AERIS
Me sentía pequeña, como si tuviera 6 años otra vez. Sintiéndome mimada porque me había dado un resfriado, sentada frente a la ventana mientras veía una pequeña parte del mundo desde ella. Todo se sentía viejo, ¿tiene sentido? Me refiero a las sensaciones... Claramente no tenía un resfriado, había salido de algo muy traumático para mi, tanto que ni lo podía recordar, por más que ya lo había intentado.
Seth me había defendido de un animal salvaje, había estado conmigo dándome compañía, brindándome la seguridad que según él necesitaba. Las ganas de decirle que yo me podía cuidar sola siempre se cruzaban por mi cabeza al escucharlo, pero ya no sabía que tan seguro se podía estar en Arcade. No recordaba qué había pasado, pero algo era seguro, si Seth no hubiese estado ahí, quizás yo ya no estaría aquí.
Estaba empezando a preguntarme por qué aún no tocaba a mi puerta cuando justo en ese instante, como si mi mente lo hubiera llamado de alguna forma, empezaron a tocar, con un poco de impaciencia.
¿Será que llevaba rato tocando y no lo había escuchado por estar hundida en mis pensamientos?
—¡Mierda!—Dije al caer en cuenta de que probablemente se estaba congelando.
Me sentía un poco débil, pero aún así intenté bajar las escaleras lo más rápido que podía.
Ya casi llegando volvieron a tocar la puerta con impaciencia.
—¡Voy!—Grité estando ya a centímetros de la puerta, pero al abrirla lo que veía era al chico de cabello ondulado, Fergus.
—Dios, te ves en la mierda—Dijo mientras se movía impaciente del frío.
Me hice a un lado para dejarlo pasar.
—¿Fergus?—Dije haciendo notar que no era a quien esperaba.
—¿Aeris?—Su típico tono burlón se hizo presente, lo cual me hizo cambiar mi rostro a una expresión más seria.
—Uy perdón, ¿no puedo venir a visitarte? Pensé que éramos amigos—Dijo llevando su mano izquierda a su pecho.
—Esperaba a alguien más.
—Ahh si, tu novio ¿cierto?
—No es mi novio—Torcí mis ojos.
—Claro, pero se enojará si sabe que estoy aquí...
—No tendría porque molestarse.
—¿No? Entonces, tengo curiosidad... ¿Sabe que ese día después de que te acompaño como todo un caballero te fuiste conmigo?
Así era, ese día luego de que Seth me acompañara a casa y se fuera, Fergus apareció nuevamente, proponiéndome irme con él una vez más, y esta vez había aceptado.
—¿Por qué tendría que decirle?
—No lo sé...—Se encogió de hombros y lentamente se acercó a mí—¿Por qué no decirle?
Torcí mis ojos, retrocedí y me senté en el sofá, Fergus de inmediato hizo lo mismo.
—Está bien, mejor dime por qué lo rechazas.
—¿Quién te dijo que lo rechacé?
—Es obvio amore...
Torcí mis ojos, una vez más y suspire.
—Solo soy honesta, ¿nunca has sido honesto para evitar herir los sentimientos de alguien?
—Pues, si... Siempre, casi todas las chicas no se resisten a mi encanto.

ESTÁS LEYENDO
ARCADE
FantascienzaEn un grupo de adolescentes de Arcade se prende la chispa de la curiosidad y comienzan a cuestionarse acerca de qué está pasando verdaderamente en el pueblo, llevándose a sí mismos a investigar por su cuenta sin saber qué les espera... Un escalofria...