SHIT

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HANZEL

Fergus estaba de una forma muy romántica con su mano extendida. He de admitir que por un momento creí que Aeris la tomaría pero no lo hizo, al parecer aun no estaba del todo lista para aventarse a la aventura de lo desconocido, ya que eso era Fergus, un total extraño para ella. Bueno, todos lo éramos.

En ese momento pude ver el alivio de mi hermano y la sorpresa en el rostro de Fergus, no era el tipo de chico al que le rechazaban una invitación. Podía sentir como el rechazo de Aeris le había dado justo en su ego.

Había sido una noche corta,  se podía resumir en que como llegamos, nos fuimos. Seth había acompañado a Aeris a su casa y por lo mucho que había tardado supuse que se había quedado hablando con ella, mientras que yo, quien aún seguía castigado y no podía abusar de su pequeño permiso, me dirigí directo a casa a descansar.

El fin de semana ya había acabado y todo parecía seguir igual, no se sabía nada acerca de la camisa de Eddy, ni si habían dado con alguna pista o si habían podido obtener ADN de la sangre y ver si pertenecía a él o al posible secuestrador. No se sabía nada.

A veces quería pensar que la policía si hacía su trabajo, que más allá de que dijeran algo o no ya tenían algún sospechoso o algún plan de captura y que los estábamos subestimando, pero era más seguro que ese no fuera el caso.

12:44 p.m.

En este momento me encontraba en el colegio, en hora de almuerzo, pensando en todo lo que había pasado en los últimos días; lo del bosque, la conversación con Fausto, Seth celoso de Fergus... Y es que si, a Aeris le había caído bien Fergus. No puedo decir que eso se me hacía raro porque no la conozco del todo, pero según nos había contado, ella era bastante reservada y Fergus era todo lo contrario a eso. Ambos hermanos, él y Fausto eran una chispa, realmente solo una vez había visto a Fausto muy serio y esa vez fue hace unos días después de lo ocurrido en el bosque, cuando dijo esa frase que había estado retumbando en mi cabeza estos últimos días.

"Si no olvidas lo qué pasó tú podrías ser el siguiente".

Parecía que mis pensamientos habían atraído a Fausto, porque justo en ese instante apareció caminando frente a mí, evitándome obviamente, pero yo necesitaba respuestas y tendría que dármelas esta vez.

—¡Fausto!—Lo llame.

—¿Qué quieres Hanzel?—No se detuvo.

—Necesito hablar contigo—Corte su paso colocándome enfrente de él.

—Dios Aensland, eres una espinilla en el trasero. ¿Me podrías dejar ir a almorzar?

—No sin que me des explicación sobre lo que pasó en el bosque—Me crucé de brazos.

—¿Qué quieres que te diga?

—¿Por qué dijiste que fue mi idea ir allá?

Dio un suspiro largo.

—Tenía que mentir, ¿Okay? Escaparme del problema, o al menos intentarlo...

—¿Por eso te golpearon?

Hubo silencio.

—¿Fue tu papá?—Pregunté.

El rostro de Fausto se puso tenso.

—No.

No dijo nada más.

—¿Seguro?—Pregunté esperando que no me estrellara contra los casilleros una vez más.

—¿Qué te dije Hanzel?—Se acercó a mi—Si no dejas de meter tus narices donde no te importa puedes...

—¿Ser el siguiente?...—Lo interrumpí—¿Qué significa eso? ¿Es una amenaza acaso?

Fausto soltó una risa como si no le importara lo peligroso que eso sonaba.

—Es un hecho Hanzel—Respondió, dejándome ahora con más preguntas que no tendrían respuesta en este momento que teníamos compañía nueva.

—Aquí está—Dijo Seth señalándome. Fausto quitó sus ojos de mi para dirigirlos a ellos.

—¿Y ella?—Preguntó.

—Ella es Aeris—Respondió Seth.

Aeris solo alzó su mano saludando, notando un poco la tensión entre nosotros dos.

—Bienvenida a Arcade—Dijo Fausto sin ánimo de sonar amigable.

—Gracias—Aeris le dio una sonrisa apretando sus labios.

—¿Qué te pasó en el ojo?—Preguntó Seth.

Fausto torció los ojos quejándose.

—¿Ustedes no aprenden a no meterse en la vida de los demás?

Seth alzó ambas manos en forma de inocencia.

El silencio incómodo invadía el ambiente, se notaba que Fausto no quería estar con nosotros, pero por alguna razón no se iba.

—¿Tú eres hermano de Fergus?—Preguntó Aeris rompiendo el hielo.

—Si, el famoso Fergus—Dijo con un sarcasmo muy notorio.

—¿Famoso?—Preguntó extrañada.

—Si, bueno... Todos en este pueblo tienen algo que decir de mi hermano, ¿No? Como que, está loco.

—Yo no he dicho que esté loco—Dijo Aeris.

—Serías la única.

Seth me miró, había notado lo muy extraño que estaba actuando Fausto.

Separé mis labios a punto de decir algo cuando un grito me desconcertó por completo. De inmediato se empezaron a escuchar más gritos y murmullos al final del pasillo y desde donde estábamos se podía ver cómo todos empezaron a juntarse formando una bola de estudiantes amontonados. El pasillo a la cafetería conectaba directamente con la salida, así que en cuestión de segundos medio colegio se encontraba ahí.

Los 4 nos dirigimos a ver qué pasaba mientras escuchábamos al director Kane gritando entre todo el alboroto.

—¡Entren al colegio ahora mismo!

A lo lejos se oían las sirenas de las patrullas llegando. Muchas cosas estaban pasando a la vez. 

Fuimos avanzando a ver qué era la causa de todo el alboroto y en el camino pude ver a Jade, con su mano en la boca haciendo arcadas. La chica morena me dio una mirada con sus ojos cristalizados y continuó hacia el camino contrario, se veía pálida y realmente asqueada.

En ese pequeño transcurso de tiempo empecé a pensar muchas cosas.

Al llegar a la entrada fue cuando entre las demás personas pudimos ver con claridad de qué se trataba. Realmente no había palabras que explicaran lo que mis ojos veían... Volteé hacia mi lado izquierdo y vi a Fausto, que a diferencia de Seth, Aeris y yo no parecía estar sorprendido con lo que veíamos, más bien parecía molesto.

Mierda... 

El cuerpo demacrado y en descomposición de Eddy Connor yacía colgado de un árbol justo enfrente del colegio.

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