
—Si... Ahm, disculpa, soy Seth—Me dio su mano—Vivo a dos casas, mi mamá me envió a decirles que si necesitan algo estamos a la orden.
Lo recordé.
—¡Claro! ¿Aerman?—Pregunté entrecerrando mis ojos.
—Nope, Aensland, pero casi—Sonrió.
Reí.
—La verdad no recuerdo mucho, solo que eras el niño avión y tu cabello era más claro.
—Si, al parecer aún se mantiene que todos los Aensland tengan el pelo color negro, y con respecto a lo del avión, mmm, no lo recuerdo, no era yo—Rio.
—¡Si eras tú! Ibas por todo el patio de recreo corriendo con tus manos estiradas al aire diciendo, "Soy un avión, puedo volar"—Reí, pude notar como su rostro pálido se sonrojaba poco a poco.
—Okay, okay... Si, era el niño avión.
Qué buenos recuerdos que ni siquiera sabía que tenía. En ese momento bajo mamá.
—¡Seth! ¡Dios mío! ¡Que grande estás!—Me apartó para abrazarlo.
—¡Un gusto verla después de tanto tiempo Sra. Halland!—Dijo entre dientes al estar apachurrado por mi mamá.
—Nada de Sra. Halland, dime Zelda.
Típico de mamá, definitivamente yo no había heredado su confianza.
—Bueno Seth, ahora tienes que poner a mi hija al día, seguro que hay cosas divertidas que puedan hacer.
Torcí mis ojos haciéndole notar a mamá, lo cual evidentemente a ella no le gustaba. Quizás para ella era algo normal pero para mi era un poco precipitado, quizás conocía a este chico, pero no sé, había pasado mucho tiempo.
Y no era mala en entablar conversaciones o relacionarme con las personas, pero no era algo que se me diera fácil con todo el mundo, honestamente no sabía ni de qué tema podría hablar con él, hasta que de repente en mi cabeza llegó la imagen de los carteles que había visto desde la entrada del pueblo...
—¿De qué son esos carteles que están por todos lados?—Pregunté intrigada.
El chico bajó su cabeza y procedió a responderme.
—Bueno... Hace dos meses hubo una explosión en la petrolera, larga historia. La cuestión es que gracias a esa explosión un químico se filtró en las tuberías del pueblo y todos tenemos que vacunarnos por prevención a cualquier virus, y hace un mes...—Se detuvo, lo percibía dudoso acerca de lo que estaba apunto de decir—Hace un mes desaparecieron dos chicos, se cree que es un secuestro...
O simplemente era difícil decirlo... ¿Qué? Mis labios se separaron formando una O. Mamá no parecía estar sorprendida y eso me sorprendía más a mí.
—¿Sabías?—Pregunté apoyando mis manos en la cintura.
—Digamos que... Si—Respondió.
—¿Qué sucedió? ¿Por qué no me dijiste?—Pregunte.
—Ay hija, es un tema muy delicado...
—¿Y me tenía que enterar al llegar? Ja... Ahora vivo en un pueblo donde explotan cosas y secuestran gente.
—¡Aeris!—Mamá pelo sus ojos al oírme hablando sin tacto frente al chico, algo que solía pasar a veces.
—Ahg, perdón... ¿Han sabido algo? ¿Alguna pista?
—Bueno, mi hermano se metió en problemas por ir al bosque en busca de los chicos. Él y otro chico consiguieron la camisa de Eddy, uno de los desaparecidos, pero... La policía aún no dice si pudieron dar con algo.

ESTÁS LEYENDO
ARCADE
Science FictionEn un grupo de adolescentes de Arcade se prende la chispa de la curiosidad y comienzan a cuestionarse acerca de qué está pasando verdaderamente en el pueblo, llevándose a sí mismos a investigar por su cuenta sin saber qué les espera... Un escalofria...